Estoy con la
lectura de “Federico” de la ilustradora murciana IIu Ros, un magnífico libro con unas maravillosas ilustraciones que nos
muestra la vida de Federico,
sus juegos en Granada, sus amigos en la
Residencia de Estudiantes y las juergas que se montaban siendo el alma de la fiesta, nos muestra lo mal
estudiante que era pero también la luz que irradiaba, sus viajes por América, por Cuba, de la que dice que si se pierde que la busquen en ella, o en Argentina, donde le decía, por carta, a sus padres, que dado el éxito de su teatro "vivía como un ministro". En estos
momentos, me encuentro leyendo su idea de la Barraca que no era otra cosa, menuda cosa, que un
intento de llevar la cultura a todos los rincones de España.
De comentarios mezquinos está la
cultura española llena, ya en aquella época el modo de atacar, por parte de aquellos que querían una España inculta y analfabeta, el proyecto de la
Barraca era mentir e insultar al propio Federico, le llaman Federico García “Loca”,
o manifestando que se estaba llevando el dinero de las subvenciones, cuando ni
los actores ni las entradas se cobraban y todo lo que llegaba vía subvención se
invertía en la propia compañía, hasta que ganó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y el proyecto se fue al carajo.
Igualmente se encontraban preparados
contra aquellos “mandados” de los terratenientes que les tiraban natillas en sus obras, como así lo
dice en el libro de Prosa (I), editado por AKAL.
La prensa amiga de aquellos terratenientes, sigue
siendo tan beligerante hoy y continua atacando al que intenta presentar alguna novedad, sea cultural, social o política. En mi ciudad, basta ver como tenemos nuestro Ayuntamiento con la derecha a bastonazos entre ellos por, quítate tu para ponerme yo, la cultura no existe y lo poco que tenemos se lo llevan a la Sevilla del Partido Popular y no es que antes estuviera mejor, el museo dedicado al poeta más vacío que la una, será por que aún viven familiares de aquellos que lo mataron, o por no "meneallo", que huele, en tanto los granadinos no decimos ni "mu" a todas estas situaciones.
Hoy no se va en carromato, hay medios más modernos, pero da
igual, para la derecha más rancia, sigue habiendo demonios y la ciudadanía sigue callando, ¡¡Que poco hemos cambiado!!