Lo
advierto desde el principio, esto no va de perros ni de mascotas, va de bancos
que son unas alimañas. Ya sabemos que el sector bancario se ha reorganizado y que
las cajas de ahorro han sido absorbidas por ellos, algunos de sus directivos, políticos, se han llevado el dinero, libre de polvo y
paja, a manos llenas, luego, entre todos, hemos tenido que pagar los platos
rotos.
Hace unos días accedo a “mi banco”, que
antes fue otro banco y anteriormente una caja de ahorros, sobre "mi banco", he de decir que muy a menudo veo
en la tele a los antiguos gestores entrando a los
juzgados, observo lo preocupados que llegan y el aspecto que tienen, casi diría que se ríen de todos nosotros; decía que entré en “mi
banco”, era final de mes, exactamente día 25, ya sabéis, día de paga de pensionistas, yo lo soy, lo que vi me avergonzó, personas mayores que pedían menos de 600€
los sacaban de la sucursal y los mandaban, de malas maneras, al cajero exterior casi con una
patada en el culo, personas mayores que, si no tienen a su lado alguien que
sepa, no saben ejecutar la operativa, la cola del cajero se alarga, está claro
lo que quiere la banca, quitarse el muerto de las pequeñas operaciones, ¿Cuántos pueblos pequeños se han quedado
sin entidad financiera?, una información de El País de 2017 cuenta que el 48% de los municipios españoles no
tienen sucursal bancaria, hoy seguramente más.
Lo curioso, y lo comento con el director, es que en la puerta de la sucursal hay
una pegatina que indica que "se
admite el acceso a perros", su justificación fue peregrina, ¿Qué va a decir,
cuando son ordenes de arriba? Si no fuera por lo penoso, la cosa es de chiste,
a las personas se les echa con cajas destempladas, en tanto que
a los perros se le ofrece la alfombra roja, ¿no será que el cliente con perro consideran que su poder adquisitivo es superior al de ese pobre
pensionista que como mucho se apoya en un bastón?, seguramente. Por lo que nos robaron y por todos estos detalles, creo que tengo/tenemos derecho a decir, ¡¡me cisco en la
banca!!.