Para hacer aún más fácil el concepto distribuyó un hojita
con la siguiente leyenda anónima que decía:
Oscurecía en la pradera después del paseo. Habían regresado al poblado
y, junto al fuego, el viejo indio hablando con su
nieto, casi susurrando, le dice:
Uno de los dos es un lobo enojado,
violento y vengador.
El otro está lleno de amor y compasión.
El nieto sorprendido por las
palabras, le pregunta:
-Abuelo,
¿dime cual de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?.
El abuelo, contemplando las
brazas del fuego, contesta:
- Aquel que yo alimente.
Tras una pequeña reflexión y un posterior debate, llegamos a la siguiente conclusión, cada
vez que hablamos con pesimismo, que señalamos los errores sin
construir algo a cambio, que nos quejamos, estamos alimentando uno de
los dos lobos. Movilizamos
toda nuestra energía en ese sentido, cambiamos nuestra postura corporal,
segregamos otras hormonas..., están perfectamente estudiados los cambios que se
producen en nuestro cuerpo como efecto de la ansiedad, y todo eso deja huella
en nuestro cuerpo, en nuestra alma, y en todo aquello que nos rodea. Como dicen
los orientales "lo semejante atrae lo semejante", y si sólo emitimos pesimismo, falta de esperanza y críticas, eso
será lo que atraeremos a nuestras vidas
Siempre, absolutamente siempre, tenemos el poder de cambiar. A veces no podemos cambiar las cosas, pero sí nuestro punto de vista.
Siempre podemos elegir.
Emilio
Manuel M.
Hmm, una bonita historia. Pero a veces no somos conscientes de que estamos matando de hambre al lobo del amor y la compasión.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que tener buena salud significa, además de estar san@, tener una sensación de plenitud y bienestar.
Un abrazo.
La historia es enorme y sí,es cierto,muy a menudo alimentamos el lobo que nos hará sufrir
ResponderEliminarSaludos
Muy sencillo de entender y muy profundo al mismo tiempo; en lo personal, a veces exageramos nuestro papel educador sacrificando un poco el sentimiento, y en lo social nos mostramos negativos o faltos de optimismo al insistir en la crítica que haga reaccionar o por lo menos sensibilizar un poco a la masa indolente. Podemos alimentar nuestro lado amable sin dejar de estar alerta ante la realidad, se requiere un equilibrio que muchas veces no es tan fácil de conseguir.
ResponderEliminarUn saludo.
No Dean, como dices no es fácil tener ese equilibrio, influye mucho nuestra propia educación, el momento, y luego la pregunta ¿donde está el equilibrio?, si todos coincidiéramos esto seria una balsa de aceite, como vemos, mas bien es una jauría de lobos. Un abrazo.
ResponderEliminarLo del valor añadido en el tema de la salud lo comenzamos a ver aquellos que ya comenzamos a tener unos poquitos de años, ¿para que me sirve tener una salud de hierro, si luego estoy solo, no salgo de casa, no me relaciono, etc...?
ResponderEliminarUn abrazo Juli
Hola Felipe, en la sociedad actual, ese lobo que tu manifiestas, es el que se está alimentando. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Emilio: Totalmente de acuerdo y también el estado de salud es contagioso, así como el pesimismo,la ansiedad, en definitiva la no salud enferma alrededor, el estado de salud, de positividad, de serenidad, de salud contagia.Transferimos más de lo que parece. Un abrazo! feliz día!
ResponderEliminarPreciosa historia emilio.Y quizassss, porque entraríamos dentro de un tema muy amplio como es la ansiedad-estres-depresión,si anime el estar con una persona que su estado de ansiedad lo controla perfectamente y es la viva imagen de la alegría.Eso esta claro que ayuda.Pero es un tema tannnnnnn amplio...en las depresiones endógenas que no existe motivo y aparecen porque sí y no sabes como ayudar ni que hacer,es un tema muy complicado.Pero aún así,estoy tooootalmenteeeee de acuerdo contigo:Millllllllll besitossssssssssssssssssss siempre ns haces pensar y reflexionar!!!
ResponderEliminarHola Midala, cuando hablamos de esos temas ya se que no son fáciles, lo que si es cierto es que una depresión de ese tipo es causada por algo y la persona que lo padece tiene que QUERER hablarlo y decir que le pasa por la mente; la salud, que es de lo que hablamos, en un porcentaje elevado es poner de nuestra parte, que la enfermedad real que siempre está al acecho no le ayudemos con enfermedades imaginarias.
