Últimamente se habla tanto del machismo que parece que todos los hombres somos malos de la muerte, provocamos miedo, mucho miedo y todos somos "presuntos" violadores.
Este hecho que voy a contar es real, nos ocurrió a mi
hermano y a mí cuando hacíamos senderismo -lo hacemos todas las semanas- a las orillas del río Genil, una zona
muy transitada por hombres y mujeres que, al igual que nosotros, lo utiliza para correr,
para pasear, para ir con la bicicleta, son unos 5 kilómetros de ida que doblamos volviendo, el carril no es muy ancho, hay zonas de gran belleza en
las que los arboles apenas dejan pasar la luz del sol. A lo largo del sendero que nos lleva al bello pueblo de Pinos
Genil, vamos charlando de nuestras cosas: cine, libros, nietos, familia, de política menos en esto coincidimos poco y nos montamos unos buenos pollos, chascarrillos
diversos, etc; hay zonas por las que el
sendero se estrecha, es por uno de ellos por donde vemos venir a una mujer sola, era
temprano, no más de las 9 de la mañana, aunque ya se habían cruzado con
nosotros varios/as corredores/as, no había nadie por los alrededores, cuando
llegó casi a nuestra altura la cara la llevaba demudada, alterada, desfigurada, pálida, cuando se cruzó, ni saludó, algo
natural entre grupos de personal que practican la misma afición, caminar por la
naturaleza. No conocemos a esa mujer, no sabemos si comparte su vida con un
violento, si ha sufrido insultos, vejaciones o amenazas, por lo que detectamos o creímos detectar tenía miedo, no sé si solo de nosotros, simples senderistas, o de los hombres en general.
Tenemos un problema, o se educa en la igualdad o nos lo están
poniendo difícil a “todos” los hombres, no queremos infundir miedo ni ser considerados presuntos violadores o imbéciles machistas. Nadie debería salir con miedo.
Lo dice Mala Rodríguez: “No me creo que el hombre sea un jodido psicópata por naturaleza”(El País 2-11-2018).
Ella no se lo cree, yo tampoco, pero ¿cuantas si lo creen?
Lo dice Mala Rodríguez: “No me creo que el hombre sea un jodido psicópata por naturaleza”(El País 2-11-2018).
Ella no se lo cree, yo tampoco, pero ¿cuantas si lo creen?