LOS MUROS ESTÁN DE MODA

        50 muros, vallas, concertinas, existen en el mundo, unos muros, vallas y concertinas que quieren evitar que el hombre/mujer camine y busque una mejor vida para él/ella y su familia, quienes la intentan cruzar son tachados de terroristas.

Valla de Melilla con Marruecos

        En España, tenemos un par de esas vallas, en Ceuta y en Melilla, son las frontera de Europa con África, un continente inexistente para el mundo Occidental. El nuevo presidente americano, me produce vergüenza nombrarlo, va a ampliar y reforzar la que  tiene en la frontera de México y blindar los 3.200 Km, la que hay es de juguete, dice. 

        El/la emigrante es tozudo/a, cuando se propone dejar su país, su familia, cuando paga a mafias para que le ayuden a salir, no hay ni muros, ni vallas, ni concertinas, ni desiertos, ni mares, ni ladrones, ni violadores que le/la detengan, puede morir en el camino, seguro que puede morir, lo sabe y lo asume, con todo esto en su mochila ¿Quién lo/la puede detener?.

“El hombre no es un árbol, carece de raíces,

tiene pies, camina. Desde los tiempos

del homo erectus  circula en busca de pastos,

de climas más benignos, de lugares en los que

resguardarse de las inclemencias del tiempo

y de la brutalidad de sus semejantes”

Juan Goytisolo.

ACEQUIAS DE CAREO

Típico terreno alpujarreño.

Hasta hace unos días no tenía ni idea de lo que era una acequia de careo, salvo que servía para llevar el agua de riego de un lugar a otro, tampoco que eran típicas de la Alpujarra. Hace unas fechas hemos realizado un sendero por la zona de Lanjarón, puerta de entrada de la Alpujarra Granadina, donde hemos podido ver este tipo de acequias, tienen su historia, parece ser que son de origen romano, pero en la Alpujarra fueron los árabes los que las pusieron en funcionamiento, su objetivo no es solo el de llevar el agua, tienen otro tan importante como el anterior, que se filtre, alguien que no conozca la Alpujarra dirá ¿si se filtra, para qué sirve?, la cosa es simple, cuando se conoce el terreno alpujarreño, el agua se filtra y sale más abajo en forma de fuente que puede formar otra acequia y así regar otro terreno cultivado en lo que allí se llama “balates” o “bancales”, esas acequias, que están protegidas, terminan llevando el agua a zonas susceptibles de ser almacenadas para ser utilizada en momentos de escasez.

         Para ver la ruta pinchar aquí.

       

Sendero Acequias de Careo (Lanjaron)

Sendero 

Lanjarón 

Acequia de Careo

        Al final y después de tanto sube y baja, se terminó como suelen acabarse estas cosas cuando vas en grupo, en la tasca, aprovechando que era la semana de la tapa en el pueblo, nos pusimos agustito.

¿POR QUÉ SE ESCRIBE?

"¡Escribo porque quiero hacerlo con toda el alma!. Escribo porque a diferencia de otros, no me siento a gusto con un trabajo común y corriente. Escribo para que libros como los míos sean escritos y para poderlos leer. Escribo porque estoy molesto con ustedes, con todo el mundo. Escribo porque me complace enormemente sentarme en un cuarto a escribir sin descanso. Escribo porque solamente modificando la realidad puedo soportarla. Escribo para que el mundo entero sepa cómo yo, cómo nosotros en Estambul y en Turquía hemos vivido y vivimos. Escribo porque amo el olor del papel, de la pluma y de la tinta. Escribo porque creo más en la literatura, en el arte de la novela, que en cualquier otra cosa. Escribo porque es un hábito, una pasión. Escribo porque tengo miedo de ser olvidado. Escribo porque me gusta la celebridad y toda la notoriedad que el escribir conlleva. Escribo para estar solo. Escribo en la esperanza de entender por qué estoy furioso con ustedes, con todos. Escribo porque me gusta ser leído. Escribo para terminar de una vez por todas esta novela, este texto, esta página que en algún momento comencé a escribir. Escribo porque todos esperan que escriba. Escribo porque tengo una fe infantil en la inmortalidad de las bibliotecas y en el lugar que mis libros tendrán en los estantes. Escribo porque la vida, el mundo, todo es increíblemente bello y maravilloso. Escribo porque gozo traduciendo en palabras toda la belleza y la opulencia de la vida. Escribo, no para contar historias sino para construir historias. Escribo para liberarme del sentimiento de que siempre existe un lugar al que -como en una pesadilla- jamás podré llegar. Escribo porque nunca he conseguido ser feliz. Escribo para ser feliz".

                 Esta es la respuesta que da Orhan Pamuk a todos aquellos que le preguntan ¿por qué escribe?. Forma parte del discurso, incluido en el libro "la maleta de mi padre", que impartió en el año 2006 ante los miembros de la Academia Sueca de Literatura cuando le dieron el merecido premio Nobel de Literatura.