El Sr. Andrés Cárdenas es periodista que, con su columna en el diario Ideal, cuenta el día a día de lo que ocurre en Granada y muestra a sus paisanos más o menos ilustres. Es una columna seria, escrita con humor y a veces con retranca “granaina”.
Como consecuencia de una serie de artículos publicados sobre “la polla”, uno de ellos lo he copiado y lo he pegado para su disfrute, el articulista ha aprovechado su éxito y ha publicado un libro que se titula: “DEJAOS DE POLLAS VAYAMOS A POLLAS. QUE NO HAY EN LA VIDA COMO LA PENA DE SER PENE EN GRANADA”. Editorial Port Royal. Temas Granadinos y Andaluces.
El artículo publicado en el diario Ideal de Granada dice los siguiente:
“Los granadinos y jienenses, tan proclives a quedarnos en casa cuando está lloviendo, tan apáticos para no salir a protestar por el retraso de nuestras autovías, tan poco dados a defender el patrimonio que han dejado nuestros antepasados, ahora más que nunca deberíamos de mostrar los dientes a aquellos que tratan de quitarnos algo que nos pertenece desde hace siglos. Me refiero a esa iniciativa de quitar la ‘ll’ del abecedario. No sé si ustedes lo saben, pero si no, yo se lo cuento. Resulta que dentro de unos días se reúnen en Guadalajara (la mejicana) las veintidós academias de la lengua española y plantearán que la ‘ll’ deje de ser considerada letra del abecedario. Así, que si no lo remediamos, la nueva edición de la Ortografía de la Lengua Española no tendrá esa letra. Por ese motivo ha llegado la hora de rebelarnos contra tan tamaña injusticia. Nos quieren privar a los granadinos y jienenses (ya acostumbrados a que nos quiten todo menos la malafollá y el ronquío) de esa letra que está insertada en una palabra tan nuestra y tan pegada a nuestro carácter: polla. Si quitan la ‘ll’ del abecedario, ¿cómo pollas vamos a decir esa palabra que tenemos siempre en la boca? (me refiero a la palabra, como es lógico).El artículo publicado en el diario Ideal de Granada dice los siguiente:
Señores de las Academias de la Lengua, yo os remito a lo que comentó aquel alcalde motrileño cuando supo que los concejales de su mismo partido le estaban preparando una moción de censura. Los reunió y les dijo: «Me he enterado de que estáis de pollas, dejaos de pollas vayamos a pollas». No tuvo que decir más, todos lo entendieron. Pues eso hay que decir a los que quieren quitar la ‘ll’: dejaos de pollas, vayamos a pollas. Para los granadinos y jienenses está palabra es la más polisémica de todas y rara la conversación en la que no sale a relucir. Tanto es así que ya no la consideramos una palabrota ni pensamos en que puede ser el órgano sexual masculino, sino que es una expresión de lo más corriente. Si un granadino no mete ‘la polla’ en cualquier conversación, por muy seria que sea, es que no merecer ser considerado como tal. Lo mismo que si un jienense no termina su frase con el clásico ‘ni pollas’.
En estos días estoy terminado un tratado amplio sobre el carácter polisémico de esta palabra y he descubierto que ya la dijo Felipe II que, como ustedes saben (y si no lo saben yo se lo cuento), fue concebido en Granada, cuando su padres (Carlos V e Isabel de Portugal) realizaban el viaje de novios. Al menos así lo ha escrito Geoffry Parker en el más amplio volumen que se ha dedicado a un monarca español. Bueno, el caso es que cuando a Felipe II le informaron primero de que su flota había sido destruida por un temporal en La Herradura y poco tiempo después de que su Armada Invencible había sido destruida por la climatología en Inglaterra, no dijo eso que está escrito de ‘no he enviado a mis naves a luchar contra los elementos’, sino que, muy resignado ante las circunstancias adversas, bajó la cabeza y comentó: