Aunque es a Charles Darwin a
quien se le otorga el privilegio de haber planteado por primera vez la teoría de la evolución natural, lo
cierto es que comparte este honor con T.H. Huxley, que fue en realidad, quien defendió la teoría planteada por
ambos ya que Darwin, por motivos de salud y porque era un
tío raro: tímido, hipocondríaco, etc., decidió no intervenir en los apasionados
debates que originó tal concepción del origen
de las especies. Uno de los mayores detractores de la teoría era, como no
podía ser de otra manera miembro de la iglesia anglicana: el obispo Samuel Wilberforce, que dijo la célebre
frase: "¿Puede saberse si pretende
descender de los monos por parte de su abuela o de su abuelo?", dirigida a Huxley en un debate. "Prefiero descender del mono -contestó éste- que de un hombre que
prostituye los dones de la cultura y la elocuencia al servicio del prejuicio y
de la falsedad"
Valiente y oportuna respuesta del abuelo
de Aldous Huxley que supo plantar
cara a la negativa y endémica opinión de la iglesia, de cualquier credo, ante todo
avance científico que ponga en entredicho los cimientos de su fe.