En el club de lectura al que pertenezco, vamos a leer y analizar el libro
de Alberto Méndez “Los
girasoles ciegos” editorial Anagrama. Nada más abrir el libro encuentro con una breve introducción de Carlos Piera Gil, “Introducción” a Tomás Segovia: En los ojos del día: antología poética", dice:
“Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido.
En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que
es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón. En España no se ha cumplido con el duelo, que es,
entre otras cosas, el reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre
todo, de que es irreparable. Por el contrario, se festeja una vez y otra, en la
relativa normalidad adquirida, la confusión entre el que algo sea ya materia de
historia y el que no lo sea aún, y en cierto modo para siempre, de vida y
ausencia de vida. El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo: no
corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede
ser doloroso o consolador, sino a aquel en el se patentiza su ausencia definitiva.
Es hacer nuestra la existencia de un vacío.”
"Los girasoles ciegos", libro compuesto de cuatro relatos ambientados en la Guerra Civil Española. La obra, publicada a los 63 años, obtuvo distintos premios. El último relato del libro -el que le da nombre- fue llevado al cine en 2008 por José Luis Cuerda con guion de Rafael Azcona y del propio Cuerda.
"Los girasoles ciegos", libro compuesto de cuatro relatos ambientados en la Guerra Civil Española. La obra, publicada a los 63 años, obtuvo distintos premios. El último relato del libro -el que le da nombre- fue llevado al cine en 2008 por José Luis Cuerda con guion de Rafael Azcona y del propio Cuerda.
Dadas las distintas sensibilidades que
existen en el club ya estoy viendo un debate en profundidad.
Aunque solo sea para rendirles un último y merecido homenaje a los derrotados y muertos de nuestra posguerra, merece la pena embarcarse en la lectura de esta magnífica novela que recibió multitud de premios que su autor no pudo disfrutar ya que murió a los pocos meses de verse publicada.
El tema es atractivo, es de los que me gustan. Será una buena candidata para la lectura de estas vacaciones. hay tantos libros que a veces una no sabe cuál elegir. Gracias por la información.
ResponderEliminarUn abrazo
No hay de que Hada, siempre hay que encontrar un momento para leer un buen libro, ya te cuento que el segundo relato es estremecedor.
EliminarUn abrazo.
Para superar algo no vale con guardarlo en un cajón para que no duela. Hay que asumir la pérdida del mismo modo que asimilamos las victorias, una vez tomemos conciencia de ello es cuando podremos pasar página.
ResponderEliminarHacer nuestra la ausencia de algo no es fácil, por eso la mayoría no lo hace, prefiere rellenarlo con otras historias, como si así pudiéramos borrarlo. Justo como echar tierra sobre las cosas para intentar ocultarlas.
Besos mediterráneos.
Además, cuando no se quiere pasar página, hay quien intenta reescribir la historia
Eliminary esto es muy grave, de forma añadida se quiere engañar a generaciones futuras.
Un abrazo Gala.
Leí el libro hace algún tiempo. Las historias son duras, claro, no podía ser de otra manera. Me temo que con la inversión publicitaria de este gobierno, la gente va a "olvidarse" de las reivindicaciones de tantos hijos ancianos ya, o nietos y biznietos.
ResponderEliminarNo pueden ser menos, son historias de derrotados, incluso el autor lo fue según el manifestó en su día.
Eliminar¿Tu crees que la gente olvidará?, no niego que van a intentar que se olviden muchas cosas, incluso nuestra historia más próxima, pero en la actualidad la información puede venir por distintos caminos, la gente está mas y mejor formada, esto lo hace más difícil, ya veremos que ocurre, de hacerlo perderemos todos, o al menos los mismos de siempre.
Saludos Juli
La guerra civil española, sus antecedentes y sus consecuencias, es un asunto enquistado en nuestra sociedad, incluso cuando están a punto de desaparecer quienes lo vivieron directamente. A mi juicio, por dos razones principales. La primera, el papel de la iglesia, que se niega sistemáticamente a revisar su intervención en el proceso que concluyó en la contienda civil pero también su protagonismo en la posguerra, cuando se convirtió en un elemento de control social. Muchos españoles fueron conducidos a la cárcel y a veces al paredón simplemente por no asistir a misa.
ResponderEliminarLa segunda razón es que tanto la derecha como la izquierda, pero muy especialmente la primera, siguen sin admitir su responsabilidad en el levantamiento militar. En tanto no asumamos las lecciones de la historia no seremos capaces de entendernos como una sociedad coherente.
Lecturas como la que indicas y otras como las del historiador Paul Preston, son profundamente desmoralizadoras. Al menos para mí. Creo que todos los españoles deberíamos visitar alguna vez la tumba de Machado en Colliure. Y sacar las consecuencias.
