Escuchando noticias relacionadas con el mundo de la prostitución y como legislar contra ello, me ha sugerido esta entrada.
Estando en la Universidad me acerque con varios estudios antropológicos sobre el tema, no fueron trabajos fáciles pero me dieron un pozo para acercarme al problema, un problema que, de manera recurrente, los gobiernos y/o ayuntamientos intentan solucionar, bien arrojándolas a los extrarradios de las ciudades o multando a diestro y siniestro.
Estando en la Universidad me acerque con varios estudios antropológicos sobre el tema, no fueron trabajos fáciles pero me dieron un pozo para acercarme al problema, un problema que, de manera recurrente, los gobiernos y/o ayuntamientos intentan solucionar, bien arrojándolas a los extrarradios de las ciudades o multando a diestro y siniestro.
Aquellas que ejercen el oficio más antiguo del mundo, coloquialmente ya sabemos como se le llama, lo escuchamos desde pequeños, pero no dejo de sorprenderme
cuando voy a recoger a mis nietos y escucho como niños que no
levanta un palmo disparan la palabra “puta” sin venir a cuento, “el
palabro” se ha generalizado de tal manera que se utiliza para cualquier
incidente especialmente negativo: “menuda putada”.
Hace unos meses vi publicado en un diario de
Internet (20 minutos) un artículo que me gustó por la reflexión que hacía sobre
el concepto, lo archivé y ahora realizo esta aproximación, aquí está.
“Hace
unos días un usuario desconocido de Facebook insultó a una mujer llamándola
«puta». Me apresuré a subrayar que puta es un oficio y no una disposición
del espíritu, menos aún del cuerpo. En pocas palabras, puta no es un
insulto. Como he dicho, puta es un oficio.
No
obstante, son muchos, demasiados, los que usan esta palabra para denigrar
a las mujeres. Los que piensan que las mujeres que viven una vida libre,
inconsciente y valerosa deben ser censuradas, en manera alguna toleradas.
Porque la libertad siempre da miedo y la de las mujeres aún más.
Así
pues, busqué un mail que mandé hace unos años a varias amigas, en
un momento en que Italia estaba siendo sacudida por los escándalos sexuales del ex
presidente del gobierno y en que la opinión pública estaba
dividida: unos sostenían que la mujer podía decidir con total libertad cómo
utilizar su cuerpo, en tanto que otros, que se consideraban moralmente
superiores, afirmaban que las mujeres que practicaban el sexo eran inadecuadas,
incorrectas.
Éste
es el mensaje de aliento que envié a mis amigas.
Nos
gusta hacer el amor. Nos gusta
hacerlo cuando somos adolescentes, nos gusta hacerlo cuando estamos
embarazadas, nos gusta hacerlo cuando somos viejas. Lo hacemos con nuestros
maridos, nuestros compañeros, nuestros amantes, nuestros amigos, lo
hacemos con uno o varios hombres a la vez, también con las mujeres, lo
hacemos de noche, en silencio, lo hacemos de día, durante la pausa para comer.
Lo
hacemos porque creemos que hacer el amor estimula la creatividad, lo
hacemos porque el amor nos libera, lo hacemos porque lo deseamos,
lo hacemos y no nos arrepentimos. Lo hacemos por amor, lo hacemos por
curiosidad, lo hacemos por costumbre, lo hacemos por profesión, lo
hacemos por amor del amor, lo hacemos con o sin amor, lo hacemos porque
nos queremos.
Lo
hacemos con los políticos, lo hacemos con los trabajadores, lo hacemos con
los empleados, lo hacemos con los periodistas, incluso lo hacemos
solas. Y nos reímos cuando lo hacemos. Lloramos también, a veces. Nos
sentimos sucias o castas, tetas grandes o pequeñas, somos punk y también
funk, llevamos perlas o zapatos bajos, esmalte rojo o tacones altos, nos
recogemos el pelo, lo soltamos, decidimos si ponernos o no silicona.
Nos
gusta el sadomasoquismo, nos gusta el intercambio de parejas, nos gusta el sexo
anal, nos gusta el sexo oral. Vemos películas pornográficas, leemos
novelas eróticas, hablamos de sexo con nuestros amigos y amigas, nos acostamos
con nuestros amigos y amigas. Nos casamos con la persona que queremos o nos
casamos por error, tenemos hijos con la persona que elegimos o tenemos hijos
por casualidad, trabajamos porque tenemos capacidad para hacerlo, trabajamos
porque nadie nos regala el trabajo.
No
nos ofenden las mujeres que tienen una sexualidad diferente de la nuestra, no nos ofenden las mujeres que deciden de
manera consciente recibir dinero a cambio, no nos ofende que el modelo femenino
de otro no coincida con el nuestro. Nos ofenden los que marcan las diferencias,
nos ofenden los prejuicios, nos ofenden los insultos, nos ofende la
incomprensión, nos ofende quien se considera moralmente superior, nos ofende
quien se considera sexualmente mejor.
