Esta frase no es mía, la
dijo Ramón Sampedro hace 21 años
antes de suicidarse, si recordamos bien, Ramón a los 55 años, llevaba casi 30 postrado en una cama, desde
que se quedó tetrapléjico con apenas 25,
cansado, decidió tomar las riendas y se quitó la vida el 12 de enero de
1998, fue el primer ciudadano en España
en pedir la EUTANASIA, en esto
años nada se ha legislado y se vuelve a repetir otra historia similar, seguro
que entre ambas habrá ocurrido situaciones idénticas que no han sido mediáticas.
Hace unos días se repitió
la misma historia, con María José
Carrasco, una mujer que sufría esclerosis múltiple y, a petición de ella, su marido le suministró una
sustancia letal, ya no quería seguir adelante con su vida. Al no
haberse regulado nada sobre el derecho a morir dignamente, su marido, Ángel Hernández, que siempre ha estado a su lado
ayudando en todo lo necesario, ha sido conducido por la brigada de homicidios a
la cárcel, luego fue puesto en libertad por el juez con cargos.
Es uno de los grandes temas que aún nos falta por legislar,
la de muerte digna, está claro que aquí la iglesia y el gran partido de la
derecha está haciendo todo lo posible por no hacerlo, aun recordamos el ataque
que se realizó a todo un equipo médico coordinado por el Dr. Luis Montes perteneciente al
Servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid, donde trabajó como facultativo hasta su jubilación. Desde
2009 el Dr. Montes fue presidente
federal de la asociación Derecho a Morir
Dignamente, hasta su muerte en 2018.
Para terminar, y con esto se ve el
interés existente en buscar una solución, la dio toda una presentadora de
Antena 3 Susana Griso al preguntarle
a Ángel Hernández “si tenía fines políticos tanta publicidad por
lo realizado a su esposa”, una pregunta denigrante que la obligo a disculparse,
pero que demuestra la catadura moral de algunas personas y medios de
comunicación ante un tema que debería haberse resuelto hace más de 20 años y del que hay poco interés político en hacerlo.