Tanto por formación como por el título del blog,
ya manifiesto mi respeto por todas las religiones y quienes las practican, eso no quita que en momentos puntuales las critique a todas,
especialmente aquella en la que me educaron, la católica, aunque no es de ella
de la que quiero hablar hoy.
Hace unos días comenzó el Ramadán para los musulmanes, se
inició el 9 de julio y finaliza el 8 de Agosto. Durante este periodo de tiempo realizan un ayuno diario desde antes del alba hasta la
puesta de sol, tomando su primera
comida al acercarse la oración del anochecer, el objetivo de este ayuno es
enseñar a los musulmanes la paciencia y la humildad, así como recordarles lo
afortunados que son y hacer hincapié en la ayuda al necesitado y aquellos con
menos suerte.
Granada es una ciudad donde hay una importante comunidad musulmana y en el entorno de mi barrio - el Zaidin- habitan muchos de ellos. Es precisamente gracias a esa primera comida del Ramadán y el hecho de
que tengamos una carnicería halal
cerca de casa, cuando tengo la posibilidad de probar todas
las delicatessen que los musulmanes de la zona comen a lo largo de estos días, frutos secos como los dátiles, dulces
¡¡ummmmm, que ricos!!, tortas tanto
dulces como saladas, tipos de especias que a lo largo del año apenas se ven, pan sin levadura,....
Como tal carnicería halal, su
negocio es la venta de carne, lo anterior es accesorio aunque muy rico; en
cuestiones de carnes, son increíbles sus cortes, matados bajo una estricta regla, todos ellos a base de cordero
o ternera; me he llevado un buen responso por parte de mi mujer, la
compra se ha elevado muy por encima del presupuesto, digo yo, ¡¡solo es un mes al año!!, claro que luego viene la Semana Santa y después.............., para dulces no necesito fiestas.