Nos
ofende quien se aprovecha de la vulnerabilidad de los demás. Nos ofende
quien nos ofende porque teme nuestra libertad”.
Por todo lo anterior Arsuaga,
paleontólogo y Director de los Yacimientos de Atapuerca, dice: “el sexo nos ha hecho
más inteligentes”.
Entre los libros que tengo encima de la mesa del comedor y que voy leyendo poco a poco trata sobre este y otros temas su título: "Historia secreta del sexo en España".Juan Eslava Galán, Editorial Temas de Hoy, 1.991. 280 Págs. Madrid.
Entre los libros que tengo encima de la mesa del comedor y que voy leyendo poco a poco trata sobre este y otros temas su título: "Historia secreta del sexo en España".Juan Eslava Galán, Editorial Temas de Hoy, 1.991. 280 Págs. Madrid.
Un artículo genial, claro y conciso de una realidad abrumadora.
ResponderEliminarLa mujer, repito, es una persona que debe ser equiparada al hombre, para el que el tema del sexo es lícito, permisible en todas sus facetas e incluso plausible, motivo de orgullo varonil, admirable desde todos sus ángulos, sobre todo, por los de su mismo sexo.
Ahora bien, la mujer es Puta si es libre en el aspecto sexual, si se desinhibe y muestra su igualdad, si osa romper las barreras retrógradas sostenidas a lo largo de los años, aún activas, presentes y demoledoras, no solo en este aspecto sino en muchos más.
Añado también, que lo que de verdad me produce desazón, me descoloca y oprime, es saber que hay mujeres-muchas-que son obligadas a practicar sexo no deseándolo, a la fuerza y en provecho de unas redes, de hombres en su mayoría, que las utilizan vilmente.
Abrazos.
Está claro que el artículo publicado se refiere a personas que realizan el sexo de forma libre; lo otro es un delito que debe de ser penado y que generalmente los poderes siempre suelen mirar para otro lado.
EliminarEl libro al que me refiero es muy ilustrativo que nos cuenta hechos que ha pesar de los miles de años parecen que pasan hoy.
Saludos
Siempre que el sexo sea libre...que cada uno haga lo que desee,sea hombre o mujer!!!
ResponderEliminarUn beso
Ese es el fondo de la cuestión y de la entrada, aunque para algunos todo lo que huela a sexo y no vaya encaminado a la procreación es pecado.
EliminarSaludos
Una entrada, extraordinaria, descomunal, precisa sin nada que quitar. Y añadir lo que ha dicho Marinel y que tu ya has respondido.
ResponderEliminarEl empleo de la palabra ha ido degenerando y muchas veces la decimos sin darle el significado que tiene, cuando por ejemplo decimos hijo de puta, no pensamos que la madre del susodicho lo sea, y luego también depende del tono.
Un abrazo
Gracias Ester, el texto que refiero al final es muy curioso, nos cuenta como en la Edad Media, los burdeles se encontraban en las iglesias, de ese modo, dentro de cierta higiene, todos, incluidos los que profesaban el Islam, podían acudir.
EliminarSaludos
Primero, agradecer que nos hayas dado a conocer ese gran articulo, que suscribo totalmente, aun no siendo mujer.
EliminarSegundo, todo pasa por la palabra definitiva y nunca bien ponderada: LIBERTAD.
Un abrazo.
Es cierto, ya se ha referido en los comentarios, pero el concepto de libertad, estamos viendo que es demasiado laxo, ¿es libre una mujer que carece de trabajo y se dedica a prostituirse para alimentar a su familia?, ¿quien es el culpable de esa situación?, como esto miles de ejemplos.
EliminarUn abrazo.
Me encanta el artículo, no hay nada más que añadir, pero queda mucho camino por recorrer hasta que nos entre en la cabeza el título de tu entrada.
ResponderEliminarEsto tardará en asimilarse
Hay dentro del movimiento feminista quien manifiesta que tampoco es un trabajo.
EliminarSaludos
Arsuaga tiene razón, yo me siento cada vez mas tonto... jajaja
ResponderEliminarSalud
Tu has llegado al máximo de la evolución, donde te encuentras ahora, como muchos y otros vamos llegando, es a la "pitopausia" o dicho en fino andropausia.
EliminarSaludos
Excelente artículo, y cada cual con su cuerpo, sin hacer daño a nadie que haga lo que le plazca. En cuanto a la palabra puta siempre ha sido una palabreja bastante polémica. Aparte como apuntas, que está muy bien empleada cuando se trata de definir su profesión, según y como la emplee uno, yo creo que para nada se puede considerar insulto. Fíjate que los andaluces, y tú muy bien lo sabes, para nombrar a uno cariñosamente se dirigen a él como: "Serás hijo de la gran puta", pero con eso acento andaluz y gracioso que tanto os diferencia. Aquí en Valencia para llamar a uno amigablemente se le dice: "Tú fil de puta". La palabra puta ofende, según el grado e intencionalidad con la que la nombramos y nos dirigimos.
