No lo voy a negar, a pesar de mi
agnosticismo no militante ni beligerante y gracias a los 10 años en los
Escolapios, permanecí sentado en el sillón de casa desde la 7’07 de la tarde,
hora en la que salió la “fumata
blanca”, hasta que salieron al balcón del Vaticano a decir, no solo a los
1.200 millones de Católicos también al resto del mundo, que ya había nueva
cabeza visible de la Iglesia, su apodo será Francisco aunque su nombre es: Jorge Mario Bergoglio, de 76
años, Argentino de ascendencia italiana y jesuita que no es poco, lo de ser
jesuita seguro que va a traer cola para muchas de esas congregaciones tipo
Kikos o Opus Dei, especialmente esta última bastante enfrentada con los
Jesuitas, ¡¡ah!! es importante informar para aquellos aficionados
al fútbol que es hincha del San Lorenzo de Almagro.
No han pasado ni tan siquiera 48 horas y el negocio papal ya está servido, libros, almohadillas para ordenador, rosarios bendecidos, marca-páginas, fotos, posters, camisetas, que el negocio no pare, no se puede negar que la marca "Papa" tiene acogida.
He dejado pasar unos días para poder leer las crónicas, estas han sido de todo
tipo: de sorpresa, laudatorias, indiferentes, algunas incluso atacándole por su
silencio (digo silencio, no colaboración aunque se parece) en la dictadura militar argentina y por llamar “traidores a los que
maldicen el pasado” o por no decir nada en la desaparición de bebés durante esa
dictadura; según escribe el diario Clarín, la comunidad Gay Argentina
muestra un fuerte rechazo por el que fue Arzobispo de su país. Una de las
cuestiones que más resaltan al nuevo papa es su humildad, me pregunto ¿no es la
humildad un principio básico que debe de mostrar la Iglesia?, de ser así,
¿vienen a decirnos que esa humildad que tanto le alaban está actualmente
desaparecida?, personalmente creo que así es.
Con esta elección, antiguos y actuales estudiantes en colegios de
jesuitas estarán muy contentos, así lo manifiesta Emilio Calatayud Juez de Menores de
Granada en su blog, mi
admirado juez dice, ”me alegro de que el nuevo Papa sea jesuita, porque yo
estudié Derecho con los jesuitas. Se ve que los cardenales veían complicado el
futuro de la Iglesia y han recurrido a un jesuita para que lo arregle. Ya
veremos”.
El futuro de la Iglesia es complicado, tiene muchos frentes abiertos, entre
ellos la importante baja de fieles y de vocaciones consecuencia de un
celibato que no se entiende; sus problemas de pederastia en el que se
encuentran acusados muchos de sus sacerdotes; su no adaptación a un mundo
moderno como es la búsqueda de la “igualdad de lo diverso”; cambios sobre el papel de la mujer; métodos
anticonceptivos. La Iglesia tiene una posición muy conservadora sobre la
sexualidad humana, la bioética, etc., pero liberal en otros asuntos como la
regulación económica, la pena de muerte y la inmigración, no es poco el trabajo
que tiene el nuevo Papa, puede actuar de varias maneras, mirando para otro lado
y convertirse en esa Iglesia continuista que no ve ni oye, o enfrentarse a todo
el inmovilismo en el que se encuentra y mirar a la calle donde viven los pobres
y necesitados que de ellos es el reino de los cielos. Como dice mi
admirado Juez ¡¡Ya veremos!!. Uno será agnóstico pero, un
dirigente eclesiástico y político que es la voz de 1.200 millones de
personas, es para estar pendiente de los que dice y hace.