El pasado día 22 de octubre la Blogger Beatriz Salas, recogía en su blog una entrada de otro magnífico
Blogger Francisco Espada en el que decia lo
siguiente:
“Últimamente, la mayoría de
las personas deciden ser incineradas
cuando les llegue el sueño eterno, con lo que borran toda huella terrena de su existencia;
por otra parte, los escritores entregan sus originales mecanografiados y ahora ni siquiera en
soporte de papel, sino en un CD o pen-drive.
¿Qué testimonio estamos dejando para los estudios futuros?
¿No estaremos dejando el campo de la investigación yermo?”
cuando les llegue el sueño eterno, con lo que borran toda huella terrena de su existencia;
por otra parte, los escritores entregan sus originales mecanografiados y ahora ni siquiera en
soporte de papel, sino en un CD o pen-drive.
¿Qué testimonio estamos dejando para los estudios futuros?
¿No estaremos dejando el campo de la investigación yermo?”
Este pequeño texto me hizo pensar y respondí con un largo pots, que reproduzco, eso sí, un poco
arreglado aunque sin variar la idea, dije:
Ponéis difícil el poder plasmar en
una sola reflexión todas esas preguntas en tan poco espacio; hablar de la vida
y de la muerte a la vez, no es fácil, son dos conceptos antagónicos pero
complementarios; para que haya vida hay que morir, esto ocurre desde que
aparecen los primeros seres vivos. Desde la noche de los tiempos, la muerte alimenta a la vida. Vivimos en esta tierra porque una estrella estalló y creó otras estrellas y otros planetas, a partir de aquí, surgió la
vida en la tierra hace más de 2.000 millones de años.
Los primeros hombres (Australopitecos/ homos), que aparecieron en la tierra, hace casi 7 millones de años, no sabían hablar, ni
escribir, su religión se organizaba en función al miedo a lo desconocido; sin embargo, sin
necesidad de escritura, conocemos que comían (a veces se comían los unos a los otros), como
vivían y como se relacionaban; no debemos de tener miedo a lo que dejemos para el futuro, todo es
acumulativo, cada generación aprende de la anterior y se suman los
conocimientos, ¿donde se guardan?, antes se guardaban en los mismos huesos y dientes, los paleontólogos sacan la historia que tuvieron allá por el
pleistoceno/holoceno, todo ello gracias a los fósiles; mas tarde en las cuevas con sus dibujos; luego fue el
papel; hoy se digitalizan los libros y documentos; ¿mañana?, no lo se, pero estoy
seguro que no se perderá nada de aquello que se considere importante, como decía Roszak o McLuhan el contenido debe de ser mas importante que el medio en el que está escrito.
No soy un fiel creyente, quiero que me incineren y
que mis cenizas se depositen bien en el mar o en alguna zona de Sierra Nevada, en cualquier lugar que no sea encerrado entre cuatro paredes; en dos generaciones, a lo sumo en tres, salvo que seamos prohombres, estaremos olvidados, mis átomos del cuerpo, así como mis genes, seguirán danzando por ahí, bien abonando un
terreno en la montaña, bien depositado en el fondo del mar; en cuanto a los genes, seguirán transmitiendo, en un minúsculo porcentaje, mi humor granadino. Si el alma existe,
estará donde tenga que estar y si el Dios de los creyentes es benevolente, aunque no lo demuestre es esta tierra, me aceptará, no he sido peor a otros que se dan golpes de pecho; el cuerpo físico ya cumplió su cometido. Emilio Manuel Martín
No pienso mucho en eso, de momento, me preocupo de donde poner mi cuerpo mientras estoy vivo. Una vez que muera, mejor que me incineren, y que no ocupe mucho sitio por ahí.
ResponderEliminar¡ah!, como hizo un tío de mi padre, que no se gasten dinero en misas, que se lo gasten en cenas ( y eso hacen, al llegar el aniversario, toda la familia a cenar por ahí )
Comparto tu último punto de vista, de hecho en muchas comunidades y culturas, la muerte es una celebración a base de comidas por todo lo alto.