Has dado dos razones que no pueden ser negadas, pero hay una tercera en la que la izquierda si que tiene algo de responsabilidad, a la muerte de Franco, se asumió un engaño, es cierto que teníamos muchas ganas de avanzar hacia la democracia y los partidos de izquierda, especialmente el PC dejó mucho en la gatera para tener esta miserable democracia ¿no se pudo hacer más fuerza?, es verdad que los militares estaban ojo avizor, pero ¿lo hubiera dejado Europa y USA?, lo que es cierto es que la derecha más reaccionaria la tenemos en todas las parcelas de la sociedad.
EliminarLa historia de Machado la conocemos muchos, pero para ir a tumbas de civiles muertos sin juicio en todos los pueblos y ciudades tenemos y es una auténtica vergüenza que aun se tenga que ir de tapadillo a visitarlo.
Un abrazo.
A la muerte de Franco, a la izquierda le entraron prisas por ser reconocida y aceptó participar en la santa transición -previa renuncia a todo atisbo de republicanismo- en vez de reclamar una ruptura con la dictadura. Eso incluye al PCE y al propio Carrillo, encantado de ser interlocutor de Suárez y del rey.
EliminarCoincido contigo, es una vergüenza que aún existan muertos en las cunetas sin que puedan ser enterrados dignamente. Una vergüenza que nos incumbe a todos.
Cuando decía lo de sacar consecuencias me refiero también a que todavía no es posible que el Parlamento rechace el alzamiento militar porque el PP no lo permite. Y a que ese partido logre mayoría absoluta en las urnas.
Desconozco porqué se demoniza a Santiago Carrillo, no pertenezco al PC, siempre he escuchado ataques furibundos del tipo que planteas, creo que el Comité del PC lo formaban otros comunistas muy reconocidos, no se si ha dejado algunas memorias que aclaren aquellos días, pero no lo culpo del todo, aunque bien es cierto que tenían más fuerza en el interior que el partido socialista, puede que los históricos enganches entre comunistas y socialistas dejaron colar a la derecha más rancia.
EliminarSaludos.
He visto la película y me encantó. El libro siempre supera la adaptación al cine
ResponderEliminarasí que tiene que ser buenísimo, espero que disfrutéis de esos encuentros literarios
que suenan apasionantes. que lástima que aquí estemos tan huérfanos de estos eventos.
Un fuerte abrazo y que disfrutéis con vuestras tertulias.
El libro que tiene como hilo de unión a los perdedores de la guerra, está formado por 4 historias que se emparejan dos a dos, si no has leído el libro te lo recomiendo, es un libro de poco más de 150 páginas que tiene mucho para reflexionar.
EliminarUn saludo
No conozco la novela ni tampoco la película, pero la obra que me gustaría conocer es el análisis frío y desapasionado de la historia de hace 70 años a la que muchos le niegan el pan y la sal. Ya no quedan protagonistas, pero sí rescoldos de se deben apagar para siempre. En el viaje que hice recientemente a Moscú me llamó la atención la presencia de un museo dedicado al Gulag, mientras que en nuestro país se quiere pasar de puntillas sobre la Guerra Civil como negando. No digo que haya que abanar y volver a prender fuego sino todo lo contrario, pero sí reconocer a todas las víctimas y sacarles de las cunetas para que vivan la eternidad de manera digna.
ResponderEliminarAmigo Francisco, el análisis frió del que nada quiere saber porque todo lo tiene atado y bien atado está en aquellos que ganaron, aún quedan muchas familias que se forma apasionada quiere buscar a los suyos, padres, abuelos, hermanos... que aún permanecen enterrados en zonas que, conociéndose, se encuentran con ayuntamientos, que casualidad, de derechas, que se niegan a cumplir la ley de Memoria Histórica. Entiendo que la derecha más rancia y reaccionaria están esperando a que todos aquellos que puedan contar algo se mueran y comenzar a hacer, algunos malos escritores ya lo están haciendo, reescribiendo la historia de distinta manera a la que ocurrió en las vísperas del 36 y en los malditos años que siguieron.
EliminarYa me conoces por mis escritos, soy hombre de izquierdas habiendo militado en partido, nunca he oído a nadie querer avivar nada, todos querían conciliarse con un pasado que aún no ha podido ser, no porque ellos no quisieran; curioso es que la ultraderecha está volviendo a nuestro país, el germen permanecía, solo había que menearlo y aquí la izquierda nada tiene que ver.
Saludos
¡Cómo me gustaría estar en ese debate.
ResponderEliminarPues nada, un viajecito a Granada y luego a escasos 5 kilómetros el pueblo de La Zubia y ahí, en la biblioteca municipal estaremos.
