Siguiendo
con lo granadino, voy a escribir sobre la belleza de la mujer de mi tierra, vaya
por delante que me encanta la belleza de todas la mujeres, sean blancas,
negras, amarillas o cobrizas, me gustan con cualquier mezcla de color –son las
cosas de considerarme ciudadano del mundo-.
El ser granadino y tener tres mujeres granadinas en casa, bueno, una es
malagueña, he buscado por ahí para saber lo que dicen los hombres de nuestras mujeres, he encontrado lo siguiente, es una descripción sobre la mujer
granadina del siglo XIV, lo cuenta IBN AL- JATIB, dice:
Henri Matisse |
Han pasado algo más de 500 años entre esa mujer y la de hoy, y salvado alguna cosita, por ejemplo lo del oro (estamos en crisis), aquella mujer era tan guapa como la de hoy.
Biografía:
Recibió
su primera educación de la mano de su padre. En Granada, ciudad a la que se
trasladaron sus padres, Ibn Al Jatib (el hijo del predicador) hizo sus estudios
bajo la dirección de sus más importantes educadores, cultivando las ciencias
filosóficas y adquiriendo importantes conocimientos en medicina. Gran
aficionado a las letras, nuestro personaje desarrollaría una excelente
habilidad literaria, evidenciando grandes dotes como poeta y epistológrafo.
A pesar de su temprana relación con la corte nazarí, entró oficialmente en ella cuando ocupó el trono Yusuf I. A la muerte de su padre en 1340, Ibn Al Jatib, ocuparía el cargo de secretario. Se ganó el título político de doble visir que tradicionalmente se concedía a los visires con poderes ejecutivos. Su influencia en la corte y su riqueza provocarían la envidia de los cortesanos, hasta que uno de sus discípulos, el poeta Ibn Zamrak, de la escuela maliquí, conspirara contra él, acusándole de deslealtad al Islam, debido a los postulados sufistas que profesaba.
Tuvo
un trágico final, fue estrangulado en la
cárcel, debido a su heterodoxia. Poeta, historiador, tiene una obra extensa,
sus poemas están expuestos en los muros de los palacios de la Alhambra. Murió
en 1374.