Me ha gustado tanto esta carta
publicada en el Semanal que parte de ella la traigo a este blog.
“Fin
de curso. Cierro las persianas. Apago las luces, mientras me despido de los que
han sido mis muchachos. Y, ya casi sin fe, ruego a mis dioses que me concedan
las fuerzas suficientes para seguir amando esta profesión e intentar dar lo
mejor de mí a los chicos que me encomienden en el futuro. Pero sé que los
dioses nos han abandonado y sólo nos han dejado al frente de educación a
chupacirios, a tecnócratas o pseudopedagogos que no valen ni para guano y que,
sin tener ni pajolera idea de cómo huele a pie de tiza un aula pública, se
atreven a robar el futuro de un país con sus leyes esquizofrénicas e inanes. Y
esto se lo achaco igual a gobiernos del PSOE, PP o Podemos, como los que han
venido destrozando la educación en los últimos decenios, pariendo leyes cada
cual peor que la anterior. Nombres como Solana,
Maragall, Aguirre, Wert, Celáa deberían pasar al muladar de la infamia por
su crimen lesae educationis. Saben que una sociedad más formada y comprometida
no toleraría su mediocridad, su estolidez e incompetencia por muchos escaños o
despachos enmoquetados que pisen. Ellos sólo creen en el dios Mercado. Para
ellos, mis alumnos, mis hijos sólo son carroña.
Adiós,
mis muchachos, adiós, alumnos míos: gracias por haberme enseñado tantas cosas,
gracias por hacerme creer que con algunos de vosotros los bárbaros no podrán y
que España aún tiene esperanzas.
Os
prometo que intentaré luchar con dientes y empellones, si falta hiciere, para
que podáis elegir vuestro rumbo y no os obliguen a emigrar de vuestra España,
ni os fuercen a ser las putas y chaperos de los millonarios que vengan a
Eurovegas o engendros semejantes por alumbrar, ni los lacayos de los alemanes, holandeses,
nórdicos y británicos que practican el turismo basura y tratan a los españoles
(a los mediterráneos todos) como el estercolero de la Troika.”
Fdo. por Arístides Mínguez Baños profesor de Latín en un instituto público
de Murcia.
El artículo completo lo podéis encontrar pinchando el enlace. Adiós, muchachos; adiós, alumnos míos