En la entrada anterior decía que estaba
leyendo a “Don Quijote de la Mancha”, “el Caballero de la Triste Figura” o "el Caballero de los leones" como
también le gustaba llamarse a Alonso Quijano; con su lectura estoy disfrutando como un "marrano en un charco". Hay que reconocer que este "manco de Lepanto" como también era conocido Cervantes tenía una imaginación desbordante a pesar de que su vida fue poco agradable, estuvo cinco años cautivo en Argel.
He comenzado la segunda parte acompañando a este "hombre cuarentón, de complexión recia, seco de carnes y enjuto de rostro", en sus aventuras, estaré junto a él en el momento de su muerte, aunque dudo que muera del todo, ya me he comprometido con una segunda lectura muy próximamente y Don Quijote volverá a renacer y luchar contra los molinos entre otros malandrines.
Cuando leí la historia de Cardenio y de su amada Luscinda, en la que se deja claro que, en el amor, no te puedes fiar ni de los amigos, el pobre enamorado cantaba este poema que me gusta y
aquí lo dejo.
¿Quién menoscaba mis
bienes?
Desdenes.
¿Y quién aumenta mis duelos?
Los celos.
¿Y quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
Desdenes.
¿Y quién aumenta mis duelos?
Los celos.
¿Y quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza
desdenes, celos y ausencia.
¿Quién me
causa este dolor?
Amor.
¿Y quién mi gloria repugna?
Fortuna.
¿Y quién consiente en mi duelo?
El cielo.
Amor.
¿Y quién mi gloria repugna?
Fortuna.
¿Y quién consiente en mi duelo?
El cielo.
De ese modo, yo recelo
morir de este mal extraño,
pues se aumentan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.
pues se aumentan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.
¿Quién
mejorará mi suerte?
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién lo alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién lo alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura
(Capítulo XXVII)
Si don Miguel de Cervantes hubiera nacido hoy, ¿habría gran diferencia entre aquel Quijote y el que hoy podría dibujar?, tengamos en cuenta la cantidad de "malandrines", "ladrones", "pillos", "enamorados" aunque sea de papel couché, están vivos y coleando en la sociedad actual.
P/ Es mi última entrada de esta temporada, me tomo unas pequeñas vacaciones para recargar la mollera, buenas vacaciones a todos aquellos que se pasan por esta su casa.