Hace unos días se ha celebrado el
día del libro, he leído este proverbio que resume muy bien lo que es un
libro, así que aquí lo dejo.
cerrado, un amigo que espera;
olvidado, un alma que perdona;
destruido, un corazón que llora”
(Proverbio hindú)
Hace unos días se ha celebrado el
día del libro, he leído este proverbio que resume muy bien lo que es un
libro, así que aquí lo dejo.
cerrado, un amigo que espera;
olvidado, un alma que perdona;
destruido, un corazón que llora”
(Proverbio hindú)
Leyendo el libro
“Corazón tan blanco” de Javier Marias, me encuentro con esta frase que da que pensar y que aquí la reflejo.
”Escuchar es lo más
peligroso, es saber, es estar enterado y estar al tanto. Los oídos carecen de
párpados que puedan cerrarse instintivamente a lo pronunciado, no pueden
guardarse de lo que se presiente que va a escucharse, siempre es demasiado
tarde.”
Javier Marías.
Más que nunca deberían ser de lectura en las escuelas obras como Fahrenheit 451. Hace unas semanas mi
nieta lo traía como lectura obligatoria, recordar su argumento es lo que ha hecho
escribir esta entrada.
Nuestros
prohombres quieren una sociedad idiotizada y por ello luchan. Como buenos borregos que quieren hacernos, deciden por nosotros que
podemos leer y que no, que es bueno y que es malo, que podemos ver y que no, nos conforman diciendo que así podemos dedicarnos más tiempo a
ver la TV y las estupideces que sueltan en redes sociales, según nuestros gustos y los manipulados algoritmos.
Quieren una
sociedad que no piense, que no se pregunte, las redes sociales tienen todas las
respuestas y te las
dan ¿para que quieres un médico, si la respuesta la tienes en internet?
Será
por lo anterior, por lo que digo que hay que leer y leer porque la cultura nos hace
sentir más libres, tenemos que hacerlo antes de que empiecen a quemar y
vilipendiar las obras literarias que un grupo de buenistas decidió reescribir, según ellos, por el bien de la sociedad, ya lo dije hace unas
entradas, con los cambios que quieren hacer en las obras de Roald Dahl
No se dan cuenta
de que solo hay que educar, algo que, estamos viendo, no es fácil, requiere un esfuerzo y algo de dinero, será por eso que los
padres de hoy se lo ahorran y le ceden el testigo a un teléfono móvil que los
adoctrina, mientras tanto ellos puedan dedicarse a sí mismos con su tableta
o su ordenador sin que el niño moleste, ¿quien no ha visto a un bebe en un carrito y el movil con unos dibujos animados o un juego?.
Si no queremos que
el buenismo nos alcance, ya han empezado por los libros, comencemos a memorizar
libros como ocurrió en Fahrenheit 451 para que podamos contar la historia como
realmente fue y no como la quieren otros, al tiempo que exhortamos a los padres a que eduquen a sus hijos y no los abandonen con el movil en la mano, el metodo moderno es cambiar la historia y los libros, no quemándolos.
Dicen que vivimos tiempos corruptos, todo el que puede robar roba y quien no, extravía, yo no quiero ser tan
pesimista. Hace unas fechas leí un magnífico libro titulado "El último amor del Gran Capitán" del historiador granadino Antonio Callejón Peláez, en
el que nos cuenta la vida de Gonzalo Fernández de
Córdoba, el “Gran Capitán” a través de su esposa María Manrique de Lara Figueroa duquesa de Sessa y de Terranova entre
otros títulos, una noble humanista cuya cultura artística la convierte en un
personaje capital en la promoción del arte renacentista Granadino y andaluz durante las
primeras décadas del siglo XVI.