EliminarUn saludo
Creo que la única responsabilidad que tenemos en este mundo es tratar de dejarlo un poco mejor que nos lo encontramos. Lo demás me parece irrelevante. Cervantes murió casi en la indigencia, después de una vida de penalidades, creyéndose incomprendido. Lo mismo les ocurrió a otras grandes personalidades. ¿Importa mucho que aún se les recuerde? ¿Se les comprende? ¿Qué diferencia hay entre fama e influencia? Ahora mismo, es más conocida Belén Esteban, cuyo único mérito es haberse acostado con un torero decadente, que Mariano Barbacid, que ha dedicado su vida a investigar sobre el cáncer. Vivimos en una sociedad incrongruente.
ResponderEliminarSi, pero no, me explico; esta señorita llamada Belén, en un par de años ya estará olvidada,será una muñeca rota si ya no lo es, Barbacid estará por siempre en los diccionarios médicos como investigador. Vivimos en una sociedad del momento, del aquí te pillo aquí te mato, para la historia siempre quedarán aquellos que hicieron algo para lo bueno o para lo malo, los don nadie no figuran en ella.
EliminarMe alegro enormemente que mi comentario en el blog de Beatriz haya dado para tanto. Soy consciente de que dos generaciones bastarán para mi olvido más absoluto, por otro lado, ni mi cuerpo ni mi inteligencia son rastros a seguir, así que no hablaba de mí, sino que comparaba los estudios conocidos con los testimonios que en la actualidad estamos dejando. No imaginaba que esta pregunta mía iba a ser tan productiva para tanta reflexión.
ResponderEliminarGracias, Emilio, por la magnificiencia que otorgas a mi blog. Un abrazo
Francisco, a las personas inteligentes y humildes hay que prestarles atención y aunque discrepemos en eso de la Iglesia Católica, creo que coincidimos en muchíiiisimas cosas que nos unen. Si los políticos siguieran esta filosofía seguro que iríamos mucho mejor, nosotros ponemos nuestro granito de arena.
EliminarTe digo una cosa, tu frase da para esto y para más, es lo que me sorprende de los que sois poetas, de un grano de arena sois capaces de hacer una oda, para eso, lo reconozco, soy un analfabeto.
Un abrazo.
Cualquier científico se reiría, simplemente porque conoce la brevedad de la existencia humana; si la humanidad lleva apenas unos segundos en el universo, una sola persona no llega a quitar o añadir nada al cosmos, así que da exactamente igual si te incineran o si eres famoso o llegas a marte, en unos cuantos millones de años esta galaxia colisionará con otra y volveremos a ser polvo de estrellas. Nos creemos amos de la creación por la influencia de las religiones modernas (p ej musulmanes, cristianos, judíos) que fueron inventadas por el hombre hace poco más de dos mil años, mientras que antes de esas hubo otras milenarias que ya han desaparecido. Una vida humana es apenas un destello de luz, y la inmensa mayoría de la gente insiste en prepararse para la oscuridad en lugar de aprovechar ese destello para iluminar un poco las cortísimas vidas de aquellos que están a su lado.
ResponderEliminarUn saludo.
Llevas toda la razón, ¿que somos en un universo tiene la friolera de 14.000 millones de años? ¡¡ah!!, los que entiendes del universo dicen que aún es joven; el homo sapiens sapiens, tiene tan solo unos 100.000 años visitando la tierra.
EliminarSaludos.
Aunque los don nadie no figuremos en la historia, hemos contribuido a crearla, aunque sea dentro de nuestro anonimato. Hemos puesto nuestro pequeñísimo granito de arena para que el mundo y las nuevas generaciones puedan seguir adelante.
ResponderEliminarUn abrazo
Llevas razón Hada, pero los tiros no iban por ahí, todos somos responsables de nuestra historia solo que unos lo son más que otros. Ya me gustaría estar junto a Miguel Ángel, Darwin, o el mismo Barbacid, por decir un hombre que han nombrado en un comentario y que aún vive, pero los nombres que aparecen en los papeles nunca será la plebe por mucho que haya participado en la vida de esos hombres.
