He terminado de leer, el libro de Almudena Grandes, “Corazón Helado” editado en el año 2007 por Tusquets. El
título de la extensa novela, tiene cerca de la 1000 páginas, está inspirado en
un poema de Machado:
Ya hay un español que
quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
A modo
de pequeñísimo resumen, nos cuenta la historia de dos familias y los efectos de
la guerra civil española en sus vidas.
La estructura general de la novela es un fórmula conocida tanto en literatura como en el cine,
especialmente en los últimos tiempos: Novela/cine histórico + Dos grupos
antagónicos y enfrentados + Romance entre dos personajes de los grupos, sin
embargo, Almudena contrarresta esto con calidad, con unos personajes
en constante reflexión y un análisis de la mente humana y su funcionamiento, mostrándonos las diferencias
entre los opuestos y la lucha contra las raíces de cada uno de los personajes.
Han sido
muchas las frases cargadas de intensidad y con mucha actualidad, de todas ellas
entresaco esta que ha sido motivo de reflexión:
“ LOS HUMANOS SON SERES QUE DESEAN Y LA
DESESPERACIÓN LES ARREBATA SU PROPIA ESENCIA, LOS DESECA, LOS DESTRIPA, LOS
ARRUINA, LOS EXPULSA DE SI MISMOS POR EL CAMINO TEMPLADO Y ENGAÑOSO QUE CONDUCE
AL DESTINO DE LAS COSAS, AL CANSANCIO DE LOS VEGETALES POLVORIENTOS Y DE LOS
MINERALES ENTERRADOS E INERTES” (Pág.
238).
Una de las tesis de la novela es que sería importante para la actual sociedad española que, ha pasado un período traumático de guerra civil y un largo periodo de dictadura, se reconcilie con su pasado, respetar el derecho de saber de cada individuo y
no alimentar los pensamientos de venganza destinados a los descendientes de
quienes fueron parte de la injusticia.
Ante la tesis anterior, existe aún muchos miedos, basta leer lo que se dice cuando se quiere buscan a algún familiar enterrado en una cuneta. Si queremos ir contra esos miedos, sí lo deseamos y la desesperación o ese miedo nos convierte en “cosas
inanimadas”, luchemos por todo aquello y por lo que nos quieran arrebatar, no nos transformemos
en estatuas de sal, porque como dice uno de los protagonista: “ Este país está mal hecho y hay que volver a hacerlo entero, de arriba
abajo” (Pág. 244). Emilio Manuel M.