Todo
lo anterior viene a cuento de: ¿Quién no ha escuchado hablar de “las cuentas del Gran Capitán”?, creo que en estos
años la hemos escuchado en distintos lugares de una forma más o menos coloquial o con más o menos malaleche y siempre refiriéndose
a políticos en el poder, como quiera que en el libro se hace esta referencia,
me he preocupado en buscarla, se refiere a la exigencia del rey Fernando “El Católico” (menudo personaje, nos tenían engañados), de que le
rindiera cuentas, era la fecha en la que este capitán le consigue el Virreinato de Nápoles después
de derrotar, siendo minoría, en repetidas ocasiones a los franceses, ante esto le responde “El
Gran Capitán” a la petición real:
“Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para
que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados;
por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla,
doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del
continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la
paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado
un reino, cien millones de ducado”
Verdad o no, esta respuesta es conocida como las cuentas del Gran Capitan
Desde pequeño, (10-11 años) tengo un
gran vicio, el vicio de la lectura, no está incluido en la lista, para algunos debería, comenzó en el momento en el que mi padre me regaló las novelas de
Tarzán del autor americano Edgar Rice
Burroughs y se incrementa cuando se apuntaron al Círculo de Lectores, en ese momento comencé a leer a los clásicos, a leer poesía y teatro; por aquella época, años
60, no sé si había bibliotecas públicas, el libro era una cosa peligrosa, lo que no había es una como nuestra biblioteca de barrio, la que hoy tenemos cerca de casa, una gran biblioteca llena de libros y de actividades para niños/as y
adultos, es aquí donde se encuentra el club de
lectura “entre ríos” al que pertenezco; en la actualidad leo en libro electrónico, habiendo aumentado mi ritmo de lectura sin haber abandonado el papel siempre con su olor característico.
Me
he quedado a cuadros al leer que en Madrid,
siempre Madrid, se prohíbe entrar a
niños menores de 11 años a una biblioteca si no van acompañado de sus
padres; es de locos, están quitando ánimos a que tengan el vicio de
la lectura no vaya a ser que con ello tengan juicio crítico, está visto que los libros siguen siendo un peligro y
que pueden alterar sus tiernas cabezas y convertirse en delincuentes de
izquierdas, o lo que es peor, comunistas bolivarianos, son los mismos que dicen que no hay que adoctrinarlos, ya sabemos, leer es adoctrinar.
El título lo dice la ANR (La asociación nacional del rife de EEUU). Hace unos días un joven
que acababa de cumplir los 18 años entra en un colegio y mata a 22 personas, 19
de ellas niños menores de 10 años; ha sido la segunda matanza en una escuela
después de la ocurrida en el 2012 en otro colegio americano donde murieron 26
personas la mayoría niños entre 7 y 12 años, no pasó nada, la única propuesta
de los republicanos fue, armar a los maestros.
Como
se puede ver en un lateral estoy leyendo una novela negra de Don Winslow, escritor americano de
novela negra, su título “Corrupción
policial”, en ella plantea su opinión al respecto de las armas, dice lo
siguiente:
“Son las personas armadas las que matan… sin
armas, las tasas de homicidios serian nimias. La mayoría de las putas del
Congreso que asisten a las reuniones de la ANR (asociación nacional del rifle)
con un buen perfume y con conjuntito recargado no han visto en su vida un homicidio
con arma de fuego, o tan siquiera una persona que haya recibido un disparo… no
es agradable. No parece, ni suena, ni huele como en las películas. A esos
imbéciles que creen que la solución es abastecer de armas a todo el mundo para
que, por ejemplo, puedan liarse a tiros en un cine a oscuras, (o en un colegio –digo
yo-) nunca le han apuntado con un arma, y, si ocurriera, se cagarían en los
pantalones.
Esgrimen la Segunda Enmienda
y los derechos individuales, pero es una cuestión
de dinero. Los fabricantes de armas, que suponen el grueso de la
financiación de la ANR quieren vender
armas y ganar pasta. Fin de la puta historia”.
Será por todo lo anterior que en los EEUU hay cinco armas de fuego por cada familia., en base a la estadística de abajo, no me gustaría vivir en Texas el estado con manga ancha para las armas, aunque a ser sincero no me gustaría vivir en EEUU.
Gracias al blog de “La pinturera” cayó en mis manos este libro de Anna Freixas, titulado “yo vieja”, que como dice en el blog, "afronta lo que implica envejecer en una sociedad como la nuestra", el libro da comienzo con una introducción magnífica de Manuel Carmena (77 años) y con unas palabras de la escritora Virgina Woolf que dicen:
“No son las catástrofes, los
asesinatos, las muertes,
las enfermedades las que nos
envejecen y nos matan,
es la manera como los demás miran y
ríen
y suben las escalerillas del bus”
Anna Freixas prefiere utilizar la palabra vieja aunque también utiliza otras como veterana, sénior, pionera, longeva pero prioritariamente en el libro utiliza vieja; ¡¡que horror!! ya lo se. Sin embargo ser vieja es un regalo, justamente porque ha vivido muchos años y lo que está claro es que no es joven. No es posible ser joven y vieja y menos aún la tontería de decir soy joven en un cuerpo viejo. Dice que hay que reconciliarse con la palabra, hay que usarla con tranquilidad, naturalidad y humor. Es el único camino a través del cual podemos colaborar a borrar su estigma negativo y hacer de ella una realidad, tal cual. Todos los eufemismos que podamos utilizar: persona mayor, adulta mayor y otros similares, dice la autora, no restan años al DNI.
