Hace
unos días releí, del existencialista Albert Camus, su libro “La peste”. En un rápido resumen diría: la ciudad de Oran es atacada por las ratas llevando la peste a todos los rincones,
la ciudad se cierra, sus ciudadanos no pueden salir; los personajes, el médico, el amigo, el periodista, el sacerdote, el funcionario, el comerciante,
el sinvergüenza, etc…, cada uno de ellos, en base a su condición, tratan
de encontrarle un sentido a su vida,dando lugar a lo que se ha llamado la teoría del absurdo en la que se ofrece tres opciones a esos personajes: el suicidio, la religión o la aceptación; tras un
año, la epidemia se da por terminada y se libera la ciudad.
La última frase del libro, que es la que da motivo a esta entrada, dice:
La última frase del libro, que es la que da motivo a esta entrada, dice:
“Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux (el medico) tenía
presente que esta alegría está siempre
amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se
puede leer en los libros, que el bacilo
de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante
decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las
alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para
desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir
en una ciudad dichosa.”
Teniendo en cuenta la simbología de este libro, las ratas pueden ser la guerra, el racismo, la xenofobia,
la homofobia, la desigualdad, la pobreza, la ignorancia, las políticas que ataquen las libertades colectivas, una iglesia que ampara a los pedófilos ..., todo ello, amenaza al ser humano, tenemos que estar atentos, esas ratas están siempre ahí, no desaparecen.
La novela fue escrita en el 1947, podría haberse hecho hoy
mismo. Algunas ratas comienza a caminar y a asomar la cabeza.
Esperemos que los malos presagios no se cumplan, todo regresa incluso las soluciones. Un abrazo
ResponderEliminarHay que estar atentos.
EliminarAbrazos.
Efectivamente. Ahí estaba el vacilo de la peste a la expectativa, y ahora somos testigos de cómo se va despertando poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Javier, no está muy lejos esa peste y nos está alcanzando.
EliminarUn abrazo
Si, pero no nos olvidemos de las cucarachas, parece ser que son los únicos bichos que nos sobrevivirán después de que desaparezcamos todos... :)
ResponderEliminarSalud
Pues serán las cucarachas las que traigan la peste, que más da unas u otras.
EliminarSaludos
El bacilo de la peste,lleva ya un tiempo incubando y no les estamos haciendo caso.
ResponderEliminarY las ratas ya están llamando a nuestras puertas, con sus colmillos afilados y retorcidos.
Lo grave es, que los hay tan indocumentados que sin reparar en las consecuencias, están dispuestos a abrirles las puertas.
Un abrazo.
Juan, se las abrirán y pagaremos las consecuencias.
EliminarUn abrazo.
Viendo el panorama que hay alrededor, la peste puede asaltarnos en cualquier momento. Yo no lo quiero ni pensar. Como se decía antes: ¡Qué Dios nos pille confesados! Un saludo
ResponderEliminarNo se si Dios va a poner solución a algo, no soy creyente.
EliminarSaludos
Cuando lo leí, me interesó mucho su lectura, si lo releyera hoy, imagino que sacaría las mismas consecuencias que entonces.
ResponderEliminarEl libro se reescribe hoy y no hay que cambiar ni una coma.
EliminarLo que distingue a una obra maestra de cualquier otro relato, por pretensioso que sea, es la atemporalidad. Siempre será una buena relectura, Emilio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, además con el añadido de que nos recuerda que tenemos que estar atentos.
EliminarUn abrazo.
A esperar que no suceda,abrazo.
ResponderEliminarLos seres humanos somos olvidadizos.
EliminarUn abrazo.
Que triste... es verdad, hay un rebrote, pero no en una ciudad... creo que esta siendo afectado gran parte del mundo... triste triste epidemia triste...
ResponderEliminarAbrazos!
Cierto, la peste parece que avanza de forma global.
EliminarSaludos
Ahí están. Al acecho.
ResponderEliminarEsperemos que, entre todos, consigamos si no erradicarlas al menos que permanezcan latentes en sus escondrijos y nos dejen vivir en paz.
Aquí ya tienen voz y voto en Andalucía, en Senado ya han empezado a moverse y a morder.
EliminarEn principio la idea es coger el tren en La Línea de la Concepción (S. Roque) hasta Granada. Me imagino que en Antequera, tal y como dices, nos pasarán a un autobús hasta Granada. Bueno... pequeños inconvenientes de la ruta :-)
ResponderEliminarGracias por la información y un abrazo.
Ya sabes, estoy a tu disposición.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias.
EliminarTe avisaré a las vísperas de mi llegada. Será todo un placer conocerte en persona :-)
Un abrazo
Te mantendré informado y a las vísperas de mi llegada te avisaré. Será genial vernos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimado Javier, como ya te dije, me encuentro a tu entera disposición cuando vengas a Granada, te paso mi correo privado, aunque puedes verlo a mi perfil, es el siguiente:
Eliminaremiliomanuelm@gmail.com. aquí me puedes avisar del día de tu llegada o del hotel en el que te vas a alojar.
Un saludo
Pues no tenía ni idea que el bacilo de la peste, pudiese estar inactivo por años y de pronto hacerse presente ( no sé si esto es real o ficticio) lo que sí sé es que hoy hay otras ratas mucho más peligrosas que nos acechan y nos devoran desde el poder, crando el caos, la peste política, la miseria, las violaciones, incluso la muerte. Creo que hay en nuestro mundo, muchas ratas de alcantarilla que desde sus cloacas, devoran y anulan a las personas.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu mismo lo has manifestado, el bacilo de la peste está ahí, no desaparece y puede presentarse en cualquier momento.
EliminarSaludos
Así es Emilio, la historia se repite
ResponderEliminarSalud sin peste
Desde que el hombre es hombre, desgraciadamente, la historia se repite, no aprendemos.
EliminarSaludos con olor a rosas.