Hace unos días la amiga Pilar en su blog ABALORIOS se referían a un libro titulado “La catedral del mar” de Ildefonso Falcones, un autor del que ya había leído “La mano de Fátima” libro que me encantó en su momento; tras leer los comentarios que se vertían en esa entrada me ha dado pié a su compra, en el día de hoy he comenzado su lectura.
No es sobre el libro sobre lo que yo quiero hablar, es que la situación me ha recordado mucho lo que está ocurriendo con las agencias de calificación, los mercados, los especuladores, la política y los políticos, resumiendo, comparo el derecho de pernada con la situación económica actual; nos están “follando” de la peor manera posible y encima ponemos buena cara, las soluciones, no tocar al señor feudal y acosar al siervo.
El gran señor, quiere más y lo coge de cualquier lugar, no le importa dejar yermos sus terrenos, tendrá otros a los que acogerse, solo vale una cosa para defenderse de tamaña vergüenza, levantarse en armas y no perder la dignidad.
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si que a veces pienso que volvemos al medievo, y eso que yo de vida políticosocial nada de nada ni veo las noticias
ResponderEliminarpero la historia no hace más girar entorno a ella misma, no deja de ser una espiral
El poder económico ha capitaneado la situación en todo momento, pero ahora lo hace con un desparpajo provocador increíble. Sería bueno que recordaran que no hay fortín ni atalaya donde guardar el dinero para siempre fuera del alcance de un pueblo sublevado. No comprendo a la política sometida a la tiranía del capital.
ResponderEliminarFrancisco yo tampoco entiendo lo que pasa, la política ¿para que sirve? está siendo mancillada por seres que no representan a nadie.
ResponderEliminar¡¡Ah!! ayer me acordé de ti, en la tele salió el fiestón que dieron algunos ricachones, en una comida de 1000€ el cubierto para algo solidario, si no me equivoco la promovía Antonio Banderas, me dije Paco no estará muy lejos.
Un abrazo.
Gracias por entrar en mi blog, le diré a mi hija que mire el tuyo especialmente lo relacionado con las plantas.
ResponderEliminarUn abrazo.
jiijijijji es que acaso cambió en algún momento estimado y admirado amigo, lo que pasa es que ahora lo hacen sin vaselina, un besin muy grande de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarEl pueblo llano nunca importa a su señor. Solo importamos si somos productivos, y en el momento que nos quejamos nos tachan de subversivos...
ResponderEliminarSolo nos lo venden un poco más bonito, pero siguen teniendo derecho de pernada...
Besos desde el aire
¿Habremos vuelto al feudalismo de nuevo? En muchos lugares de esta bendita tierra creo que sí.
ResponderEliminarSaludos
Muy bien traida la comparación. Por cierto, la novela "La catedral del mar" está bien documentada y cumple su función de entretenimiento bien narrado.
ResponderEliminarUn beso
Hola Emilio!! Lamentablemente la política ha llegado a ser un señor feudal, los que la llevan a cabo exprimen al pueblo para enriquecerse e irse con los bolsillos llenos. Parece que retrocedemos.
ResponderEliminarLa comparación es excelente.
besossssssssss
Poco que añadir amigo Emilio, hoy parece que nos levantamos con ideas parecidas en mente. Por cierto, muy buen libro. Saludos.
ResponderEliminar¡¡coño!! han pasado siete siglos y seguimos tan jodidos, ¡¡manda carajo!!
ResponderEliminarUn abrazo asturiana
Roas, está claro que lo que se quiere es la producción y el futuro de esa producción en mano de obra barata.
ResponderEliminarBesos
Como has visto leí "la mano de Fatima" inspirada en las guerras de los moriscos en la Alpujarra de Granada, y se que estaba bien ambientada, no conozco tanto la zona de Cataluña ni su historia para llegar al detalle, pero creo que el autor es una persona seria en su documentación.
ResponderEliminarUn abrazo Ciber.
Antonio llevamos unos dias que lees la prensa, escuchas la radio, la tele, los blog y la madre que nos parió y se habla de lo mismo.
ResponderEliminarEspero leerlo en esta semanita, ante de coger un par de tochos que tengo pendientes.
Saludos
Hola Gabriela, no se pongo en duda que alguna vez se haya avanzado.
ResponderEliminarUn beso
Norma, posiblemente no hayamos salido de el nunca.
ResponderEliminarUn beso