Este fin de semana ha caído en mis manos una “Antología de la literatura española de los
siglos XI al XVI” , era mi etapa de trabajador agitador y estudiante de
COU cuando lo compré en Barcelona allá
por el 1976, ¡¡que tiempos!!, fue con este libro cuando descubrí el “Poema del Mio Cid”, o a Jorge Manrique
con sus “Coplas a la muerte de su padre”, una de sus estrofas más
conocidas dice:
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos,
descansamos.
Sin
embargo fueron los Romances los que más me atrajeron y especialmente uno que
preservo en la memoria de una manera visual, se titula “El prisionero” cuando lo leáis podéis conocer las causas de porqué
es tan fácil memorizarlo, narra el sentimiento de soledad y angustia de un
prisionero ante la ausencia de libertad y la imposibilidad de
disfrutar de la belleza de la naturaleza y de los placeres del amor.
Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos se encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que no se cuando es de día
ni cuando las noches son,
sino por una avecilla
que me canta al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón
......

cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que no se cuando es de día
ni cuando las noches son,
sino por una avecilla
que me canta al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón
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