Hace
unas entradas hablaba de la película “El
Padrino”, de Francis Ford Coppola, después de haberla visualizado decenas
de veces, podría decir que de las tres, la tercera parte es la más floja, sin
embargo es la que más nos enseña de esas relaciones entre economía-poder
(iglesia-estado-política- mafia-corrupción).
Con papel y bolígrafo en mano, recogí algunas de las frases memorables de la película, no por su sentido ético, aunque no
deben de asustarnos ya que son el pan nuestro en la vida diaria de este país.
Algunas de estas frases son:
“No necesito matones, necesito más abogados”. No me voy muy lejos, recordemos al Alcalde de
Marbella: Jesús Gil cuyo principal abogado era el hoy Presidente del Sevilla
club de fútbol, imputado en diversas causas; los últimos políticos del Levante
y algunos empresarios más o menos próximos a la Iglesia como el cura Castillejo
de Caja Sur o el de la abeja del Opus cuyos abogados están, comiendo y viviendo
de put* madr*, salvándoles el culo, en tanto que a un pobre "roba gallinas" le cae el peso de la ley sin miramiento.
“Dinero y amistad,
agua y aceite” sin comentarios.
Y la frase de todas las frases es:
“La economía
es un arma, la política es saber cuando se aprieta el gatillo”.
Muchos de los políticos en Ayuntamientos, Diputaciones, Autonomías, Gobierno Central, tienen un arma en sus manos disparando a diestro y siniestro a una ciudadanía inocente. Han aprendido mucho de
Don Vito y de Don Michael Corleone, mafiosos donde los haya, olvidando que la economía y la política que aplican ataca a los más débiles e indefensos.
Mi respuesta a esa mafia, es que esas armas hay que retirarlas de manos del capital, de esos economistas insaciables y de esos políticos indeseables, la política hay que ponerla en manos de gente honesta y del pueblo y no entregarla a personajes al servicio de los poderes ocultos. Emilio Manuel Martín