LA NUEVA CENSURA

 

         "The Guardian acaba de publicar una noticia en la que informa de que la editorial Puffin, que publica la obra de Roal Dahl, ha contratado a unos “lectores sensibles” para detectar todo lo que, desde nuestra óptica actual, puede ser considerado ofensivo, y luego reescribirlo de manera que no moleste a nadie y que los niños y niñas de ahora puedan leer esos textos sin sobresalto". 

         El Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, en su comentario diario dice los siguiente:

¡Cuidado, al Gordo y el Flaco ya no se les puede llamar el Gordo y el Flaco para no ofender!

          ¡Tened cuidado, al Gordo y el Flaco ya no se les puede llamar el Gordo y el Flaco para no ofender! La corrección política lo inunda todo y volvemos a la censura. Es en serio.  Lo último es que se están corrigiendo los cuentos del británico Roald Dahl, autor de obras como ‘Matilda’ o ‘Charlie y la fábrica de chocolate’.  En las nuevas ediciones de sus libros se ha eliminado, por ejemplo, la palabra ‘gordo’ para no dañar sensibilidades. Flipante. Al paso que vamos, no vamos a poder a hablar de nada. Cada día más tontos.

No puedo estar más de acuerdo con él. 

   Si revisáramos lo que se decian entre ellos nuestros clásicos ¿que haríamos con Gongora, Quevedo y Lope de Vega, los eliminamos?, desde luego como dice Calatayud, cada vez somos más tontos, está bien el lenguaje inclusivo, pero lo que escribió un escritor, en su tiempo, y sus libros han quedado para la posteridad, eso no debería cambiarlo ni el Tato.

“LOS EMPRESARIOS SON LOS QUE CREAN RIQUEZA” Joan Roig (Mercadona), Gorigolzarri (CaixaBank), Garamendi (presidente de los empresarios)...

 

        Esas declaraciones, dichas por estos insignes señores, son para enmarcarlas, son tan soberbias que muestran la incultura de parte de nuestro empresariado.

       Queda claro, por lo que dicen, que son ellos y solo ellos los que crean riqueza, que no necesitan a investigadores, o que no hacen uso del conocimiento que se ha acumulado a través de los años, que no necesitan a trabajadores más o menos cualificados, también pasan de infraestructuras públicas como las carreteras o los Colegios, los Centros de Formación Profesional o las  Universidades, de los medios de salud o para no extenderme más tampoco cuentan o necesitan a los clientes que compran aquello que se produce..

        No, Sres. empresarios, ustedes son un elemento más del proceso productivo de un país, es más, algunos de esos empresarios son unos parásitos, que solo pretenden obtener beneficios a costa de asfixiar a los trabajadores, de evitar pagar impuestos llevándose la riqueza producida  a paraísos fiscales, hay empresarios que no miran a esas otras empresas financieras que son quienes de verdad las aprieta y culpan de sus males a unos trabajadores pidiendo subida de salarios, unos salarios que luego vuelven a gastarse en bienes en ese proceso productivo que deciamos antes,  la banca es una de ella, es la que les aprieta hasta hundirlas,  son tan voraces que estan destruyendo empleo, cerrando oficinas y poniendo en dificultades a los mayores con el fin de generar más beneficios, estas sociedades aún tienen pendiente devolver el Rescate Bancario, unos 60.000 millones de euros, que se les hizo por la crisis del 2008 y que parece que no van a liquidar nunca.

         Para resumir, los generadores de riqueza somos todos los ciudadanos que con nuestro esfuerzo, cada uno con el suyo,  conseguimos o tratamos de conseguir  que este país sea algo más rico, más honesto y más democrático y si los empresarios piensan que lo hacen ellos solos, diremos como dijo Unamuno en un mal día, "que (inventen) produzcan ellos". con aquel pensamiento empresarial seguiremos siendo el país donde más trabajadores precarios y desempleados hay. No aprenden de sus errores.

DARLO TODO, ¿PARA QUÉ O PARA QUIÉN?

 

        La semana pasada escribía sobre “el darlo todo” y a causa de ello me hacía una serie de preguntas, la casualidad ha hecho que caiga en mis manos una revista digital  titulada ETHIC que se pregunta “competir, ¿Para quién?” y realiza un artículo que entre otras cosas dice:

        “Darlo todo, ¿para qué o para quién? A veces para uno mismo. La salud mental requiere un esfuerzo constante. La pelea merece la pena. Pero otras veces lo damos todo para nada. Rendirse es, entonces, cambiar de rumbo, nada más. Si tienes que hacer sufrir a los demás para demostrarte a ti mismo lo que vales, quizás seas un psicópata.”

       El debate, sobre este tema, al igual que muchos debates culturales contemporáneos, está muy ideologizado. O, más que ideologizado, compartimentado en ideologías. Simplificando mucho:

      

       Para la izquierda, ante el neoliberalismo  supercompetitivo, reivindica el derecho a la pereza y la rendición como forma de subversión.

 

    Para la derecha, en cambio, defender la posición de la izquierda es sucumbir ante la mediocridad, es descreer de la meritocracia.

 

       Será por esa causa, me considero de izquierdas, por la que reivindico la pereza, me prejubilaron muy pronto (52 años), siempre he defendido que el trabajo no es salud, tan solo lo es para los que reciben los beneficios."