La vejez es algo real, no algo que les ocurre a los demás. Tratemos de vivirla bien y confortablemente con una cierta dosis de humor imprescindible.
Anna Freixas.
Aunque sigue sin gustarme la palabra "viejo/a" por las muchas connotaciones que hay detrás, es verdad que el libro de Anna Freixas me ayuda a reconciliarme con ella.
Fue mi primera lectura del
año 2022 esta de Antonio Lozano González, "Donde mueren los ríos", es una novela cargada
de sentido humano y ternura, trata la emigración africana a
Canarias, el exilio, la explotación sexual, el miedo y hasta la muerte.
En la novela hay muchas referencias al África negra y también a un escritor de Mali que no conocía pero que si lo es en Europa, especialmente en Francia, su nombre Amadou Hampâté Bâ, he podido ver que tiene una amplia bibliografía escrita en francés y algunos de sus libros están traducidos al español. Fue miembro del Consejo Ejecutivo de la Unesco donde lanzó su grito:
“En África, cuando una persona anciana
muere,
una biblioteca arde”.
La frase me dio que pensar, posiblemente mi edad me lo pone más fácil, en África un anciano muere y se pierden historias de vida para que los menores aprendan, pierden una biblioteca como dice Amadou; sin embargo, en el mundo occidental, los ancianos apenas cuentan, somos una carga para el erario público, gastos extras en sanidad, en dependencia, en carencia de producción, no se les tiene en cuentan, en términos coloquiales son/somos un cero a la izquierda. Y dicen que África es el continente que no existe, que está atrasado, solo tiene riquezas que se las llevan otros, pero a sus mayores se les respeta.
CUANDO SE NOS OLVIDA, NO HAY NADA MEJOR QUE UN
BUEN CUBATA PARA ENGRASAR LA UTOPIA.
Antonio Lozano. “Donde
mueren los ríos”
Pese a no ser
muy amigo de leer los premios Planeta, este año he comenzado con la lectura del
que ha quedado segundo tras el engaño de Carmen Mola, su título “Últimos días
en Berlín” de Paloma Sánchez-Garnica, de la que ya he leído varios de sus
libros con agrado.
En este, del que voy por las
primeras hojas, ya ha merecido la pena, me ha llevado a Joseph Goebbels, político
alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda
del Tercer Reich entre 1933 y 1945. Uno de los colaboradores más cercanos de
Adolf Hitler.
No, no se me ha ido la “olla”, no he
cambiado de camisa ni de chaqueta a estas alturas de mi vida, es que he podido
leer, gracias al libro, sus “once principios de la
propaganda”, y una vez leídos, pienso, ¡¡anda la leche, esto me
suena!!, lo había visto y leído en la prensa amiga de ciertos partidos que lo aplican sin saltarse una coma;
por ejemplo este principio se está usando en plena campaña de las “macrogranjas”,
se llama: “Principio de orquestación”
y dice:
“La
propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas
incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas,
pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De
aquí viene también la famosa frase:
"Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en
verdad".
Hay otro principio que igualmente lo he
escuchado mucho, Goebbels le llamó: “Principio
de la transposición”.
“Cargar
sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con
el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan”.
Hay
otro “principio llamado de silenciación”
que consiste en “acallar las cuestiones
sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el
adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación
afines”, ¿quién no ha notado esto?.
Hay un principio muy recurrente y que es muy escuchado y leído, es el llamado "principio de la exageración y desfiguración", es el que trata de "convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave", ¿os suena?
Hace casi 80 años, que ese régimen nazi
fue derrotado por fuerzas democráticas, parece que de nuevo está sacando la
patita, aquí ya tenemos casos muy claros, creo que es para preocuparse, la lectura de esos principios, que están en la red, y su aplicación en la actualidad por parte de políticos y medios de información "amigos" dan muestra de ello.