EliminarUn saludo
Marta, me paso por tu blog.
ResponderEliminarSuperar exige asumir, no hay más, cuando esto ocurre se acepta y se supera de no ocurrir así, pasará lo que les ocurrió a los personajes de la novelas, mueren físicamente aunque hay otras muertas igualmente simbólicas.
Un abrazo.
Yo tomo nota, es un tema que me apasiona, veremos a ver como me las apaño para hacerme con el aunque sea prestado, ya sabes lo chunga que está la cosa para los pensionistas de la mínima contributiva...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Seguro que está en la biblioteca de tu ciudad.
EliminarUn abrazo.
Me resulta doloroso y me temo que absolutamente estéril leer sobre la guerra civil, aunque lo cierto es que raramente renuncio a ello.
ResponderEliminarDisfruta de la lectura, te gustará.
Ya lo le he leído, la narración segunda, que tiene su continuación con la cuarta, está fantásticamente escrita además de trágica.
EliminarEn esta obra podemos ponerla en la Guerra Civil, pero al ser una obra de perdedores y de sus consecuencias, podríamos ubicarla en fechas de hoy.
Saludos
No he leído esta obra, pero he visto su versión cinematográfica: me impresionó. Merece la pena la película y la interpretación. Un tema doloroso, terrible, que te deja revolviéndote interiormente contra tanto desmán.
ResponderEliminarMuy buena tu recomendación.
Un abrazo
Vi la película pero el hecho de que está realizada en base a una historia, no refleja el libro, este es mucho más, en tanto la película puede tener otras lecturas más limitadas, a pesar de ello no quito que la película está bien dirigida por José Luis Cuerda.
EliminarUn saludo
Yo ví también la película sin leer el libro. Supongo que, como casi siempre, éste será mejor que aquella.
ResponderEliminarY nuestros muertos merecen que los rememoremos aunque sea así, ya que no nos dejan otro modo.
Saludos
Recomiendo la lectura del libro, así te haces una idea completa de la obra que realizo el escritor.
EliminarSaludos
Es un libro duro,"franc"o,despejado de convencionalismos y que como bien dices y me has hecho pensar,nos trae a una actualidad que aparece cada vez más como una posguerra sin haber batallado.
ResponderEliminarO sí,tal vez no de la manera que lo hacen esos protagonistas,donde pelean por salir adelante viviendo situaciones extremas y dolientes.
Pero en cierto modo,ahora también las vivimos o nos acercamos pusilanimemente a vivirlas un poco como esos borregos que envían al redil...
Lo peor es ver que acatamos todo sumisamente.
Es un libro que ahora debería leer todo el mundo para despertar conciencias dormidas.
Yo lo leí hace tiempo,pero creo que debo hacerlo de nuevo,aunque mucho me temo que volveré a soltar la lagrimilla,ahora con más motivos que cuando lo leí.
Un abrazo.
Uno de las situaciones que me encuentro en el taller de lectura es que la mayor parte de la gente se queda en la superficie de los libros, no entra en la segunda o tercera lectura que el autor en mucha ocasiones quiere que hagamos; incluso, no se hacen proyecciones a la actualidad de ese modo nos daríamos cuentas que nos equivocamos en las mismas cosas que antes lo hicieron otros y ahora lo hacemos nosotros.
EliminarAunque no me gusta lo que dices, hay que reconocer que es totalmente cierto, acatamos todo de forma muy sumisa, no peleamos por salir de esta espiral en la que nos encontramos.
Un abrazo.
Una buena recomendación, ya el título es fascinante.
ResponderEliminarGracias.
Creo que lo es y el número de libros vendido desde su publicación así lo avalan.
EliminarUn saludo
Hola Emilio.
ResponderEliminarNo he leído el libro,aunque sí vi la película.Pero supongo que es el libro lo que realmente merece la pena para entender mejor lo que se quiere narrar.Me lo apunto.
Cualquier libro que hable de los derrotados en la vergonzosa contienda de la Guerra Civil,es siempre bienvenido.Creo que ese silencio oficial de esta democracia en lo referente a la memoria histórica es un error de bulto que tarde o temprano explotará.No basta con decir aquello de borrón y cuenta nueva y aquí no ha pasado nada sin hacer justicia a los que perdieron la guerra.Cuanto mejor hubiera sido rendir el justo homenaje a los vencidos en la transición y cerrar correctamente las heridas,pero...
Un abrazo.
Es cierto, a algunos les cuesta trabajo pedir perdón, con lo fácil que es, solo que entonces reconocen algo hicieron mal y eso no lo quieren hacer.
