Uno de esos múltiples
paseos relajantes que hemos dado en estas fiestas y que durante unas entradas iré desarrollando, ha sido por el Sacromonte,
un barrio de Granada bastante desconocido para mí y mi esposa que ha sido la compañera de paseo.
Es un camino de cuevas, e
impresionantes vista, en una de ellas nos extasiamos, vaya por aquí la pequeña
muestra fotográfica.
En esa pequeña Fuente de la
Amapola, de agua muy fría, nos refrescamos, mientras leemos lo que se
cuenta en el azulejo granadino: “Cuanto
me gustaría ser la fuente de mi barrio pa cuando pases y bebas sentir muy cerca
los labios”, bonito requiebro para las mujeres que por allí pasan. Durante unos
minutos descansamos en ese banco para poder ver frente a nosotros la imagen
desde otra perspectiva de la Alhambra a la que los granadinos y no digo los turistas no están acostumbrados, no sabemos utilizar nuestras posibilidades como ciudad.
Entre la Fuente de la Amapola y la Alhambra, divisamos todo el Valle del Río Darro con sus huertas y diversas
tonalidades en las hojas de los árboles. Un magnífico paseo que ha servido para soñar con aquellas estancias en las que vivían aquellos reyes "moros" y que de una forma tan espléndida describe el libro de Gastón Morata "El perfume de bergamota", que próximamente comentaré.
Volvimos
cansados, hemos cargado la batería mental para unas cuantas fechas, el
acumulador está guardando más energía gracias a otros caminos, paseos, senderos
realizados y que vendrán a lo largo de este año 2014, un año que tampoco parece presentarse bueno salvo
para el gobierno.
Nota: Fotografías del autor de la entrada