Hace unas fechas he concluido la lectura del libro “Iglesia S.A.” de Ángel Munárriz, en él se habla de los teje manejes y la opacidad que se trae la Iglesia con el Estado con el objeto de no pagar impuesto alguno, se ahorra el IBI, el IRPF, el pago a profesores de religión, la nómina de los curas, recibe subvenciones por hospitales privados, escuela concertada, universidades, centros de mayores y recibe donaciones, dinero en b o, como se le llama en román paladino, “dinero negro”, de grandes entidades financieras, de particulares y empresas del IBEX, de los cepillos de las Iglesias, por todo ello no tributa un euro, tampoco de las entradas que cobra por acceder a sus iglesias y catedrales; igualmente recibe dinero de todas las casillas donde se ponga la cruz bien sea en la Iglesia o en fines sociales en la Declaración de la Renta, buena parte de las ONGs existentes están vinculadas a la Iglesia, ¡¡ah!!, olvidaba que a todo lo anterior hay que sumar las inmatriculaciones de hoteles, cocheras, locales múltiples que tiene alquilados a entidades privadas y ¿Qué decir de la Mezquita de Córdoba?.
Podríamos resumir el libro y esta entrada con un dicho popular que he encontrado en la lectura, dice lo siguiente: “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, pero aquí el que pone el dinero es el César, Dios solo pone la mano. Queda claro, los ciudadanos somos el César, seamos cristianos apostólicos y romanos, agnósticos o ateos, todos pagamos a hacienda y a la Iglesia, menos la propia Iglesia que no paga nada, ni a nadie. ¡¡Que cosas!!.
La lectura de este libro, pese a intuir lo que cuenta, me ha dejado desolado, un argumento más para ser lo que soy, ateo, y cabrearme cada vez que este jubilado tiene que pagar a la Hacienda Pública.
Una de las máximas que mantiene el libro y personalmente lo creo, es que para que exista una iglesia fuerte, en España lo es, se necesita un Estado débil. Si el Estado dejara de pagar, la Iglesia desaparecería tal y como la conocemos hoy.
En mi última lectura me encuentro con la siguiente descripción sobre este tipo de personajes, dice sobre los idiotas lo
siguiente:
“Los idiotas suelen tener cara de idiotas y comportarse como idiotas. Su
idiotez la llevan impresa en su ADN y nunca logran desprenderse de ella. Además,
suelen rodearse de otros idiotas para camuflar su idiotez, el idiota auténtico
está convencido de que todos son idiotas menos él. El idiota nace, vive y muere
siendo idiota y lo que engendra es, inevitablemente un futuro idiota. Los
idiotas solo escuchan a otros idiotas y no leen jamás, evitando así que
disminuya su idiotez.”
Cesar Pérez Gellida. “La suerte del enano”
En esa categoría de
idiotas entrarían muchos, pero dado que
no son personajes relevantes, cuentan poco, solo sirven para
consumir, procrear, votar y poco más, ahora bien, con esa descripción podría
incluirse a distintas personas que se creen dioses, son del tipo de
alcaldes/as, diputados/as, incluso presidentes de gobierno tanto de aquí como de allá y no solo ellos, también podemos meter en el saco a escritores,
empresarios y otros que se creen “prohombres”, no
pongo nombres, pero creo que todos tenemos a más de uno en la cabeza.
PD/ Para que luego digan que de la novela negra no se saca nada. Para los
amantes del género, esta novela de Gellida merece su lectura.
FIJAROS SI SOY IDIOTA QUE A MIS AÑOS CREO ESO DE
"AÑO NUEVO VIDA NUEVA".
“El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz
Aldrin ponían un pie sobre la superficie de la Luna.