EliminarSaludos
Habrá que sacar tiempo para leerlo, veo que merece la pena. Gracias por traer literatura valiosa en estos tiempos en que somos inundados por mediocridades que nos arrebatan el tiempo de lo más importante.
ResponderEliminarUn saludo.
Dean, no seas así, de vez en cuando leer un libro intrascendente tampoco viene mal, lo que si estoy de acuerdo es que hay mucha basurilla en los anaqueles de las librerías, pero ahí es la gracia, es visitarlas y remover los libros, seguro que entre tantos libros salen varios que nos llenaran de satisfacción y no siempre tienen que tratar de mundos complejos.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio Manuel, si que has hecho un hermoso homenaje a los que lucharon en “nuestra guerra” y lo pongo entre comillas porque las guerras no deberían de ser de nadie, una guerra civil es una guerra entre hermanos, no hay vencedores solo muertos. Aun así me ha encantado leerte, y la novela no la he leído pero si vi la película que me dejo con el alma “estrujada” durante toda la proyección.
ResponderEliminarMe ha gustado todo lo que has escrito, siempre escribes muy bien documentado. Un abrazo.
Efectivamente las guerras no son de nadie, pero cuando son entre hermanos queda en familia, y la nuestra fue entre familias, yo siempre la he llamado guerra incivil. Aunque la novela está ambientada en ese periodo, ocurren hechos que podemos trasladarlos a los que hoy vivimos, y lo podemos hacer en aquellos derrotados que terminan cometiendo actos contra si mismos.
EliminarSaludos
Gracias por la recomendación. Te envío un vídeo sobre el tema de Paco Ferrandiz, antropólogo: http://www.youtube.com/watch?v=g2L4mhGUEr0
ResponderEliminarSaludos!!
Gracias por tu información.Viene perfecto.
EliminarUn saludo
Tomo nota para mi próxima lectura yas que no lo he hecho tadavía ni he visto la película. Efectivamente, Emilio, mi viaje a Cáceres es de un enorme placer pues he vuelto a ser abuelo en esta ciudad. Un abrazo
ResponderEliminarAmigo Felipe, entonces es un placer por partida doble, primero la de saber que te prolongas en el tiempo gracias a un nieto y la de poder visitar una ciudad tan bonita como Cáceres.
EliminarUn saludo y enhorabuena.
He leído el libro, hace ya un tiempo, y he visto la película.
ResponderEliminarImpactantes ambos por la crudeza del tema y por el rigor de los hechos narrados.
Obviamente, no hay más ciego que el que no quiere ver, y por tanto es palmario que siempre hay quienes se negarán a aceptar el drama, como si 'aquello' fue un '¡bien merecido se lo tenían'!
El libro, muy bueno. Adquiere otra mayor dimensión con la película.
Un abrazo
Aquellos que se manifiestan de la manera que indicas, que efectivamente los hay, son los mismo que luego se dan golpes de pecho y acuden a misa diaria, no les da nada cometer o justificar delitos de guante blanco luego van al confesionario y quedan limpios de pecado.Menudos hipócritas.
EliminarSaludos
HOla Emilio y compañía!
ResponderEliminarAún no he tenido el momento adecuado para leer el libro y/o ver la pelicula y de hecho, es que quise leerlo y con el paso del tiempo se me olvidó, ahora que lo veo aquí, lo anoto para pedirlo en la Biblioteca.
Soy hija y nuera de niños de la guerra, de los perdedores. Lo mismo sus padres, que estos niños han pasado grandes penurias:hambre, miseria y enfermedad, muertes de hijos, maridos y esposas...no puede negarse que esos tiempos no serían iguales a los de ahora, pero entre hechos de la Historia hay similitudes y en el pasado podemos ver, en la mayoría de ocasiones, un preludio de lo que nos espera en el presente o en el futuro. Pienso que se debe perdonar, pero nunca jamás olvidar.
La mayoría de la información que tengo está narrada por la familia de mi marido y lo cierto es que les influyó a ellos y más tarde a sus hijos(nosotros)que pudimos saborear los aromas del franquismo en nuestra niñez.
En la guerra y la postguerra se despreció bastante el bienestar de quien no era del Régimen. Fue una época de muchísima desigualdad y bien se puede relacionar con los tiempos actuales en los que son notables quien tiene el poder y quien no.
Un saludín
Es una pena que estemos dejando morir esa etapa de la historia como si nada hubiera pasado, los ganadores porque sus familias ya se han encargado de que hijos y nietos olviden, entre los perdedores porque aquellos que lo recuerdan y lo transmiten se están muriendo.
EliminarUn pena, no habiendo habido reconciliación entre ambos bandos, basta ver, pasado la transición, como vamos.
Un abrazo.
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