“Debemos
ser responsables a la hora de comprar
teniendo en cuenta unos valores éticos,
acordes con nuestros principios”
“Cuantas menos necesidades sintáis,
más libres seréis”
-Cesare Cantu
Leo el siguiente titular: “los restaurantes españoles
desperdician cada año más de 63.000 toneladas de comida”
continua la noticia:
“En España hay 85.230 restaurantes y en cada uno de ellos se
desperdicia como media más de media tonelada de comida al año.
Esto ocasiona unas pérdidas de más de 255 millones de euros en el
sector.
La mayor parte de los desperdicios se generan por una mala previsión al
comprar.
La cifra de excedentes,
manifiesta el sector hostelero, se ha duplicado en los últimos 20 años debido a
los cambios que se han producido en el sector, por un lado la facilidad de
conseguir más producto y más barato y, por el otro, la falta de tiempo, de personal
e incluso de imaginación a la hora de reutilizar estas materias primas.
Continua indicando que: el 60% de los desperdicios se generan por una mala
previsión, a la hora de hacer la compra, el 30% durante la preparación por
caducidad o cortes en la cadena de frío y el 10% lo deja el comensal en el
plato”.
Una vez leída la noticia y digerida, me
pregunto ¿es esto consumo responsable?,
Naciones Unidas hace una definición de
Consumo Responsable en los siguientes términos: “es la elección de los productos y servicios no sólo en base a su
calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la
conducta de las empresas que los elaboran”. Otra acepción complementaria a
la anterior es aquella que implica consumir
menos, eligiendo consumir sólo lo necesario y estando atentos a cómo nos
influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas.
Cuando leemos que en el Cuerno de África mueren
miles de niñ@s, que en America
Latina, Asía y múltiples zonas del mundo pasan hambre millones de personas; escuchar este tipo de noticias,
produce malestar y desasosiego. Presumimos de nuestros restaurantes estrellas
michelín, pero no nos acordamos de lo que estos restaurantes desperdician para
obtener esos platos tan exquisitos y caros, mientras otros mueren por carencia
de alimentos, algunos me llamarán demagogo. Emilio Manuel M.