Preparando un trabajo sobre
la familia desde una visión antropológica llega a mis manos un ensayo de Paul Bohannan (1) del que extraigo lo manifestado
por un anciano indio de la tribu de los Pomo
de California:
“¿Qué es un hombre?,
un hombre no es nada. Sin su familia, tiene menos importancia que este bicho
que cruza el sendero, menos importancia que un esputo… Un hombre debe estar con
su familia para contar para algo entre
nosotros. Si no tuviera a nadie que le ayudase, la primera vez que se metiera
en problemas sería asesinado por sus enemigos, ya que no tendría parientes que
le defendiesen. Ninguna mujer se casaría con él… sería más pobre que un niño recién
nacido, que un gusano… Si un hombre tiene una gran familia… y sale de una
familia que se conoce por producir buenos niños, entonces es alguien y
cualquier familia está dispuesta a que se case con una mujer del grupo. En la
forma de hacer las cosas de los blancos, la familia no es tan importante. La policía
y los soldados se ocupan de protegerte, los tribunales hacen justicia, el correo
lleva tus mensajes, la escuela te enseña. Si mueres, todas las cosas quedan
protegidas, incluso tus hijos.
Entre nosotros, la
familia lo era todo. Ahora no es nada. Nos estamos volviendo como los blancos y
esto es malo para los viejos. No tenemos una casa para ancianos como vosotros.
Los ancianos eran importantes, eran sabios. Vuestros ancianos deben de estar
locos.”
Creo que hemos llegado a la locura
colectiva, a la locura en economía, a la locura en los temas familiares, a la
locura social. Ya nada es lo que parece.
(1) recomiendo un libro suyo
titulado: “para raros nosotros”. Paul Bohannan Akal Ediciones. 1996.