Como os he dicho en alguna ocasión, entre las rutinas que tenemos fijada es la de llevar y traer a nuestros niet@s del colegio.
No me había dado cuenta hasta el día de ayer, me asomo a la ventana de la clase donde se encuentra mi nieto de 4 años junto con otros 24 pequeñajos, estaban ordenando el aula, recogían los lápices de las mesas, colocaban los libros en las estanterías, apilaban los juguetes y ponían las sillas con los nombres de cada uno ellos encima de su mesa, en todo este trajín me di cuenta que había una silla que no la tocaban, pegada junto a la pared no le hacían ni caso; me fijo, me doy cuenta que tiene una nota “SILLA DE PENSAR”.
¿Silla de Pensar?, ¿Qué es una silla de pensar?, pasado un par de segundos la respuesta comienza a formarse dentro de mi, seguro que con las nuevas metodologías educativas es la silla donde se sientan los niños que no son obedientes, que arman jaleo, que se pelean con sus compañer@s, enfin, todo aquel “delito” ejecutado en la clase y que sea motivo de ser “penado” con el sentarse en la “silla de pensar”.
Estaba enfrascado en esos pensamientos, cuando sale la maestra, una chica joven pero con años de experiencia con est@s futuros dirigentes del país, y le pregunto ¿Qué es la silla de pensar?, ella, entre sonrisa, me confirma mis pensamientos del párrafo anterior y además me amplia, pero Hugo – mi nieto- no ha estado nunca sentado ahí, la verdad es que me sentí un tanto defraudado, hubiera querido que al menos en alguna ocasión hubiera sido reo de la silla.
Si os soy sincero algo tan sencillo y aparentemente tan simple, me ha llevado a distintas reflexiones de la importancia que tendría una buena silla de pensar para aquellos que tienen responsabilidades en temas que van desde lo educativo a lo político y económico.
Me ha traído a la memoria como los cambios educativos han pasado, de las orejas de burro, los brazos en cruz de nuestra época, los golpes de regla en las manos de años 40 a los 70, a esta “silla para pensar”; el fin, puede ser el mismo, modificar conductas, pero el medio ha cambiado de forma radical, ya no vale “la letra con sangre entra”; una pena que los políticos de uno y otro bando, al igual que los banqueros y resto de prohombres antes de tomar una decisión que afectan a los ciudadanos no se sienten en una “SILLA DE PENSAR”, si lo hicieran el mundo, seguro, iría mejor.
¡Cuánto me ha gustado esta entrada! Cierto es que muchos de nuestros malestares (sociales, personales) no serían tan graves si encontráramos, obligatoriamente, el sitiio y el momento para la reflexión... y no necesariamente mediante las tan de moda "técnicas de meditación oriental". Una simple silla en la clase de educación infantil puede servir para que un niño de 4 años se inicie en el arte de pensar y medite sobre sus actuaciones. Pero también es bueno que niños y adultos nos recreemos en la meditación de nuestros logros, de lo que nos hace felices y tenemos. Seguro que el ruido del día a día nos impide llegar a estas reflexiones sobre la marcha, pues el pensamiento requiere silencio para poder ensimismarse y no soportar las interferencias del entorno, estoy segura que muchas de ellas son las que nos impiden "pensar acertadamente" con frecuencia.
ResponderEliminarSin embargo muchos nos hemos dado cuenta de cuál es nuestro mejor sitio de pensar en cada etapa de nuestra vida: una vez le oí a alguien que sólo encontraba silencio y tiempo para sus pensamientos en el baño de su casa, con la puerta cerrada y durante su aseo. Yo tuve una época en la que encontré mi sitio y mi momento en el coche, cuando conducía sola al trabajo (fue la época de los hijos-bebés en la que hasta en sueños los oía llorar o llamarme), y ahora estoy en la etapa en la que mi sitio de pensar mejor está al irme a dormir, justo antes de coger el sueño. Ya se ha dicho tradicionalmente - ¡las consultas con la almohada dan mucha lucidez a nuestros pensamientos!
Gracias Guada, primero por hacerte mi seguidor, la verdad, no esperaba menos, jejeje, y segúndo por el comentario; es cierto que si desde pequeños les enseñamos a pensar, no tendríamos que oir lo que oimos en los distintos medios de comunicación, en las reuniones de comunidad, y en todo lugar donde se reunen más de una persona. ¡¡AH!! lo de la silla de pensar es algo metafórico se puede pensar hasta en la taza del water como bien dices.
ResponderEliminarSaludos