Desde hace unos meses, tambores de guerra suenan en Siria lo que aumenta los conflictos existentes en: Líbano, Irak,
Afganistán, y las múltiples guerrillas existentes en África, caso sangrante, la
guerra del Congo.
Según el
Instituto de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI),
resume en su anuario de 2013 las ventas
mundiales de armas y servicios militares de las 100 mayores empresas de
armamento y equipamiento,ascendió a 465.770 millones de dólares en 2011, la
mayor parte de estas empresas son americanas y europeas.
Estas empresas
de armamento, en momentos de paz, no producen, lo que provoca recesión y crisis económico-financiera
tanto en la empresa como en el país donde se ubican. Para generar beneficios y
repartir dividendos, tienen que haber gente que se mate una a la otra, en este
caso, ¿qué mejor que una guerra? para sacar aviones, barcos, misiles y todo
el arsenal bélico necesario, para haces esto, es necesario que el vigilante del mundo y sus ayudantes
(EEUU y países anexos) comienzan a inventarse un
engaño, hablan con medios de comunicación amigos, sacan fotos de dudosa calidad acusando de asesinos y de que hay armas de destrucción masiva ¿recordamos lo de Irak?, ahora es el gas sarín en Siria, según se dice, se
ha utilizado este gas para matar a 355 personas, sin embargo, según medios
internacionales no se dice nada de los 90.000 que han muerto en Siria
en el último año, llegado el momento adecuado se inventa la necesidad de una presencia militar.
Estas
guerras tienen como uno de sus objetivos producir armamento en los países que son primeras potencias, pero no es su único
fin, tiene otros, como el de mantener al mundo islámico en sus territorios, otro de sus objetivos muy importante es el de hacerse
con las reservas estratégicas que tienen estos países especialmente del
petróleo y sus derivados, un claro ejemplo de guerra de intereses es la del Congo, donde el coltán, mineral básico y escaso para hacer los circuitos de los móviles, hace que la guerra se eternice y que nadie intervenga cuando ha habido más de 3 millones de muertos por diversas causas.
Como
en aquella guerra de armas de destrucción masiva, que más tarde se demostró
falso, España se deja engañar, algo pillará, aunque sea las migajas, en esta
nueva guerra en la que el gas sarín puede ser un invento, cosas de la economía de
guerra, en la que
siempre mueren y pierden los mismo, los pobres de la tierra.