ResponderEliminarUn abrazo Emilio Manuel.
También el sexo que se practica con una "puta" es agradable, solo que hay que pagar por ello.
EliminarSaludos.
Comienzo por decir que yo no soy mejor que nadie, pero no practico la inmensa mayoría de las fórmulas amatorias que aquí se relatan. Siendo jovencito le leí al Dr. López Ibor que, todo lo que pasa en la intimidad de una pareja es apto.
ResponderEliminarMe dan penas muchas personas que se dedican a la prostitución porque han sido forzada a ello en contra de su voluntad, me dan pena quienes pasan asco, repugnancia, miedo, de tener que hacerlo con personas que no les apetece. Pero jamás se me ocurre juzgarlas y menos aún insultarlas. Allá cada quien con su conciencia.
Un abrazo.
A aquellas que han sido forzadas a practicar la prostitución deben ser juzgados, es un delito contra la libertad individual; lo que ya me cuesta trabajo comentar como delito o incluso apenarme, es el hecho de que haya mujeres que tienen que hacer sexo cuando y con quien no les apetece, aquí tendríamos que meter a prostitutas y a matrimonios aparentemente sólidos.
EliminarTampoco nos damos cuenta de que estas mujeres también hacen una labor social, y si no que se lo pregunten a viudos, solteros, mayores, enfermos, tanto hombres como mujeres que utilizan estos servicios y luego los repudian, esto se llama ¡¡hipocresía!!,
Un abrazo.
Si, es una palabra muy popular, según en el momento y sitio que se diga se puede calificar, no es lo mismo que lo diga un niño en su inocencia porque lo ha oído, a que lo diga un adulto en plan despectivo cuando ve una mujer más o menos liberar con su cuerpo.
ResponderEliminarQue la mujer es libre para utilizar su cuerpo como ella buenamente desee ,y eso no debería ser criticable ,¿No lo hacemos los hombre lo mismo? A unos les gustan las mujeres y a otros no, ellas tienen el mismo derecho.
Yo si lo considero profesión o trabajo, por haber visto en tiempos donde existía mucha demanda de empleadas de hogar, sobretodo mujeres de otros destinos esa profesión no les era según ellas rentable.
Saludos
Reconozcamos que como profesión hay distintos niveles, están las de lujo, y están las "arrastradas" la que trabajan en la calle, en los cruces de carretera y en la esquina tienen al proxeneta al que tiene que pagar buena parte de su trabajo. Aquí no incluyo ese otra prostitución forzada, en la que la chica ha sido robada de otros países y trabaja en un club de carretera, eso es un gran delito, las autoridades no hacen nada y miran para otro lado, de vez en cuando se hace una redada, se publicita ampliamente y después sigue el negocio.
EliminarSaludos
Eslava Galán: me encanta todo lo que escribe. Es uno de mis favoritos.
EliminarUn abrazo.
El próximo libro que le voy a meter mano de este autor es "Historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie".
EliminarSaludos
Yo también lo tengo en cartera. Ahora estoy leyendo "La historia del mundo contada para escépticos". Me encanta.
EliminarNo lo he leído, pero lo tengo en la lista de pendientes de leer.
EliminarSaludos
Dando en la diana y con acierto, en mi opinión.
ResponderEliminarJusto a la altura que escribo mi comentario a la derecha, tienes la cita de John Lenon- "Vivimos en un mundo en el que nos escondemos para hacer el amor...pero la violencia se practica a plena luz de día"-
¿Por que esa violencia en tratar de este modo a la puta, así en plena luz de día?
Besos fuertes ♥♥♥
Por el número de comentarios que ha supuesto esta entrada, me temo que o bien la gente no quiere hablar del tema, es como si no existiera, o que es que se aplica la frase de Lenon.
EliminarUn abrazo.
Puta, nazi, todo este vocabulario se ha vulgarizado y banalizado.
ResponderEliminarLa gente ya lo ha sacado de su contexto y se permite utilizarlo sin pies ni cabeza, cuando se trata de lanzar ofensas careciendo de argumentos.
Leí un artículo que te dejo aquí por si te interesa: http://blogs.elpais.com/autopsia/2013/04/renazismiento.html
Así es mucho más fácil sacar de contexto definiciones, manipularlas y manipular de paso ideas y sociedades.
Respecto al amor libre, mientras se practique, todo irá bien.
Los prejuicios sólo los tienen aquellos que quieren seguir teniendo el control, no sólo de nuestros pensamientos e ideas sino también de nuestros cuerpos.
Un abrazo.
Me ha gustado lo de los prejuicios como sistema de control, porque es así.
EliminarEn cuanto al artículo, lo de feminazismo también comienza a aparecer, las mujeres bien pensantes que las lleva a ese nuevo feminismo antes dicho.
Un abrazo y gracias por el enlace.