Leo esta carta dirigida al diario El País y solo queda decir ¡¡cuanta razón lleva!!
“La vejez es
sabia, no porque haya aprendido más cosas, sino porque ha desarrollado la
capacidad selectiva de la cosas…”
"El oscuro adiós
de Teresa Lanza"
Toni Hill
“Cuando el tiempo se convierte en el recurso escaso, las prioridades se transforman”..
1.No te obsesiones con el dinero.
2.Busca tu pasión.
3.Descubre el mundo viajando.
4.No temas las nuevas oportunidades.
5.No pierdas el tiempo preocupándote por lo que no está bajo tu control.
6.No pienses a largo plazo mientras te pierdes en el presente.
En el libro de Anna Freixas que me dio pie para hacer la entrada anterior , "Yo vieja" al final de cada capítulo hay un buen conjunto de prioridades de gran interés a tener en cuenta.
Gracias al blog de “La pinturera” cayó en mis manos este libro de Anna Freixas, titulado “yo vieja”, que como dice en el blog, "afronta lo que implica envejecer en una sociedad como la nuestra", el libro da comienzo con una introducción magnífica de Manuel Carmena (77 años) y con unas palabras de la escritora Virgina Woolf que dicen:
“No son las catástrofes, los
asesinatos, las muertes,
las enfermedades las que nos
envejecen y nos matan,
es la manera como los demás miran y
ríen
y suben las escalerillas del bus”
Anna Freixas prefiere utilizar la palabra vieja aunque también utiliza otras como veterana, sénior, pionera, longeva pero prioritariamente en el libro utiliza vieja; ¡¡que horror!! ya lo se. Sin embargo ser vieja es un regalo, justamente porque ha vivido muchos años y lo que está claro es que no es joven. No es posible ser joven y vieja y menos aún la tontería de decir soy joven en un cuerpo viejo. Dice que hay que reconciliarse con la palabra, hay que usarla con tranquilidad, naturalidad y humor. Es el único camino a través del cual podemos colaborar a borrar su estigma negativo y hacer de ella una realidad, tal cual. Todos los eufemismos que podamos utilizar: persona mayor, adulta mayor y otros similares, dice la autora, no restan años al DNI.
La vejez es algo real, no algo que les ocurre a los demás. Tratemos de vivirla bien y confortablemente con una cierta dosis de humor imprescindible.
Anna Freixas.
Aunque sigue sin gustarme la palabra "viejo/a" por las muchas connotaciones que hay detrás, es verdad que el libro de Anna Freixas me ayuda a reconciliarme con ella.
De joven era el Jabato, el Capitán
Trueno, incluso podía ser Roberto Alcázar y Pedrín todo en uno, conforme pasan
los años, uno se va dando cuenta que cada vez cuesta más esfuerzo hacer cosas, puede que esa edad esté en torno a 40-45 años. Sin darnos cuenta, pasa el tiempo, pese a todo, aún queda otra mitad, es cuando tomamos
consciencia que ese tiempo se va a ir en un abrir y cerrar de ojos.
Imagino que cada uno tendrá sus propios miedos conforme avanzan los años,
hablando hace unos días con mi hermano, tiene algunos años menos, llegamos a varias conclusiones y, lo que más
tememos al envejecer, es volvernos irrelevantes, que no se nos vea, que no se
nos escuche, que nos volvamos unos ancianos nostálgicos de nuestro pasado, que no reconozcamos lo que nos rodea y no poder contribuir al mundo.
He creído y aún lo creo que, salvo te venga una de esas enfermedades invalidantes tipo demencias - alzhéimer como la más grave-, el ser humano, en su vejez, tiene capacidad de seguir aprendiendo y de mostrar esos conocimientos y experiencias, pero los que mueven el dinero, gente joven o menos vieja, parecen decir que “la arruga no es bella”, olvidando que ellos también llegarán.
BUENAS VACACIONES TENGAIS, LAS MIAS,
TRATARÉ DE DISFRUTARLAS. Hasta
Septiembre
Leyendo
el último libro de Aro Sainz de la Maza,
“Dócil”, me encuentro con que el protagonista
de su trilogía negra, Milo Malart – inspector de la policía judicial de los
Mossos – suelta la siguiente frase en latín:
VULNERANT OMNES, ULTIMAS NECAT
Su
traducción al castellano es la siguiente:
TODAS HIEREN, LA ÚLTIMA MATA
Quise
investigar un poco de donde venía la frase, descubrí que se
ponía antiguamente en los relojes de las Iglesias y quería recordar el lento
e inexorable paso del tiempo que llega hasta la muerte. Solo quiere recordarnos
que somos finitos, pese a ello, algunos se creen que vivirán toda la vida.
Para aquellos que les gusta el género negro les recomiendo la trilogía de Sainz de la Maza que comienza con:
"El asesino de la Pedrera".
"Angulo muerto"
"Dócil"
Los tres me han resultado magníficos, merecedores de ser leídos en estas largas tardes-noches.