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El pasado lunes
unos jóvenes españoles en Alemania, en la Puerta de Brandeburgo, tocaron el Himno de la Desalegria,
un himno que tocaría Beethoven si tuviera que votar el próximo día 25 de Mayo en las
Elecciones Europeas, en un texto aclaratorio indicaban que “no están en contra
de Europa sino a favor de una Europa más humanitaria y menos financiera”.
Se intuye lo que va a
ocurrir el próximo día 25 viendo la total apatía y la abulia ciudadana por
acudir a votar a unos políticos que no se merecen ni el papel en el que se plasma el voto, aún así, no
podemos decir: ¡¡que se jodan!!, no voto, la abstención es otra forma de votar.
No puedo apoyar ese planteamiento, no
votando, damos pié a que hagan lo que quieran, la
abstención les importa un carajo; al no votar le pueden dar múltiples interpretaciones,
desde la complacencia de lo bien que lo hacen, o el día tan bueno de sol que ha
facilitado ir a las playas a bañarse, si no son éstas, se inventarán cualquier otra
historia para camuflar resultados y seguir comiendo de la sopa boba; nunca, jamás,
reconocerán que la alta abstención se debe a que lo hacen como el culo.
A esos dos grandes partidos les
interesa que vote poca gente, ya se encargaron ellos allá por el 1978 de que la abstención
les beneficiara, eran franquistas pero no eran tontos, su auténtico miedo es que se vote masivamente,
como decía Maruja Torres en eldiario.es
“Si queremos
ponerles contra las cuerdas, incluso hasta el extremo de querer formar
coalición, (...) para seguir teniendo las sartenes por el
mango –, la auténtica revolución que está en nuestras manos realizar es una votación masiva y libre de miedos,
libre de indiferencia, libre, libre, libre como nunca. Todo pensamiento y
actitud fatalistas solo sirven para perpetuar las cadenas más o menos
camufladas del sistema.”
Solo
queda ir a votar, a pesar de que en la campaña no se ha hablado de Europa.