EliminarUn abrazo.
No podría estar más de acuerdo contigo,sobre todo en lo de ser ceniza esparcida en el mar o donde les venga bien y/o dejen a mi familia que lo hagan. El caso es dispersarme,no estar arrinconada en un tétrico habitáculo...solo de pensarlo me da repelús.
ResponderEliminarComo bien dices,creo que siempre quedará algo de nosotros para que puedan estudiarnos, indagar en esta época y saber de nuestras proezas y sufrimientos.
Y si el alma existe, darle alas al fin,que se lo tiene merecido.
Un abrazo.
Si hoy conocemos cosas de aquellos hombres que ni escribían ni hablaban, imagínate lo que se puede sacar de una sociedad que escribe de más y no te digo la cantidad de chorradas que dice, el problema del futuro va a ser quitan la paja del grano.
EliminarUn abrazo.
Pensaba en mi comentario pertinente...
ResponderEliminarY el más acertado es el silencio.
No un silencio indiferente. Sino un silencio sepulcral.
Simplemente porque a veces no hay nada o queda poco que añadir a un artículo como el suyo.
Para mí: redondo. Sin aristas.
Un abrazo y mi sincera admiración.
Gracias por tu comentario. Solo queda que durante tiempo podamos seguir leyéndonos mutuamente, señal de que seguimos ilusionados con lo que hacemos y de que seguimos vivos.
EliminarUn cordial saludo.
No me hago esos planteamientos, en cualquier forma se sea creyente o no, como tú bien dices, el cuerpo ya cumplió su misión que cada cal elija donde quiere reposar. Yo prefiero estar en mi mar libre y no metida entre cuatro tablas.
ResponderEliminarEntonces coincidimos.
EliminarUn abrazo Tracy
No puedo comentar nada en absoluto, coincido al 100% con TODO lo que dices.
ResponderEliminarSalud
Me alegro Genín, ese nivel de coincidencia.
EliminarUn saludo
Coincido prácticamente en todo, solamente puntualizar que aun prefiriendo ser incinerado no me preocupa en absoluto el ser enterrado o cualquier otra cosa. Total no me voy a enterar así que ¿qué más da? Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarNo te digo que no, pero siempre me ha gustado que me de el aire, ahora que voy a dormir el sueño eterno no es cosa de cambiar de filosofía.
EliminarUn abrazo.
Después de leer el pots, y para no repetir comentarios en el sentido de, acuerdo al el ciento por cien con la mayoría, que menos que decir “chapo” Emilio, por la publicación y por tus siempre instructivas y enriquecedoras respuestas, de las que siempre intento aprender, para dentro de mi torpeza intentar ser coherente en mis comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
José tampoco pretendo ser sesudo en mi respuestas, no niego que en algunas trato de redondear la entrada, pero si te digo la verdad, lo que intento con el blog es divertirme.
EliminarUn saludo
Realmente no me preocupa, que mis familiares hagan con mis restos lo que mas le convenga.. total yo ni me enteraré. Muy interesante articulo y la exposicion que haces de el. Solo que la coletilla de que "y si el Dios de los creyentes es benevolente, aunque no lo demuestre en esta tierra, me aceptará, no he sido peor a otros que se dan golpes de pecho, me parece innecesario, no viene a colación.
ResponderEliminarun abraxo!
¿Porqué no?, hablamos de la vida y de la muerte, y en torno a ello han aparecido muchas religiones. El miedo al más allá y sus preguntas han sido la razón de ser de todas ellas; ya sabes, en España a los niños de los años 40 al 70 y sobre todo si estudiamos en colegios de curas, fuimos machacados por la religión y su mitos, que si el pecado, que si la muerte, que si el espíritu santo, etc, etc.., no soy creyente, ya lo he dicho, pero fueron muchos años machacando con el pecado y la derecha del dios padre, en nada de ello creo, pero esto es como lo de las meigas, "no creo en ellas pero haberlas hailas".
