Como un buen abuelo, este año he participado, al menos como castañero y
como fotógrafo, en la fiesta que el Colegio
de los Abencerrajes de Granada ha realizado con los pequeñ@s de infantil (3,4 y
5 años) dando a conocer los frutos de otoño, actividades que en mi época, hace
ya más de 50 años, a nadie se le pasaba por la cabeza, un modo de enseñar a los
pequeños estudiantes las frutas de temporada además de que las prueben, algo
que en la casa es bastante arduo de conseguir
gracias a que los padres tampoco
colaboran en eso de dar a sus hijos frutas y verduras. Aquí tenéis la prueba
fotográfica.
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| Madres asando castañas |
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| Frutos de otoño: granadas, nueces, castañas, mandarinas, almendras |
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| Carne de membrillo, mangos, uvas, chirimoyas. |
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| Los pequeños en proceso de observación |
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| Sentados en el patio comen lo que les gusta, lo que no, a la basura. |
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Profesoras y madres colaboradoras en la fiesta, el fotógrafo, un servidor.
Como se puede ver, en contradicción a lo que pueda decir el Sr. Duran Lleida y todos los catalanistas que le hacen caso, los niñ@s andaluces tienen colegio, patios, mesas, sillas, profesor@s que colaboran en actividades educativas complementarias al margen de las obligatorias, y unas madres/padres, aquí solo hay madres, que igualmente están para ayudar en la educación de sus hij@s, faltaría más. ¡¡Ah!! Para evitar malos entendidos, los niños están sentados en el patio mientras se toman aquello que han elegido de la mesa, en condiciones normales, sin padres y profesores a su alrededor, estarían rodando por el suelo, cosas de niñ@s. Emilio Manuel M.
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gracias querido y admirado escritor y amigo por hacernos participes de tan bello y entrañable evento, muchos besinos de esta amiga que te quiere un montón y te desea con cariño feliz fin de semana en compañía de tus seres queridos.
ResponderEliminarNo disimules, pobriños, si comen en el suelo....
ResponderEliminarQue actividad tan chula ¿no? Se me hace la boca agua con los platos de granadas.
Un saludo
(perdona que comente menos, pero me resulta muy complicado, no se me abre la ventana, y varios atascos más, pero sabes que sigo aquí)
Por aquí diríamos:Un abu super chocho! traducido para ese señor que no entiende: Un abuelo muy feliz de participar de actividades programadas por docentes muy hábiles.
ResponderEliminarCariños para ti.
Lo rico que es el idioma español, no te voy a negar que soy un "abu super chocho", y así dicho sin explicar seguro que no entenderían nada.
ResponderEliminarUn abrazo Norma
¡¡ah!! y en este centro no utilizan libros, los van haciendo ellos mismos a lo largo del curso, si es que puestos a ahorrar, somos la leche. Más estirados con el dinero que los mismos catalanes.
ResponderEliminarBien Pilar, a resolver esos pequeños problemas y deseo verte a plena actividad. Un abrazo.
Gracias amiga asturiana. Un abrazo .
ResponderEliminarEmilio, muchas gracias por compartir tus vivencias personales tan cálidas, con tus nietos, en esta fiesta escolar, tan entrañable.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Maria, es una más de las muchas que prepara el colegio en periodos concretos, dentro de unas fechas me tocará como educador y como cooperante darles una clases lo que es la diferencia, como vive "el otro" y meterles en el meollo que aunque seamos diferentes somos iguales, aprovechando que hoy en los colegios hay muchos chavales de distintas culturas se hace más fácil.
ResponderEliminarUnas imágenes entrañables. Las actividades con los niños siempre resultan muy enriquecedoras.
ResponderEliminarUn saludo.
Y que lo digas Dean, basta ver la cara de los crios pidiéndote algo para que se te quede el cuerpo enriquecido durante el resto del dia.
ResponderEliminarSaludos
Qué bonito Emilio.Recuerdo cuándo mi hija iba a la guardería y hacian el Magosto.Es la recogida de castañas.Venia loca de contenta al igual que esos crios.Mil besitos y mil gracias por compartir estas fotos con todos nosotros.
ResponderEliminarHola, buenas noches. Ignoro como llegué hasta aquí, pero, después de mi entrada, no quiero marchar sin comentarte algo.
ResponderEliminarHoy en día, es un privilegio ser pequeño e ir a un buen colegio, que conste que no me estoy refiriendo a uno privado.
Actualmente, los medios educativos han avanzado muchísimo, a Dios Gracias, la regla ha desaparecido de las escuelas y los niños no vuelven con las manos calientes a casa.
Mis nietos, hace unos días, también han vivido el otoño, llegaron diciendo que había árboles con hojas y otros sin ellas.
También llevaron a clase membrillos, castañas y manzanas.
Evolucionamos a mejor, aunque a veces pienso que, con tanta ficha, se está desperdiciando esa esponja que tienen nuestros pequeños por cabeza, tendrían que memorizar más, todo hay que entrenarlo.
Un abrazo.
Kasioles
Hola Kasioles, en primer lugar gracias por asomarte a mi blog, ¿te preguntas como has llegado a el? si te fijas tenemos a seguidores comunes, puede que saltando de uno a otro hayas llegado a él.
ResponderEliminarPor lo de las manos calientes, interpreto que eres de la vieja escuela, como yo, mas de una vez me fui a casa con las manos "ardiendo" gracias a unas magníficas reglas que tenían los curas, hoy eso ha desaparecido, incluso, por desgracia, ha desaparecido el respeto por el profesor, gracias a que se le ha dado demasiada facilidades para hacer lo que quieran a lo niñ@s, algo que está bien, pero que hay que poner algunos límites.
Tenemos una educación que nos es mala, puede que tenga carencias, especialmente en los ciclos más altos y universidad pero en la obligatoria no es mala, como todo en la vida es mejorable.
Un saludo
Llevas razón esto son los recuerdos que perduran en los niñ@s.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los padres, con trabajo o sin el están cada más más ocupados, tanto del trabajo como de buscarlo; pero ahí estamos los abuelos en la retaguardia para que nuestros niños no sufran las consecuencias.
ResponderEliminarFrancisco, llevas mucha razón en ello, como sabes yo también soy abuelo cuidador, en tanto mis hijas tienen la suerte de ejercer el trabajo que ellas eligieron, ahora bien, tengo mis dudas si debemos de ser los abuelos los que ejerzamos de educadores, bien es cierto que los niños no tienen la culpa de la situación que viven sus padres y la sociedad en su conjunto que parece que está contra estos niños. De momento no voy a negarte que disfruto como un cochino en un charco cada vez que puedo hacer algo importante por ellos. Un abrazo.
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