“Consciencia es la voz silenciosa de tu ser interior
que no te deja ni de día ni de noche,
ni en la vigilia ni en el sueño
esperando que lo escuches”
¿Cuántas veces decimos que somos felices o que amamos
a nuestra gente?, seguramente muchas veces al cabo del día, del mes o del año, pero, y aquí viene lo importante, ¿somos conscientes de aquello que
decimos?, ¿nos detenemos a pensarlo?, la velocidad a la que nos
dejamos llevar, hace que no consideremos aquello que
manifestamos; detengámonos, paremos un momento, pensemos lo que hacemos y
decimos, y si amamos y somos felices, disfrutemos, si no, no mintamos.
Sí, yo creo que muchas veces pensamos y decimos lo que queremos oírnos decir. Sobre todo cuando no podemos alcanzar aquello que realmente queremos. Es decir, por no enrollarme: lo de la zorra y las uvas, vamos.
ResponderEliminarLo políticamente correcto es lo que funciona hoy.
EliminarSaludos
Mentir no miento, pero es cierto que no siempre estoy pensando en lo que digo, es como si lo supiera interiormente, como levantarme y ducharme, o darle un beso a mi hija cuando llega. Un abrazo, este lo he pensado y te lo doy sinceramente
ResponderEliminarGracias por el abrazo que te traslado con el mismo cariño.
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ResponderEliminarMe he parado a pensar, y después de mucho meditar, he llegado a la siguiente conclusión. Si pongo en un platillo de balanza los motivos que tengo para sentirme feliz, y en el otro platillo los motivos para sentirme desdichado, el resultado es que puedo considerarme una persona moderada mete feliz. De lo que no tengo ninguna duda es que quiero a las personas que quiero, por eso se lo digo y trato de demostrárselo siempre que puedo.
Un abrazo, Emilio.
¡¡Ojalá!! muchos meditaran lo que dicen antes de hablar.
EliminarSaludos
¡¡¡Así se habla!!!, sí señor ese es nuestro Emilio.
ResponderEliminar¡¡Coño!!, ¿que he dicho?.
EliminarUn abrazo.
¡Saludos! Tienes un rincón de lo más interesante, lleno de sabiduría y enseñanzas. Te felicito. Gema
ResponderEliminarGema, gracias por asomarte a este espacio y por quedarte.
EliminarUn abrazo.
Tal cual, amén.
ResponderEliminarHace años que dejé la velocidad... :)
Salud
Yo tampoco corro, no vaya a pillarme el toro.
EliminarTranquilo, amigo. Ya verás como con la edad ,esa velocidad de la que hablas empieza a decrecer y tienes más tiempo para la reflexión y el sosiego.
ResponderEliminarLo bueno, además, es que ya no necesitas mentir.
Un abrazo.
Mi velocidad está ya muy menguada, y es cierto, con la edad puedes soltar las cosas en la cara, aunque a mi no me gusta.
EliminarSaludos
He llegado a una edad en la que no me queda tiempo para tonterías así que procuro aprovecharlo en disfrutar de lo que tengo, que creo que es mucho y bueno.
ResponderEliminarAparte de eso, hace años conocí a una persona que me dijo: Hubo un tiempo en que fui feliz y no lo sabía. Me impresionó y lo tengo en cuenta. Procuro enterarme de cuántos motivos tengo para estar contenta.
¿Te he dicho que es un gusto pasarse por tu blog? Pues quede dicho.
Un saludo.
Y no sabes cuanto me alegra que digas que te gusta, es una alegría mas, y en los momentos que corren hay que aprovechar todo.
EliminarUn saludo
A veces nuestros hemisferios izquierdo o derecho no se ponen de acuerdo, y nos hace ,comportarnos de distintas formas porque ninguno en realidad se puede hacer con el control mental .
ResponderEliminarSaludos
¿Te refieres a la lucha permanente entre el bien y el mal?, con respecto a esto, hay algunos que tienen un hemisferio mas desarrollado que otro, ese que solo sabe dar por culo.
EliminarSaludos
llevas razón, siempre pasará según en espejo que se mire.
