MALDITA TASA DE RECICLAJE de Granada

Como éramos pocos, parió la abuela. Hoy me viene a casa un recibo de la DI(PUTA)CIÓN de Granada correspondiente a una tasa de tratamiento de residuos sólidos correspondiente al año 2014 por un importe de 18,72€, teniendo en cuenta que cada dos meses abono al ayuntamiento los recibos de agua y basura, esta última, con una tasa fija de 19,24€, hace al año: 115’44€; ante este impuesto, te haces varias preguntas ¿Qué hace nuestro ayuntamiento?, ¿nunca ha pagado por reciclar la basura que recoge?, ¿Dónde la ha llevado?, o es que con este nuevo impuestos ¿los granadinos estamos pagando la deuda de un ayuntamiento en banca rota?.

         Inventar impuestos es feo. Creo que el Ayuntamiento cede el cobro de este impuesto a la Diputación, -que no se presenta a las elecciones-, para que esta sea la mala. Como he leído a otro ciudadano cabreado que decía:

 “Para que nos entendamos: en esta historia la Diputación es el brazo recaudatorio de la banda municipal. Las bandas armadas y sin armar, exceptuando las de música, son cobardes y no dan la cara.”

         Hasta ahora toda la basura de casa: papeles, cartones, latas, material orgánico iba dirigido a su correspondientes contenedores, a partir de este momento me lo estoy planteando. Estoy cabreado ¿se nota?. ¡¡Ahh!! y además te amenazan si no pagas en plazo, pandilla de mamones.

NI LA O CON UN CANUTO

Leo poca prensa durante las vacaciones, sin embargo ha habido dos noticias relacionadas con la educación que me han hecho pensar un rato, ambas están relacionadas con el Informe Pisa, según este informe realizado sobre una muestra de 60.000 alumnos de 15 años, nos dice que el 16’5% (uno de cada seis estudiantes) no sabe tomar decisiones sobre gasto cotidiano y tampoco sabe interpretar una factura. La segunda información nos cuenta que  un licenciado universitario español tiene el mismo nivel de conocimientos que un bachiller japonés.

  

         Las dos noticias son de traca, ponen a nuestros jóvenes a caer de un burro; aunque siendo  sincero, la primera información se puede cuestionar por la pésima calidad informativa de las facturas que emiten nuestras empresas de telefonía, electricidad, aguas o recibos municipales, y eso si las envían, ya que por ahorrar papel, alegando que son muy ecológicas, -los que les importará a ellos los árboles- en algunos casos ni las mandan. En cuanto a la toma de decisiones sobre gasto cotidiano , con los nuevos contratos de pocos euros, ¿Qué contabilidad se puede llevar, si su sueldo no les dará ni para sus gastos de chuches?, por tanto, no es un problema de nuestros jóvenes, aquí estamos todos los españoles metidos, salvo algunos, no sabemos interpretar una factura.

         Que nos digan que un bachiller japonés tiene el mismo conocimiento de un universitario español, esto ya es harina de otro costal, esto me lo creo. Mientras que las leyes educativas y universitarias cambien cada cuatro años, y los recortes vayan en aumento,  poco avanzaremos. Lo tenemos negro y las distancias aumentan.