Te busque con su mirada. Míralo
Te tienda sus brazos. Abrázalo
Te busque con su boca. Bésalo
Te quiere hablar. Escúchalo
Se sienta desamparado. Ampáralo
Se sienta solo. Acompáñalo
Te pida que lo dejes. Déjalo
Te pida por volver. Recíbelo
Se sienta triste. Consuélalo
Esté en el esfuerzo. Anímalo
Esté en el fracaso. Protégelo
Pierda toda la esperanza. Aliéntalo
Arnaldo Rascongky
Bello poema que no conocia.
ResponderEliminarPero poniendo sentido del humor te digo...
"Si yo he hecho todo eso YA ¡¡ pero en esto no existen facturas jajaja ya me hacen poco caso jejeje.
Saludos.
Ysupais
Que quieres que te diga, a mi ya no me hacen caso ni mis nietos.
ResponderEliminarAbrazos
Emilio
¡ah!, este poema en encontré enmarcado en el recibidor del colegio de mi nieto, me gusto y aquí está.
ResponderEliminarY si con esto no fuese necesario, quierelo de nuevo y vuelve a empezar ¿no?
ResponderEliminarUn beso
No conocía este poema y me ha parecido hermoso y muy emotivo. Con tu permiso me lo llevo, para guardarlo entre mis favoritos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Mi querido amigo: Es un precioso poema que creo que todas las madres ponen en práctica. Imagino que nacemos ya con él escrito en nuestra alma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Malena
La palabra "todas" es demasiado grande; cuando te metes en los intrincados vericuetos de la vida, encuentras que no son todas; algunas, las menos por suerte, muestran una falta de apego por sus hijos total, son situaciones desgarradoras.
ResponderEliminarUn abrazo