Ítalo Calvino en su libro “Las ciudades
invisibles” cuenta
los viajes fantásticos que Marco Polo le describe a Kublai Kan, emperador de
los tártaros, este de forma lastimera le dice "Todo es inútil si el último fondeadero no
puede ser sino la ciudad infernal" a lo que Marco Polo responde “El infierno de los vivos no es algo por venir; hay
uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que
formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil
para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar
de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos:
buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y
hacer que dure, y dejarle espacio”
El próximo día 26 votaremos una nueva
legislatura tras el fracaso de la anterior, de la relectura de este libro de
Calvino que me ha recordado la blogera amiga Utopia,
extraigo esas dos frases que sirven para reflexionar sobre nuestro voto y sus
consecuencias.