En los meses que antecedieron a su
expedición, los astronautas del Apolo 11 se adiestraron en un remoto desierto
de aspecto lunar del oeste de Estados Unidos. La zona es el hogar de varias
comunidades de americanos nativos, y hay una historia (o leyenda) que describe
un encuentro entre los astronautas y uno de los habitantes locales: Un día,
mientras efectuaban actividades de adiestramiento, los astronautas se
encontraron con un anciano americano nativo. El hombre les preguntó qué hacían
allí. Le contestaron que formaban parte de una expedición de investigación que
muy pronto viajaría para explorar la Luna. Cuando el anciano oyó esto, quedó en
silencio por unos momentos, y después les pidió a los astronautas si le podrían
hacer un favor. — ¿Qué quiere usted? —le preguntaron. —Bueno —dijo el anciano—,
la gente de mi tribu cree que en la Luna viven espíritus sagrados. Me
preguntaba si ustedes les podrían transmitir un mensaje importante para ellos
de parte de mi pueblo. — ¿Cuál es el mensaje? —preguntaron los astronautas. El
hombre pronunció algo en su lenguaje tribal, y después les pidió a los
astronautas que lo repitieran una y otra vez hasta que lo memorizaron
correctamente. — ¿Qué significa? —preguntaron los astronautas. —¡Oh!, no puedo
decírselo. Es un secreto que solo nuestra tribu y los espíritus de la Luna
pueden conocer. Cuando volvieron a su base, los astronautas buscaron y buscaron
hasta que encontraron a alguien que podía hablar el lenguaje tribal, y le
pidieron que tradujera el mensaje secreto. Al repetir lo que habían aprendido
de memoria, el traductor empezó a reírse ruidosamente. Tras calmarse, los
astronautas le preguntaron qué quería decir. El hombre les explicó que la frase
que habían aprendido de memoria con tanto cuidado decía: «No os creáis ni una
palabra de lo que esta gente os diga. Han venido para robaros vuestras
tierras».”
Tenía motivos el anciano nativo para
poner sobre alerta las conquistas que a lo largo de la humanidad se han
producido, la historia así lo atestigua.
¿Qué quiero decir con ese título
numérico?, no es difícil de adivinar, los dos primeros se refieren a un libro,
el tercero es el día en el que se reinicia, de forma presencial, nuestra
actividad en el club de lectura con
el libro “1984” de George Orwell.
Y
ahora explico el otro número, 1948,
es la fecha en la que se publica el libro.
Sobre
este texto hay mucho escrito, tesis doctorales aparte, es el libro que esta
tarde, lunes día 22 de noviembre de 2021, por fin, tras casi dos años de ausencia nos
reunimos presencialmente en el club de
lectura para comentar un libro, anteriormente era bajo el sistema on-line.
De
este libro se puede extraer infinidad de cuestiones, una de ellas es que junto
con “Fahrenheit
451” de Ray Bradbury y ”Un
mundo feliz” de Aldous Huxley
son las novelas distópicas, según califican, más influyentes del siglo XX.
Otro
tema a destacar es que en la España de la dictadura no pudo leerse en su
versión íntegra dada la censura, hubo que esperar hasta principios de los
80, vivíamos en esa "libertad" que algunos quieren para hoy, sería una libertad como la que
proclama el libro en uno de sus lemas “LA
LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD”.
La distopía, según la RAE, "es la representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana” , si se lee el libro vemos que tiene poco de distópico, la sociedad que nos dibuja es muy fiel, en bastantes aspectos, a aquella que vivió tras la II Guerra Mundial con la actual: Segregación, totalitarismos, control ciudadano, inseguridad, pobreza, insolidaridad, individualismo, violencia, falta de salud, soledad y desorganización; en esa sociedad existe un Hermano Mayor, el ojo que todo lo ve, unos medios de comunicación que cambian la información según interesa, es EL DOBLEPENSAR, unos sistema de control que siempre te observan, y por último una televisión como elemento alienante, ¿nos resulta conocido?.
Estoy de acuerdo con lo dicho por Umberto Eco con respecto a este libro, “no es una gran obra, hoy, autores como Le Carré, lo harían mucho mejor, pero no cabe duda que de este libro se desprende una gran energía visionaria y no todas las visiones se refieren al futuro o al Mas Allá”.
Ha sido un verano de playa y de bastantes
lecturas, no solo de novela negra, ha habido un poco de todo, tenía pendiente
desde hace unos meses leer “Los
ingratos” de Pedro Simón; el
libro me han encantado, transcurre en la década de los 70,
la historia, que es contada por un niño y por una “chacha” sorda, se desarrolla en
uno de esos pueblos que hoy llamaríamos “la España vaciada”, es una crónica
familiar y sentimental, es el retrato de un país que miraba al futuro y se
olvidó de dar las gracias a la generación que lo hizo posible.
Durante
su lectura me encontré con unas líneas que definen en pocas palabras un pasado
que hemos olvidado, dice así.
“Veníamos
de las paredes de adobe. Íbamos hacia el papel pintado. Aspirábamos a ser
gotelé.
Veníamos de los hijos de los
que se bañaron en sangre. De esa pintura bélica venimos. Mis amigos, mis
hermanas y yo éramos la mercromina”
Creo que formo parte de esa generación de la mercromina.
