El escalador "solo" tiene 67 años |
Hace
unos días fui invitado, para hacer funciones de camarógrafo, por un familiar y su
amigo para filmar y fotografiar la actividad deportiva que iban a practicar, es la
llamada escalada deportiva; este deporte desconocido por mí salvo por aquellas imágenes que se emitían por la
televisión en aquel magnífico programa titulado “al filo de lo imposible”.
Granada, como ciudad de montaña que es, tiene múltiples zonas donde realizar este deporte, estos dos compañeros, esquiadores de profesión y escaladores por afición, me llevaron a Alfacar famoso por sus hornos de pan en donde la mayoría de su población vive de la elaboración de este alimento del que están intentando que sea declarado un producto con “denominación de origen”.
La escalada deportiva es una modalidad de la escalada que suele buscar la dificultad y la belleza de movimientos; después de verla “in situ”, no puedo negar que así sea, además añade un extremado esfuerzo que se multiplica si uno de los escaladores está próximo a los 70 años aunque su aspecto físico ya lo quisieran para sí muchos quinceañeros.
Ninguna actividad deportiva a cierto nivel está exenta de riesgo, por lo que pude comprobar como tratan de minimizarlos ateniéndose a las normas de seguridad de cada uno de los materiales: Casco para la cabeza evitando que cualquier pequeña piedra les golpee, pies de gato para mejor agarre con los pies, cuerdas en perfectas condiciones, sistemas de agarre, limpieza de la zona para evitar caída de piedras, etc.…, a pesar de todo ello, no les acompañaría a una de esas escaladas ni loco, creo que hay que tener cierto grado de locura para subir por esas paredes, como así muestro en las fotos.
Cuando concluyeron, recogieron sus cuerdas, y el resto de bártulos, volvimos a casa, yo sorprendido y ellos quedando para el próximo día ir a otro lugar de escalada llamado Los Cahorros de Monachil.
¡¡Ah, olvidaba!!, por lo que me contaban, han sido muchas horas de practica fortaleciendo los dedos y las manos para poderse agarrar a la roca prácticamente lisa, verles las yemas de los dedos todo callosas era signo, no del trabajo en el campo, pero si de soportar el peso del cuerpo en los dedos cuando se encuentran colgados en una pared.
Después de trabajar en casa con las fotos y de rememorar sus escaladas, he terminado tan cansado que me voy a la cama a descansar.