"The Guardian acaba de publicar una noticia en la que informa de que
la editorial Puffin, que publica la obra de Roal Dahl, ha contratado a unos
“lectores sensibles” para detectar todo lo que, desde nuestra óptica actual,
puede ser considerado ofensivo, y luego reescribirlo de manera que no moleste a
nadie y que los niños y niñas de ahora puedan leer esos textos sin sobresalto".
El Juez de Menores de
Granada, Emilio Calatayud, en su comentario diario dice los siguiente:
¡Cuidado, al Gordo y el Flaco ya no se les puede llamar el Gordo y el Flaco
para no ofender!
¡Tened
cuidado, al Gordo y el Flaco ya no se les puede llamar el Gordo y el Flaco para
no ofender! La corrección política lo inunda todo y volvemos a la censura. Es
en serio. Lo último es que se están
corrigiendo los cuentos del británico Roald Dahl, autor de obras como ‘Matilda’
o ‘Charlie y la fábrica de chocolate’.
En las nuevas ediciones de sus libros se ha eliminado, por ejemplo, la
palabra ‘gordo’ para no dañar sensibilidades. Flipante. Al paso que vamos, no
vamos a poder a hablar de nada. Cada día más tontos.
No puedo estar más de acuerdo con él.
Si revisáramos lo que se decian entre ellos nuestros clásicos ¿que haríamos con Gongora, Quevedo y Lope de Vega, los eliminamos?, desde luego como dice Calatayud, cada vez somos más tontos, está bien el lenguaje inclusivo, pero lo que escribió un escritor, en su tiempo, y sus libros han quedado para la posteridad, eso no debería cambiarlo ni el Tato.