Hace unos días en
el departamento de Antropología Física , como consecuencia de estar
hablando sobre los sentimiento y comportamientos humanos, nos recordaron la epopeya de Gilgamesh poema en el que se
plantean estas reacciones humanas.
Es
el primer poema épico de la Historia,
fue rescatado para la humanidad tras siglos de silencio, la epopeya de
Gilgamesh está considerada la narración
escrita más antigua de la Historia. Inscrita
en caracteres cuneiformes, y de
origen sumerio, este poema épico nos cuenta la historia del semidiós
Gilgamesh, también rey de Uruk. Por tratar, entre otras cosas, de un viaje de iniciación a lo trascendente,
anticipa ciertos aspectos de la literatura griega clásica.
La
leyenda sobre este rey cuenta que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos,
pidieron ayuda a los dioses, quienes enviaron a un personaje llamado Enkidu para
que luchara contra Gilgamesh y le venciera. Pero la lucha se hace muy igualada,
por fin vence Gilgamesh, y Enkidu lo reconoce como verdadero Rey, a
continuación, los dos luchadores se hacen amigos. Juntos deciden hacer un largo
viaje en busca de aventuras, en el que aparecen toda clase de animales
fantásticos y peligrosos.
En
su ausencia, la diosa Inanna (conocida por los babilonios como Ishtar y más
tarde como Astarté) había cuidado y protegido la ciudad. Inanna declara su amor
al héroe Gilgamesh pero éste lo rechaza, provocando la ira de la diosa que en
venganza envía el Toro de las tempestades para destruir a los dos
personajes y a la ciudad entera.
Gilgamesh
y Enkidu matan al toro, pero los dioses se enfurecen por este hecho y castigan
a Enkidu con la muerte. Gilgamesh muy apenado por la muerte de su amigo recurre
a un sabio llamado Utnapishtim (Ziusudra en sumerio que puede significar «el
de los Días Remotos») el único humano, junto con su esposa, que por la
gracia de los dioses es inmortal. Gilgamesh recurre a él para que le otorgue la
vida eterna, pero Utnapishtim le dice que el otorgamiento de la inmortalidad a
un humano es un evento único y que no volverá a repetirse como ocurrió con el Diluvio
Universal.
Finalmente
la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que como consuelo a su viaje le
diga a Gilgamesh donde localizar la planta que devuelve la juventud (mas no la
vida o juventud eterna), éste le dice que la planta está en lo más profundo del
mar. Gilgamesh se decide a ir en su busca y efectivamente la encuentra, pero de
regreso a Uruk decide tomar un baño, y al dejar la planta a un lado, una
serpiente se la roba (basándose en que las serpientes cambian de piel, por ello
vuelven a la juventud). El héroe llega a la ciudad de Uruk donde finalmente
muere.
Este mito, como
todos los que pertenecen a las tradiciones de las sociedades humanas en
general, tiene implícita una enseñanza que muestra la importancia de la
mitología en la vida diaria de las personas, y en la configuración de la
sociedad misma. Así, la figura del héroe representa la figura de un personaje
que ha emprendido un camino, y a través de su recorrido, va a aprender que el verdadero
sentido de la vida no es alcanzar la inmortalidad, don exclusivo de los dioses,
sino entender que no estamos solos en el mundo, que para crecer y superarnos a
nosotros mismos debemos caminar junto a otros en los que nos podemos ver
complementados, reflejados y contrariados.