Hace unos días se celebró una Cumbre Europea para hablar de las cosas que ocurren por la zona, se celebró en Granada, y aquí nos tuvieron dos días como piojo en costura, todos los que han participado hablan de exito, aunque uno de los temas principales, la inmigración, no se ha llegado a ningún acuerdo, por ello quiero trasladar un escrito de mi paisano y catedrático en la Universidad de Sevilla Juan Torres López que nos dice:
" La cumbre de la Unión Europea en
Granada ha vuelto a mostrar que las auténticas avalanchas de personas que
tratan de sobrepasar de cualquier forma nuestras fronteras constituye un
problema nacional e internacional de primer orden que los gobiernos no son capaces
de resolver.
No
voy a entrar aquí sobre el debate que esos movimientos llevan consigo. En
cualquier caso, me parece evidente que, cuando las migraciones se descontrolan
y se producen como inevitable respuesta frente al empobrecimiento o la barbarie
en los países de origen, pueden provocar grandes conflictos, costosos problemas
y mucho sufrimiento, tanto en los países de donde salen como en los de llegada.
He aquí una propuesta para evitarlos.
Parto
de una base que imagino puede ser compartida. La inmensa mayoría, por no decir
que la totalidad de las personas que se juegan la vida para llegar a nuestras
costas, lo hace huyendo de la pobreza, tratando de encontrar condiciones de
trabajo y vida más dignas. ¿Porque Africa, de donde vienen, es un continente
pobre? No, de ninguna manera. Africa ha sido y es un continente muy rico pero
que ha sido empobrecido, lo que no es lo mismo, a causa de la explotación y el
expolio llevados a cabo durante decenios por potencias coloniales y grandes
empresas.
Una
investigación de hace un par de años calculó que de 1960 a 2018 los países del
Norte se han apropiado de 62 billones de dólares procedentes de Africa, lo que
hubiera representado 152 billones si se hubieran quedado allí y hubieran
ayudado al crecimiento económico del continente. Es una cantidad 15 veces
superior a lo que se necesitaría para acabar con la pobreza en toda Africa.
Hoy
día disponemos de métodos para calcular el coste que tuvo el colonialismo y el
drenaje actual de recursos de los países pobres a los ricos como consecuencia
de la desiguales e injustas estructuras y normas del comercio y las finanzas
internacionales (10 billones de dólares anuales desde 1990 a 2015 según otro
estudio). Sabemos, por ejemplo, que sólo los países del G7 deben 13,3 billones
de dólares a los países del Sur por ayuda impagada y financiación para acción
climática; sabemos que en los últimos 10 años un billón de dólares de Africa se
han perdido en paraísos fiscales; sabemos que las empresas multinacionales
extraen de ese continente más 200.000 millones de euros anuales en flujos
financieros ilícitos y que Africa podría obtener 89.000 millones de ingresos
anuales si esos flujos se detuviesen, según la UNCTAD.
¿No
es cierto que las naciones africanas empobrecidas no tendrían que generar tanta
migración si no hubieran sido y siguieran siendo saqueadas en semejante
magnitud?
Mi
propuesta es fácil de entender: evaluar el dinero que los países ricos y las
grandes multinacionales han obtenido ilegítimamente de Africa y de otros países
de dónde surgen oleadas migratorias y que se les obligue a devolver una parte
siquiera sea minúscula de esa apropiación. Y, además de eso, que se impida
seguir robando su riqueza y destrozando sus sociedades a base de explotación,
corrupción y miseria y de injustas normas comerciales y financieras
internacionales. Es posible que esto no resuelva todo el problema, pero ¿no
creen que en gran medida lo iría paliando en muy poco tiempo?
Sí.
Ya sé perfectamente lo que me van a decir muchas de las personas que lean esto:
en nuestro planeta es utópico pedir que se deje de robar o que los inmensamente
ricos y poderosos devuelvan algo de lo que han acumulado a costa de los demás
y, la mayoría de las veces, robando o por medios ilegítimos. Pero, si es así,
¿no resulta que el problema no son las migraciones sin control, sino el
descontrolado afán de lucro y la avaricia de unos pocos? ¿Con qué hay que
acabar, entonces, a qué hay que poner freno?"
Juan Torres López