Parece,
según nos cuenta la ciencia, que en las grandes sociedades de especies, ajenas a la del “Homo Sapiens”, como la de las hormigas o las abejas no tienen jueces, abogados o fuerzas armadas para cumplir sus obligaciones;
estas, como otras especies del mundo animal, no necesitan que se les diga lo que tienen o no que
hacer, lo tienen incrustado en su ADN y, en base a ello, ejecutan sin chistar su
actividad encomendada.
Ante
lo anterior, y ya que somos una especie llamada “Homo Sapiens” es decir "hombre pensante", hay que
preguntarse, ¿por qué los humanos tenemos gobiernos con personajes que dictan
normas, jueces que las ejecutan, abogados y fuerzas del orden para defender esas leyes?; si necesitamos, a diferencia de las hormigas o
abejas, tanta gente para ejecutar nuestro trabajo y simplemente vivir, ¿no será
que el ORDEN SOCIAL de los humanos no está introducido en el ADN como en otras
especies?, ¿no será que el ORDEN SOCIAL es algo imaginado por unas élites que
nos obligan a cumplir?
Cuando
hace 70.000 años bajamos de los árboles y éramos cazadores recolectores,
vivíamos felices y sin tantas tonterías, por aquel entonces solo se pensaba en
comer, descansar y follar y, de vez en cuando, realizar alguna escaramuza con tus vecinos
de al lado, fué a partir de hacernos agricultores cuando todo empezó a joderse, surgieron los poderosos y de ahí pasamos a tener reyes, gobernantes, jueces, abogados, ejércitos y empezamos a padecer estrés, quisimos acaparar, tener más trigo que nadie y hoy tras varios miles de años queremos tener el mejor movil y mas y mas y mas... ¡¡menuda mierda!!
Leyendo
el último libro de Aro Sainz de la Maza,
“Dócil”, me encuentro con que el protagonista
de su trilogía negra, Milo Malart – inspector de la policía judicial de los
Mossos – suelta la siguiente frase en latín:
VULNERANT OMNES, ULTIMAS NECAT
Su
traducción al castellano es la siguiente:
TODAS HIEREN, LA ÚLTIMA MATA
Quise
investigar un poco de donde venía la frase, descubrí que se
ponía antiguamente en los relojes de las Iglesias y quería recordar el lento
e inexorable paso del tiempo que llega hasta la muerte. Solo quiere recordarnos
que somos finitos, pese a ello, algunos se creen que vivirán toda la vida.
Para aquellos que les gusta el género negro les recomiendo la trilogía de Sainz de la Maza que comienza con:
"El asesino de la Pedrera".
"Angulo muerto"
"Dócil"
Los tres me han resultado magníficos, merecedores de ser leídos en estas largas tardes-noches.
No,
no voy a chismorrear, o sí. Leyendo a Yubal Noah Harari su
libro “Sapiens. De animales a dioses”,
me ha recordado una teoría que había olvidado de mis tiempos universitarios, es
una teoría que entra dentro de nuestra evolución cognitiva, es la llamada “Teoría del
chismorreo” y podemos enclavarla en el desarrollo de la
comunicación humana.
Esta
“Teoría del chismorreo”, no es broma, es respaldada por muchos estudios e
incluso hoy día hay suficientes argumentos para comprobar cómo continua con su
proceso evolutivo, así nos la encontramos en los correos electrónicos, en los
Whatsapp, en las llamadas telefónicas, en los diarios, todos o buena parte de
lo que escribimos, decimos o escuchamos, es puro chismorreo. El chismorreo que practicamos,
generalmente se centra generalmente en fechorías, de ahí que la prensa, o al
menos alguna de ella, informa de los tramposos y gorrones que suelen ocupar los
puestos de poder, algunas TVs nos habla de infidelidades o de relaciones sexuales, todo puro chismorreo; hoy, gracias al bichito Covid, tenemos unos nuevos chismosos, son aquellos que se apostan en los balcones denunciado, bien a
voces o llamando al 112, cualquier delito relacionado como el llevar mascarilla,
o controlando el horario de apertura y cierre de cualquier negocio.
Ha sido ese chismorreo y nuestra capacidad de imaginar, donde han surgido los mitos, los dioses, las religiones y la cosa sigue.
Gracias a esta Teoría del chismorreo, ¡¡quien lo iba a decir!!, el animal humano se hace más inteligente.