Cuanto ha cambiado el barrio en el que nací, en lugar de casas
bajas,hay altos edificios impersonales y algún que otro
hotel, en los bajos, gran número de tiendas; aquel barrio, el de mis recuerdos, estaba lleno de socavones, de luces mortecinas, sin vehículos, con niños/as que jugábamos
y muchos árboles que hoy han desaparecido,
los vecinos se conocían y se reunían en el
cine de verano; recuerdo como nos
subíamos a las copas de aquellas inmensas moreras para recoger sus frutos y
ponernos “hasta arriba” de moras y de “manchas”, ese inocente acto gamberro, siempre tenían
sus consecuencia.
Este paseo me ha recordado como siendo
niño, junto con mis primos y los amigos
del barrio, jugábamos al escondite, al pilla-pilla, a policías y
ladrones o a cowboy e indios; los “expertos”
dicen que ese tipo de juegos no son educativos, incitan a la violencia, no voy a entrar en ese análisis; hoy, unos cuantos años más tarde,
los niños no pueden salir a la calle, hay coches, desconfianza y miedo, se quedan en casa viendo la tele o jugando a la play, o simplemente no haciendo nada, son niños que están solos,
eso si, los cargamos de actividades extraescolares que no suelen ser de su
gusto.
Decimos
que esos niños son el futuro de nuestra sociedad, será una
sociedad de solitarios y de personas egoístas e insolidarias, adultos que de
niños/as no jugaron bajo un árbol; apenas damos importancia a estas cosas, no
son modernas, pero reflejan la sociedad de hoy y la del futuro.
Tienes toda la razón. Caminamos hacia una sociedad deshumanizada, insolidaria y completamente individualista.Las nuevas tecnologías están trastocando todo, nuestra forma de vivir, de ser, de pensar...Y lo malo es que, en la mayoría de los casos, no es para bien.¡Qué lejos han quedado aquellos tiempos de los que hablas! Feliz día, Emilio.
ResponderEliminarY lo peor es que no marcha atras.
EliminarUn abrazo
Te voy a contar que el primer día de cole, acompañé a mis nietas, en el patio se ponen en grupo cada uno con su profesor, muchos corrían como balas, saltaban, tiraban las mochilas al aire, una profesora me dijo estos son los que han pasado el verano jugando a la play y viendo tele. Es una pena con lo divertido que era jugar en la calle. Me has hecho recordar y de algunas cosas me estoy riendo. Un abrazo
ResponderEliminarSi esos recuerdos son bonitos, me alegro habertelos traido.
EliminarUn abrazo
Hola Emilio: hace tiempo que no entro en tu blog, y hoy al visitarlo, quiero comentar que esto que explicas de jugar en la calle, me ha hecho recordar que en mi niñez, era lo que mas me gustaba... porque conectabas con tus amigos/as, para jugar a estos juegos tan reales, como saltar a cuerda, al corro del gato atrapando al ratón... te hablo de hace muuuuuchos años,
EliminarAhora es ridículo pensar que en aquellos tiempos, nadie disponía de un tel movil, o un ordenador.. ja ja.
Un fuerte abrazo
Leonor
!!Hola Leonor!! Encantado de verte.
EliminarUn abrazo
No puedo aportar razonamientos científicos para apoyar lo que cuentas, pero sin dudas estoy de acuerdo contigo. Tengo en la coronilla una cicatriz de una pedrada, pero la vida está en la calle y no en el inframundo de las cuatro paredes. Los niños necesitan correr y saltar, jugar con otro niños, pelearse y reconciliarse, comprender que el mundo no es una campana de cristal con forma de faldas de la madre o la abuela; tiene que aprender la competencia y la competición, tiene que aprender a compartir y a vivir a la intemperie, pisar los charcos recibir reprimendas por las quejas de él recibidas... en pocas palabras, jugar y formarse en el campo en el que pronto tendrá que competir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay valores que se aprenden en contacto con el otro, por eso desimos que algunos están desapareciendo, uno muy importante la solidaridad y la empatia.
EliminarSaludos
Por eso, razonando como tu, a veces no hay mas remedio que preguntarnos si estaremos avanzando o retrocediendo... :(
ResponderEliminarSalud
Hombre, para unos se avanza sin mirar que pasa a nuestro alrededor, para otros también avanzamos, solo que lo estamos haciendo mal.
EliminarSaludos
Claro que esas características del medio son ventajosas, pero hay que adaptarse y por otros medios legar en nuestros hijos esos valores; sobre todo mostrarles la manera de ser felices, amando lo que tienen y que no tengan que recorrer un camino tan largo para encontrarse a sí mismos, diferenciando lo que es real de lo que sólo es apariencia.
ResponderEliminarUn saludo.
En la evolución no hay recortes y cuando se producen salen taras. Comparto tu último punto.
EliminarSaludos
Pues aunque tienes razón, a mi no me gusta mucho que mis hijos jueguen con otros en la calle. Más que nada porque lo que veo en la calle no me gusta. Antes los niños eran más sanos, las "gamberradas", si se les puede llamar así, eran más inocentes. Ahora veo otras cosas que no me agradan.
