domingo, 10 de noviembre de 2013

ECONOMIA MALA, ECONOMÍA BUENA

Cuando hablan de economía me genera desconcierto, algo que imagino ocurrirá a buena parte de los ciudadanos; hace unos días el FMI recomendó al gobierno lo que tiene que hacer para que salgamos de la crisis y es: aumentar la contratación a cambio de recortes salariales a los trabajadores del 10% en dos años. Nuestro gobierno, que sigue la voz de su amo, ya lo estará estudiando para aplicarlo, al final los trabajadores no tendrá ni para comer, trabajarán gratis.
         Digo que me produce desconcierto por que si los grandes economistas de FMI, dicen lo que dicen, hay otros, incluso Premios Nobel, que dicen lo contrario, manifiestan que esta crisis se debe a que se ha permitido al capitalismo hacerse, virtualmente, con todos los aspectos de la existencia humana sin que ninguna autoridad quiera hacer algo por remediarlo, así el sistema financiero está fuera de control, las multinacionales no paran de hacerse con los recursos básicos, toda aquella conciencia ecología parece haber desaparecido. Estos mismos economistas reconocen que son pocos, los que toman las decisiones de joder al resto de humanos , luego, los medios de comunicación, han hecho creer al personal que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, de tanto repetirlo, lo hemos creído
         Hay que reinventar el mundo nos dicen estos economistas, sociólogos y gentes de buena fe, lo primero que hay que hacer es poner el sistema financiero bajo control,¡¡que no jueguen con nuestro dinero!!; hay que construir una sociedad más sostenible.  Como dice Susan George, “hay que buscar la manera de sobrevivir. Estamos hablando del futuro de la humanidad. Ninguna generación en la historia, desde el Homo sapiens, ha estado enfrentada a un problema de semejante magnitud. Los Gobiernos miran a otro lado, los presidentes de las empresas piensan que “lo peor” – consecuencias de sus actos- ocurrirá cuando ellos ya no estén aquí… El capitalismo es un sistema que no permite pensar a largo plazo. Es importante para todo lo anterior profundizar en nuevas formas de democracia más participativa, la actual democracia está viciada por la especulación y se puede hacer muy poco con un simple voto”.
         Ya se puede ver en Grecia, Francia, Alemania y España como comienzan a surgir grupúsculos de movimientos fascistas, esperemos que no ocurra algo similar a lo ocurrido en los prolegómenos de ambas guerras mundiales, aunque según el dicho, “la historia se repite”.
         ¿Tan difícil es trabajar por un mundo mejor PARA TODOS?, parece que sí.

viernes, 8 de noviembre de 2013

PUTA NO ES UN INSULTO, ES UN OFICIO.

         Escuchando noticias relacionadas  con el mundo de la prostitución y como legislar contra ello, me ha sugerido esta entrada.

       Estando en la Universidad me acerque con varios estudios antropológicos sobre el tema, no fueron trabajos fáciles pero me dieron un pozo para acercarme al problema, un problema que, de manera recurrente, los gobiernos y/o ayuntamientos intentan solucionar, bien arrojándolas a los extrarradios de las ciudades o multando a diestro y siniestro.

         Aquellas que ejercen el oficio más antiguo del mundo, coloquialmente ya sabemos como se le llama, lo escuchamos desde pequeños, pero no dejo de sorprenderme cuando voy a recoger a mis nietos y escucho como niños que no levanta un palmo disparan la palabra “puta” sin venir a cuento, “el palabro” se ha generalizado de tal manera que se utiliza para cualquier incidente especialmente negativo: “menuda putada”.

          Hace unos meses vi publicado en un diario de Internet (20 minutos) un artículo que me gustó por la reflexión que hacía sobre el concepto, lo archivé y ahora realizo esta aproximación, aquí está.  

         “Hace unos días un usuario desconocido de Facebook insultó a una mujer llamándola «puta». Me apresuré a subrayar que puta es un oficio y no una disposición del espíritu, menos aún del cuerpo. En pocas palabras, puta no es un insulto. Como he dicho, puta es un oficio.
         No obstante, son muchos, demasiados, los que usan esta palabra para denigrar a las mujeres. Los que piensan que las mujeres que viven una vida libre, inconsciente y valerosa deben ser censuradas, en manera alguna toleradas. Porque la libertad siempre da miedo y la de las mujeres aún más.
         Así pues, busqué un mail que mandé hace unos años a varias amigas, en un momento en que Italia estaba siendo sacudida por los escándalos sexuales del ex presidente del gobierno y en que la opinión pública estaba dividida: unos sostenían que la mujer podía decidir con total libertad cómo utilizar su cuerpo, en tanto que otros, que se consideraban moralmente superiores, afirmaban que las mujeres que practicaban el sexo eran inadecuadas, incorrectas.
            Éste es el mensaje de aliento que envié a mis amigas.
       Nos gusta hacer el amor. Nos gusta hacerlo cuando somos adolescentes, nos gusta hacerlo cuando estamos embarazadas, nos gusta hacerlo cuando somos viejas. Lo hacemos con nuestros maridos, nuestros compañeros, nuestros amantes, nuestros amigos, lo hacemos con uno o varios hombres a la vez, también con las mujeres, lo hacemos de noche, en silencio, lo hacemos de día, durante la pausa para comer.
         Lo hacemos porque creemos que hacer el amor estimula la creatividad, lo hacemos porque el amor nos libera, lo hacemos porque lo deseamos, lo hacemos y no nos arrepentimos. Lo hacemos por amor, lo hacemos por curiosidad, lo hacemos por costumbre, lo hacemos por profesión, lo hacemos por amor del amor, lo hacemos con o sin amor, lo hacemos porque nos queremos
         Lo hacemos con los políticos, lo hacemos con los trabajadores, lo hacemos con los empleados, lo hacemos con los periodistas, incluso lo hacemos solas. Y nos reímos cuando lo hacemos. Lloramos también, a veces. Nos sentimos sucias o castas, tetas grandes o pequeñas, somos punk y también funk, llevamos perlas o zapatos bajos, esmalte rojo o tacones altos, nos recogemos el pelo, lo soltamos, decidimos si ponernos o no silicona. 
         Nos gusta el sadomasoquismo, nos gusta el intercambio de parejas, nos gusta el sexo anal, nos gusta el sexo oral. Vemos películas pornográficas, leemos novelas eróticas, hablamos de sexo con nuestros amigos y amigas, nos acostamos con nuestros amigos y amigas. Nos casamos con la persona que queremos o nos casamos por error, tenemos hijos con la persona que elegimos o tenemos hijos por casualidad, trabajamos porque tenemos capacidad para hacerlo, trabajamos porque nadie nos regala el trabajo. 
            No nos ofenden las mujeres que tienen una sexualidad diferente de la nuestra, no nos ofenden las mujeres que deciden de manera consciente recibir dinero a cambio, no nos ofende que el modelo femenino de otro no coincida con el nuestro. Nos ofenden los que marcan las diferencias, nos ofenden los prejuicios, nos ofenden los insultos, nos ofende la incomprensión, nos ofende quien se considera moralmente superior, nos ofende quien se considera sexualmente mejor.
         Nos ofende quien se aprovecha de la vulnerabilidad de los demás. Nos ofende quien nos ofende porque teme nuestra libertad”

              Por todo lo anterior Arsuaga, paleontólogo y Director de los Yacimientos de Atapuerca, dice: el sexo nos ha hecho más inteligentes”.

             Entre los libros que tengo encima de la mesa del comedor y que voy leyendo poco a poco trata sobre este y otros temas su título: "Historia secreta del sexo en España".Juan Eslava Galán, Editorial Temas de Hoy, 1.991. 280 Págs. Madrid. 


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