Ha terminado el curso escolar. En el día de ayer, saliendo del colegio de mi nieto de recoger sus notas, con 5 años os podéis imaginar que notas, escucho a una madre que, junto a otras, decía: “soy amiga de mi hija, nos contamos todo”; no es la primera vez que escucho esta frase, a mí entender ridícula, puede que este equivocado y sean las nuevas teorías educativas en entornos familiares.
En nuestros treintaicuatro años de padres, nunca hemos pretendido ser amigos de nuestras hijas, éramos "solo" PADRES; como padres, tenemos que estar a disposición las 24 horas del día los 365 días del año, nos estábamos para jaja ni jiji, que también, pero había que educar y en algún caso sancionar, habia que estar a las duras y a las maduras; los amigos van y vienen en función de sus etapas evolutivas y son necesarios para la educación, pero están para otras cosas y para otros momentos, incluso para contarles “sus secretos”, puede que en algunos casos sean sustitutos de los padres por ausencia, pero esto es otro cantar y merece otro comentario, la ausencia de los padres por dejación puede llevar a situaciones no deseadas de los hijos.
Es ahora con las hijas en la treintena cuando hablamos en otros términos; en estos momentos me siento amigo de mis nietos, estoy para jugar con ellos, llevarlos al colegio, comprarle chuches, o para enseñarles a llevar la bici en ausencia de su padre o de su madre que han de trabajar para la maldita hipoteca; ellos son los que tienen el plus de padres, son lo que han de educar a sus hijos, los que han de multiplicar los esfuerzos cuando están con ellos; la madre del nieto, es nuestra hija, desde mi entender, siempre hemos sido y seremos algo más que amigos, ¡¡somos su padres!!; con mis nietos “solo” somos abuelos, digo bien, “solo” por que ¡¡dios!! como cansan los condenaos y que difícil es enseñar las pequeñas cosas que antes se hacían tan fácil.