EliminarSaludos
La definición de consciencia está perfecta, la cuestión es que vivimos en un mundo de inconscientes; muy pocos son los que viven en el mundo real, la inmensa mayoría está sumida en un sueño del que no logra despertar; cada acción diaria es una prueba de ello.
ResponderEliminarPor otro lado, y como dijera Whitehead, la civilización avanza ampliando el número de operaciones importantes que podemos hacer sin pensar en ellas; y como podemos ver, la civilización ha avanzado bastante. Así que el secreto radica, no en pensar cada movimiento que hagamos, sino en educar nuestra parte inconsciente para que la civilización cambie de rumbo y abandone esa carrera loca que nos lleva al desastre. Y ¿cómo educar nuestra parte inconsciente? Queda de tarea...
Un saludo.
¿Como educamos el inconsciente?, sencillamente como dijo Whitehead generando acto mecánicos, pero tiene sus inconvenientes graves, que dependiendo del educador te puede convertir en un dictador.
EliminarSaludos
Emilio, creo que no somos conscientes algunas veces de lo que decimos; si lo que hacemos es fruto de lo que previamente pensamos, debemos pensar bien, tomándonos nuestro tiempo, cada cual tendrá su tiempo, nosotros los del Clubdels100ipico practicamos el Ajedrez, con ello entrenamos la parte de nuestro cerebro que razona, el neocortex, antes de mover ficha y así no la cagamos,supongo que tendremos que tomar conciencia del peligro antes de obrar
ResponderEliminarUn abrazo
Hubo una época de mi vida en la que jugué mucho al ajedrez, llegando a analizar partidas de los grandes, aquello ya pasó, pero me dejo un pozo, ver más allá de la primera jugada, a veces, hasta muchas posibles jugadas por delante.
EliminarSaludos
La sociedad del ruido puede con todo, convierte todo en estereotipos y aun diría más, en mercancía. Es una verdadera batalla campal intentar ser auténticas con nosotras mismas, pero no cejaremos en ese empeño.
ResponderEliminarBuena reflexión, Emilio.
Abrazos!
La mujer debe de empezar a tomar consciencia del lugar que ocupa en el mundo, mientras que no lo haga este mundo no estará al completo.
EliminarSaludos
Sí la velocidad de la palabra no se corresponde con la reflexión que deben tener, palabras huecas y protocolarias muchas veces, otras lo que los demás esperan. Para ser coherente y ético haría falta ser sincero como dices, ..
ResponderEliminarun saludo
Nos hemos acostumbrado a lo políticamente correcto y aún sin mentir no decimos la verdad, a fin de cuentas es otra forma de mentir.
EliminarSaludos
¡Uf, qué dilema! Últimamente suelo ser muy poco políticamente correcto. Un saludo
ResponderEliminarSeguramente son las ventajas de hacerse mayor :-))
EliminarSaludos
Emilio yo creo que antes de decir las cosas deberíamos contar hasta diez, porque en muchas ocasiones metemos la pata hasta el corvejón En cuanto a la consciencia algunos me parece que ni nacen con ella, y son unos inconscientes hasta que la cascan. Estáis comentando y es cierto que con la edad todo se ve de distinta manera, y hasta piensas de otra forma: De hecho ya muchas cosas te la tiras a las espaldas y te la suda todo. Por eso y tú lo sabes muy bien, que hay viejos que como ya están de vuelta de todo, tienen más cara que un mulo blanco. Esperemos tener nosotros también esa jeta, señal de que hemos llegado.
ResponderEliminarUn abrazo Emilio Manuel y que tengas buen fin de semana.
Digamos que soy mayor, todavia no llego a viejo, pero si, llevas razón.
EliminarSaludos
Digamos que soy mayor, todavia no llego a viejo, pero si, llevas razón.
EliminarSaludos
Es cierto que con frecuencia tratamos de engañarnos a nosotros mismos, de cambiar el sentido último de las cosas por aquello que nos acomoda.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo engañarnos a nosotros mismos es algo muy normal en el ser humano, es un modo de afianzarse aunque luego se te vea el plumero.
EliminarSaludos