Ya me gustaría ser
feministo, aunque lo intento, son cosas de la educación, uno nació en los años
50, cuando las hermanas o las madres hacían todas las tareas de la casa y no las
compartían con los maridos o hijos, cuando la educación estaba segregada por
sexos, cuando los regalos de reyes eran pistolas para los niños, cocinitas o
muñecas para las niñas, eran otros tiempos, aunque algunos desean que
aquello siga igual, se benefician de ello, yo lo intento, vaya si lo intento, aunque me llevo algunos sopapos.
Hace unos días una parlamentaria, Irene Montero, habló de “Portavozas”
y se lió la de dios, hombres, mujeres, prensa, radios, la pusieron a parir, entre
ellos el gran comunicador de los curas -La Cope-, Carlos Herrera, para mí un gran bocazas; muy pocos
fueron los que la defendieron, recordemos que es de Podemos y ampara a
Venezuela, solo algún/a lingüista la defendió manifestando que hay que
educar en los procesos de construcción del lenguaje para evitar que se
perpetren exclusiones, todos sabemos que lo que no se nombra no existe, por lo
que hay que educar en la igualdad;
es sintomático que el Sr. Presidente del Gobierno Rajoy en una entrevista en Onda Cero, hablando de la brecha salarial, dijo: “no nos metamos en eso”, no ha habido
apenas comentario, aquello se diluyo como la espuma, esto sí que es grave, nada
se dijo, somos selectivos.
Ya puestos a hablar sobre igualdad, sería interesante saber
el número de mujeres que hay como rectoras en las Universidades Españolas, como
Juezas en el Supremo o en el Constitucional, como Directoras en grandes Centros
de Salud, como Directoras de Medios de Comunicación o dirigiendo, tanto empresas
públicas como privadas y para terminar, ¿Cuántas mujeres hay en la Academia de las Ciencias o en la de la Lengua? la que tiene el lema de “fija, limpia y da esplendor”.
Leo el titular de un diario de mi ciudad, estoy plenamente de acuerdo.