COMO NO TENÍAMOS BASTANTE CON UNA PANDEMIA, AHORA UNA GUERRA

 

              No soy analista y se poco o nada de todo, mis análisis me dan para comentar en la casa con mi mujer, mis hijas y mis nietos, y con eso ya resolvemos el mundo, ¡¡ah!! También este blog, bitácora, o como se quiera llamar, me sirve de desahogo para limpiar un poco mi melón.

         Y aquí va mi análisis chapucero, durante la pandemia, ¿Cuánto han ganado las farmacéuticas?, puedo leer que durante la pandemia las  cinco grandes responsables de las vacunas han ganado hasta septiembre 16.000 millones de euros más que en todo 2019, pero no solo las farmacéuticas, todo lo que se mueve en torno a la pandemia se han visto beneficiadas, desde las vacunas, a las mascarillas,  análisis de PCR e incluso los intermediarios sinvergüenzas, a algunos los conocemos por lo ocurrido en estos días en un partido político, por cierto, que se van de rocitas, le dan la patada al que denuncia, ¡¡manda huevos!!, menudo país de corruptos.

                 Todavía no hemos terminado con la pandemia, y claro, al hacer números, algunos han visto que sus dividendos han caído a causa de ella y hay que recuperarse, entre esos que tienen que mejorar números y repartir dividendos, el gas, el petróleo y sobre todo las armas, hay pequeñas guerras repartidas por el mundo, pero parece que no eran rentables, había que armarla gorda y que afectara a una potencia y aquí está Europa, políticamente es una mierda pinchada en un palo, por eso nos veremos afectados por el encarecimiento de ese petróleo y ese gas, Europa no ha tenido ni tiempo ni ganas para sustituir esos productos contaminantes por otros que lo sean menos, aquí, los pobres seremos más pobres, los ricos más ricos, siempre ganan los mismos. En cuanto a la guerra solo ganan los vendedores de armas, los muertos al hoyo,  y el resto, todos pierden. 

             Hagamos para algunos demagogia, ¿Cuánto cuesta un misil de crucero?,, leo en la Wiki que vale la modesta cantidad de 750.000€, que un tanque Ruso no vale menos de 10 millones de euros, un avión  moderno puede costar sobre 90 millones, a los que hay que sumar el mantenimiento (15 millones más por aparato al año) y el gasto en combustible cada vez que despega ronda los 44.000 euros por cada hora de vuelo. ¿Cuántos aviones, misiles o tanques se tiran o se destruyen en una guerra?, ¿Cuántos hospitales se podrían construir?, a ¿Cuánta gente se le podría dar de comer?, podía seguir preguntando, pero ya lo se, es una chorrada dicen que soy demagógico.  

¿ERA 2021 EL AÑO DE LA ESPERANZA?

 

            

           Desde el comienzo de la pandemia, he/hemos escuchado en todos los lugares habidos y por haber, que el bicho sería erradicado cuando tuviéramos la vacuna.

        Y llegó la vacuna y, sálvese quien pueda o maricón el último, primero empezaron saltándose los protocolos de vacunación los políticos, militares, curas, sindicalistas, enchufados, familiares de enchufados y sabe dios quien más; otra cosa que hemos podido ver, es como cada comunidad quiere para ella mas vacunas que nadie, Madrid la primera -con dos cojones- y no solo Madrid, luego nos asomamos por Europa y esto ya suena a coña; ahora resulta que, por falta de estudios, no se van a vacunar, con un tipo de vacuna, a los mayores de 55 años, pero ¡¡que cachondeo es este!!. La investigación y distribución de una vacuna,  en una pandemia, debería de ser tratado como algo público, al darse a la empresa privada  (farmacéuticas) pasa lo que está ocurriendo, no era difícil de prever, quien más paga mas tiene,  hay un mercado de más de 7.000 millones de personas que están necesitando la vacuna, las farmacéuticas, han visto sangre en las calles, y las muy sinvergüenzas van a sacar tajada, ¿no estaba claro?.

        Podemos resumir, lo que está teniendo lugar es la insolidaridad de un sistema injusto que prioriza la economía sobre la vida, ¿Quién no ha escuchado: salvemos la Semana Santa, el verano, las Navidades, los negocios y otras vez la Semana Santa, los San Fermines y …?.

        Podemos confiar muy poco en el sector público, menos o nada en el sector privado, por ello, como bien dijo Gramsci: “Instruyámonos, porque necesitaremos de toda nuestra inteligencia; conmovámonos, porque necesitaremos de todo nuestro entusiasmo; organicémonos, porque necesitaremos de toda nuestra fuerza”. Hay mucho en juego.

        Mientras tanto, en Granada, como éramos pocos, la tierra tiembla.