ResponderEliminarLos niños son niños aquí y en la chimpampa, los desconfiados somos nosotros, tampoco voy a negar que jugar en la calle hoy se ha vuelto dificil, tambien sa ha puesto dificil para el ciudadano andante, el medio mecanico ocupa todo el espacio.
EliminarAfortunadamente este verano en la Serranía Conquense, he revivido esos momentos que cuentas, allí se juega aún en las calles y se suben a los árboles, ¡pena de ciudades!
ResponderEliminarEl campo es otra manera, tiene sus ventajas y sus inconvenientes que conocemos.
EliminarSaludos
Parece que tuvimos una infancia similar, pero a miles de km. entre una y otra ciudad.¿Violencia?¿Acaso no la hay viendo tanta tele?
ResponderEliminarSaludos Emilio
Efectivamente, la violenvia ha existido siempre.
EliminarSaludos
Las relaciones entre niñ@s son el reflejo de las relaciones entre adultos, en mi barrio todas las noches de buen tiempo los niñ@s jugábamos en la calle, mientras los adultos se reunían sentados a la puerta de las casas y charlaban de lo divino y lo humano.
ResponderEliminarComo curiosidad te diré que en mi calle las puertas de las casas permanecían abiertas de la mañana a la noche, solo las cubría una cortina, esto sucedía en un barrio de la ciudad de Madrid.
Salud, Emilio.
Deja la puerta abierta hoy y verás que ocurre.
EliminarSaludos
¡¡Cuánta razón tienes!! Hemos cambiado y a peor...
ResponderEliminarY como la tienes, te la he de dar.
Abrazos, Emilio.
Y yo te doy las gracias, pero seguro que otros pensarán otra cosa.
EliminarSaludos
Como yo no tenía Play, no ordenador, ni móvil, me lo pasaba pipa, cogiendo hojas de morera y criando gusanos de seda. no sabía de drones, soldados galácticos ni espadas fosforescentes, pero "bailaba" el trompo como un maestro y a las bolas, no había quien me ganara. Núnca tuve un balón de mi propiedad, ni camiseta, ni botas, pero disputaba todos los partidos que jugaba con las chapas.
ResponderEliminarJugué en la calle, me llevé alguna herida con las pedreas, pero, afortunadamente, siempre fui pacifico.
Un abrazo.
Para que luego digan que esos juegos engendran mala gente.
EliminarSaludos
¿Cuánto de quienes fuimos determina quienes somos?
ResponderEliminarEs dificil saberlo, si bien es cierto que tampoco su futuro se parecerá a nuestro pasado.
Un saludo
Es cierto, una entrada como la que he realizado merece una pregunta como la tuya, mi respuesta como educador y como antropólogo te diré que nos determina muchísimo, ponle todos los ísimos que quieras, pero también es verdad que vamos creciendo y que nos pueden rodear otros entornos, que podemos recibir distintas educaciones, que nuestra vida puede dar giros inesperados, pero........ si tu has nacido en un barrio de gente trabajadora es difícil que, como el gallego, te conviertas en la mujer más rica de Europa.
EliminarSaludos
Sí, me temo que esto no tiene buena pinta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tampoco pensemos que cualquier tiempo pasado fue mejor.
EliminarSaludos
Es cierto que el mundo ha cambiado, que los juegos son otros y por cierto, no menos violentos, ya que los juegos tecnológicos, haber violencia, hayla.
ResponderEliminarYo jugué a miles de cosas de niña donde la imaginación era una aliada estupenda, pero ahora también hay juegos que desarrollan esa imaginación, no creas.
Yo no quiero pensar que todos los niños vayan a ser como dices y por tanto, hagan del futuro algo tan terrorífico como lo pintas.
Es que la esperanza es lo último que se pierde, suele decirse...
Saludos.
Si, la esperanza se pierde poco a poco y no te das cuenta.
EliminarSaludos.
Ese cambio hace tiempo que se ha producido y desde mi experiencia personal como madre y como profesora, no me parece nada positivo. Estoy de acuerdo con lo que señalas y con sus efectos: niños y niñas más solitarios, individualistas y problematizados por la búsqueda constante de actividades que muchas veces solo buscan tenerlos ocupados por la ausencia de la familia.
ResponderEliminarMis recuerdos de niña en la calle de mi barrio son inolvidables.
Un abrazo!!
Muchos de nosotros podemos contar aquellas historias compartidas con otros niños, jugando en la calle, está claro que los niños de hoy no tienen esas experiencias y que incluso sus padres les trasladan el miedo, como aquí se ha podido ver con algún comentario, de estar en la calle, seguro que alguna consecuencia habrá que pagar por ello.
EliminarSaludos
Antes los niños se abrían la cabeza a pedradas en la calle, pero en el fondo no había mala leche. Los de ahora si te descuidas niños con doce o trece años te dan una puñalada. Hemos cambiado en todo para peor. Mí padre ya murió, pero me acuerdo que hace ya más de veinte años decía: "Ahora tantos años que se tiran los niños en la escuela, y cada vez son más salvajes y más maleducados" y tenían razón. Que ahora una mierda de niño acojone hasta a un maestro tampoco hay derecho.
ResponderEliminarDe muchas de esas cosas tenemos o hemos tenido la culpa los padres.
EliminarSaludos