Soy
el primero en no extenderse en mis entradas, no más de un folio y si menos,
mejor, cada vez se lee menos, la prensa se limita a los grandes titulares; las
redes sociales, siguen la técnica de menos es más, quitemos vocales, alguna
consonante y digamos todo en 140 caracteres, ahí, en ese pequeño espacio
queremos incluir todo el pensamiento. Los españoles vemos la televisión durante
4 horas de promedio, programas, por lo general, vacíos de contenido, ejemplos: “T5”
o “A3” o de “guirigay” si es de ¿debates? como la “6”, no digo nada sobre la
manipulación de la “1” o la autonómicas.
Recuerdo mis jóvenes años en los
sótanos de una Iglesia de Granada donde los debates eran interminables, incluso
al principio de nuestra etapa democrática, tanto en el partido como en el
sindicato, nos daban las tantas de la noche y siempre quedaba la duda de que lo
debatido no hubiera quedado redondo; hoy, todo es rápido, no hay tiempo, todo está
pautado y controlado, las frases de los políticos se dicen cuando llega la hora
del telediario y conectan con ellos unos segundos; tendremos que preguntarnos, ¿es la falta
de ese auténtico debate el que está haciendo que la ultraderecha se esté
introduciendo en los entresijos del sistema político?, puede que así sea, la
capacidad de informarse, de hablar y de reflexionar la estamos perdiendo en beneficio de otros, ¿será lo que buscan?.