En
España hay casi cinco millones de
desempleados. Los hogares con todos sus miembros en paro llegan a casi 1’5 millones.
Dada esta situación, ¿por qué en España no hay una reacción revulsiva de la sociedad como
está sucediendo en otros países?
El hecho de que no haya una reacción
explosiva no significa que la sociedad esté dormida. Los principales
motivos son la red de apoyo social
con la que cuenta nuestro país, la
solidaridad familiar que impera y la economía sumergida. En España tenemos una solidez en las
medidas de ayuda a personas sin empleo o con recursos limitados mayor que en
otros Estados, además de un
importante respaldo familiar.
El desencanto con la clase política y el escepticismo sobre
la posibilidad de que la situación mejore también explica esa apatía de la población, además,
los sindicatos están ahora mismo en
un momento de retroceso. Sus consecuencias ya las hemos podido
comprobar el 20 M.
Es difícil lograr que personas en desempleo se movilicen. Están fuera de un lugar de
trabajo, no les llegan las reivindicaciones de los sindicatos y siempre está el
temor a que lo que venga sea aún peor. Sin embargo, que no haya una reacción
explosiva no significa que la
sociedad esté dormida.
Estamos viendo como las protestas concretas tienen más éxito
que una revuelta nacional. Se está viendo en ciudades como Madrid, con las
manifestaciones contra
los recortes en Educación, o en
Cataluña, con encierros y concentraciones
contra la situación de la sanidad
pública, incluso defendiendo a desahucios de viviendas.
La economía
sumergida que se mueve en torno a las cifras de desempleo
es otro de los motivos fundamentales que explican la ausencia de respuesta de
la sociedad, la gente encuentra en el mercado
'informal' de trabajo algún tipo de solución. Si realmente hubiera cinco millones de parados
en este país, estaríamos realmente mal. Según el último estudio de la Fundación
de Cajas de Ahorros (FUNCAS), la economía sumergida en España representó el 23,7% del Producto Interior
Bruto (PIB) entre 2005 y 2008, ¿cómo es posible que no se ataje este problema
tan evidente?.
A los partidos políticos y sindicatos les falta "coraje cívico",
ninguno de ellos está a la altura de la circunstancias, se han metido en un círculo vicioso, en el que
las organizaciones sindicales no son audaces y se quejan porque la población no
les respalda. Pero a su vez, las personas no les siguen porque no son audaces.
Por último, una de las lacras de la sociedad española, y es que en España no terminamos de interiorizar nuestros derechos y
esperamos que los problemas nos los resuelvan otros.
Por todo esto, nunca podremos ser como
Islandia.