ResponderEliminarUn abrazo
Claudia, lo que dicen los orientales, lo semejante atrae a lo semejante. Un beso.
ResponderEliminargracias querido y admirado escritor por regalarnos tan bella reflexión, besinos miles con todo mi cariño .
ResponderEliminarGracias amiga asturiana, un abrazo.
ResponderEliminarSi yo había comentado en este blog y no ha salido.
ResponderEliminarDecia que ya había leido esa historia y digo lo mismo que entoces. Normalmente se intenta alimentar al lobo cariño pero no siempre se consigue.
Un saludo
Hola Chelo, a veces no siempre se intenta alimentar al cariñoso, de ser así el mundo seria otra cosa, mas humano y solidario.
ResponderEliminarSaludos
Muy cierto. Así se explica que ante la misma adversidad dos personas respondan de modo desigual. Y es que la mente tiene un poder indescriptible.
ResponderEliminarSegún la parte del lobo que alimente, así será el acto a ejecutar. Este es un punto de vista muy de Hobbes, que decía mas o menos que el hombre es un lobo entre los lobos.
ResponderEliminarUn saludo
Me ha gustado muchísimo la manera de exponerlo.
ResponderEliminarEsos dos lobos aúllan siempre buscando ser alimentados,pero aunque solemos ceder en ocasiones al desánimo o el mal humor,debemos intentar dar el mejor alimento a ese otro que aparentemente pide menos y sin embargo nos da mucho más.
Muy aleccionador. Bonito también.
Un abrazo.
Interesante reflexión, aunque yo añadiría que tal vez el no expresar esa rabia, frustración, enojo (siempre de forma controlada claro) puede influír en nuestra salud y tal vez desarrollemos enfermedades psicosomáticas que de otra forma no lo haríamos. A lo mejor incluso el que aparenta ser muy feliz y estar de buen humor, acumula en su interior estrés, preocupaciones, miedos y si indagamos puede ser que tenga más enfermedades que el anterior.
ResponderEliminarUn saludo.
Este ejemplo de los lobos, está colocado dentro del ámbito de la salud, y referido a personas mayores aunque se pueda aplicar a múltiples áreas. La filosofía que se pretende, es enseñar a la personas jubiladas, prejubiladas o es proceso de entrar en ello, que podemos vivir más y mejor alimentando al lobo tranquilo y compasivo, si lo hacemos al contrario, seguro enfermedades relacionadas con el corazón o incluso mentales nos van a amenazar de forma más fácil en los últimos años de nuestras vidas. Un abrazo Marinel
ResponderEliminarHola kacerola, es cierto lo que dices, y puede que algunas vez haya que desfogarse, pero el campo y la playa es muy grande y allí podemos dar unos cuantos gritos que nos dejen bien relajados, la cuestión es que nadie tiene la culpa de nuestros errores, de nuestros demonios internos y de los cabreos que nos llevemos, "dos no pelean si uno no quiere".
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy interessante!
ResponderEliminarWagner Woelek
Gracias Wagner Woelek por pasarte por mi blog. Un cordial saludo.
ResponderEliminarHola Emilio,
ResponderEliminarNo había leído esta entrada y me parece muy interesante. Estoy leyendo un libro de Franz de Waal, un estudioso de los grandes simios, en el que habla del origen evolutivo de la empatía (Frans de Waal, "La edad de la empatía", Tusquet, 2011), y quizás te pueda interesar. Los datos que comenta de sus investigaciones son interesantes, aunque hay afirmaciones, más resultado de sus muchos años viviendo e investigando en EEUU que de alguna investigación concreta, que me cabrean muchísimo y que muestran una ideología conservadora.
Saludos,
Chari
Hola Chari, me quedo con el cante del libro, puede que incluso me venga bien para una entrada próxima que estoy preparando sobre la relación hombre-simio y la enseñanza que aplican entre los suyos, por cierto no es tanta la diferencia entre un primate y un humano.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado esa enseñanza de los dos lobos.
ResponderEliminarHay que saber alimentar al lobo bueno porque el otro como pueda nos destruye.
Cierto Tracy, llevas razón.
ResponderEliminarUn abrazo.