¿Hasta donde vamos a llegar con el consumo?, aunque nos encontramos en un periodo de crisis y el consumo se ha resentido, da la sensación que el sector industrial y las políticas que aplican los estados van dirigidas a que los ciudadanos consuman más para de esta manera aumentar los beneficios con los que enjugar los déficit existentes.
Son muy pocos, de momento, los que apuestan por seguir en un sentido opuesto, disminuir la producción con el objetivo de generar una nueva relación de equilibrio, estos son los defensores del llamado DECRECIMIENTO, un modelo económico que apuesta por abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento y que se opone al desarrollo sostenible porque lo considera inviable. El reto está en vivir mejor con menos. Y para ello, habría que disminuir el consumo, fomentar una producción controlada y racional con el objetivo de respetar el clima, los ecosistemas, la dignidad y la justicia de los seres humanos.
La noción de decrecimiento propone superar la visión hegemónica que reduce la noción de valor a lo monetario; defiende que mirar solamente los indicadores monetarios conduce a celebrar el incremento de sus magnitudes, aunque paralelamente se produzca un deterioro acelerado en el ámbito biofísico.
En cualquier caso y con la que está cayendo es importante compartir espacios, con nuevos o viejos términos, en los que podamos ir sumando esfuerzos a la hora de demostrar que vale la pena optar por una sociedad igualitaria que viva con mucho menos con el fin de evitar un colapso brutal y dramático.
Aquellos que han compartidor parte de sus vida en sociedades menos consumistas, menos tecnológicas, más igualitarias, han podido ver como esto es posible, no es algo utópico se está realizado en el mundo en el que vivimos, en zonas de Asia, de África, Oceanía, America Latina, por ello creemos que, con un poco de esfuerzo, otro mundo es posible.