EliminarUn saludo Marilyn
Cada vez estoy más contenta de ser tu seguidora querido y admirado amigo. Tus letras son siempre supremas e interesantes. Muchos besinos con inmenso cariño de esta amiga que te desea feliz fin de semana.
ResponderEliminarP.D. Yo ya deje escrito hace mucho tiempo que cuando muera , me incineren y mis cenizas las dispersen por mi tierrina amada. Respecto al paisanin que los creyentes nominan Dios , espero que para que el nos acepte no necesitemos tener capital o enchufe. Y sobre dejar nuestra huella en el mundo . Pues claro que la dejamos querido amigo pues nuestros genes están en nuestros hijos y ellos a su vez a los de ellos. Con decirte que tengo dos nietinos y los dos son muy chatinos y en la familia de mi nuerina no hay nadie chatin y el único que lo era , era mi padre. Con eso ya te lo digo todo
Pues eso digo, nuestros genes y nuestros átomos seguirán por ahí dando tumbos por los siglos de los siglos.
EliminarAmiga asturiana, lo de paisanin, me ha gustado mucho y lo de no tener que llevar capital o enchufe igualmente, espero que todos estemos en términos de igualdad, ¿no?.
Un abrazo
Completamente de acuerdo contigo sobre todo cuando dices:
ResponderEliminar"mis átomos del cuerpo, así como mis genes, seguirán danzando por ahí, bien abonando un terreno en la montaña, bien depositado en el fondo del mar"; yo también pienso así y cuando lo digo algunos/as me miran de forma rara, me alegra encontrar gente que piensa como yo, aunque sé que mis ideas no son absolutas.
Un abrazo
Nada, incluso ni en la ciencia hay ideas, teorías o leyes (no quiero entrar en la diferencia entre ambas cosas, más relacionadas con ideas religiosas totalitarias) que sean absolutas, se dice o decimos que siempre estamos abocados a que nuevos descubrimientos tiren por tierra aquello que creíamos, para eso están las nuevas hipótesis para seguir avanzando, en la ciencia y como personas.
EliminarUn abrazo Yraya.
En primer lugar mi felicitación por este magnífico post.
ResponderEliminarHe leído todos los comentarios y tus respuestas y nada me queda que añadir. Lo más esencial para mi es que el nacimiento y la vida están enlazadas con la muerte y la transformación. Somos todos un conjunto de materia, de unidad, de universo y acaso también de eternidad.
Yo soy católica pero poco romana. Mi idea de Dios y del más allá tiene que ver con la universalidad de la divinidad (como aglutinante de todas las formas de religión) y la muerte creo que nos iguala a todos en una misma balanza donde lo que cuenta es haber sido buena persona y no precisamente la practica ritual de la religión que profese cada uno.
Un fuerte abrazo, y de nuevo mi felicitación.
Efectivamente hay un momento de la vida en la que todos somos iguales, en la muerte; una pena que tengamos que esperar a ella y mucha gente, especialmente niños, tengan que penar en sus primeros pasos por este desagradecido mundo, donde unos pocos tienen todo.
EliminarTotalmente de acuerdo contigo. La incineración del cuerpo cada vez es más frecuente. Y, sí, los escritores entregamos nuestros manuscritos en pen o por E-mail, en lugar de hacerlo en soporte papel. Como bien dices, en el futuro no habrán huellas. Quizás la historia se estudiará e investigará de otro modo.
ResponderEliminarUn placer aterrizar y descubrir este blog
Puede que no existan esas huellas a las que te refieres, pero, para nuestra desgracias los seres humanos seremos cada vez más controlados, nuestros genes están siendo estudiados hasta la última unidad del genoma individual, puede que este sea el estudio a corto plazo, después ¿quien lo sabe?.
ResponderEliminarGracias por visitar este pequeño divertimento que es mi blog.
Un abrazo.