A Jerónimo
Melrinho y Joserfa Caixinha
“Muchos años después, cuando mi abuelo ya se había ido
de este mundo
y yo era un hombre hecho, llegué a comprender que mi
abuela, también ella,
creía en los sueños. Otra cosa no podía significar el
que, estando sentada
una noche, ante la puerta de su pobre casa, donde
entonces vivía sola,
mirando las estrellas mayores y menores encima de su
cabeza, hubiese dicho estas
palabras: ”el mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena
de morir”.
No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la
vida de pesadilla y
continuo trabajo que había sido la suya, en aquel
momento casi final,
estuviese recibiendo la gracia de una suprema y última
despedida, el consuelo
de la belleza revelada.
Estaba sentada a la puerta de una casa, como no creo
que haya habido alguna
otra en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de
dormir con cerdos como
si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de
irse de la vida sólo porque
el mundo era bonito, gente, y ese fue mi abuelo Jerónimo,
pastor y contador
de historias que, al presentir que la muerte venía a
buscarlo, se despidió de los
árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y
llorando
porque sabía que no los volvería a ver”
José Saramago.
Río Castril y su pasarela |
Arboleda Perdida (Castril de la Peña) |
Este recuerdo, de Saramago a sus abuelos, ha quedado reflejado en Castril de la Peña en la llamada arboleda perdida, un lugar de enorme belleza que he visitado hace unos días, es aquí donde nació su esposa y la traductora del escritor Pilar del Río.
Por el pueblo corre el río Castril y sobre la cabeza del visitante pesa la enorme peña, distintivo de este magnífico pueblo que en su día fue frontera con el Reino de Granada.
Recuerdos de los abuelos, todos ellos son importantes, nos impregnan de sabiduría y experiencia con cariño y sencillez, con ellos aprendemos la vida. De mi abuelo la formalidad y la bondad, de mi abuela el humor y la paciencia. He recordado hoy con tu entrada y me han gustado mucho las fotografías de uno de esos pueblos que hacen grande a Granada. Un abrazo
ResponderEliminarEn la cultura latina, los abuelos, siempre han sido importantes, algo que en la actualidad prácticamente ya no la tienen. En cuanto al pueblo, hay que verlo, es de una belleza extrema, ¡¡ahh!! y tiene una magnífica gastronomía.
EliminarSaludos
Una zona con una belleza increible.
ResponderEliminarUn abrazo.
De belleza y con gran historia.
EliminarUn abrazo.
Un pueblo digno de pintarse y adornado con las palabras de Saramago... ni te cuento.
ResponderEliminarY de ser visitado y de comer en el.
EliminarParece un lugar que merece la pena visitar. Me encantaría hacerlo. Un abrazo
ResponderEliminarEn uno de tus muchos viajes te puede pasar por el lugar, no solo está ese pueblo hay, en su entorno, grandes pueblos dignos de ser visitados.
EliminarUn abrazo.
Esa distinción es muy importante, pena de morir, no miedo de morir, exactamente es lo que yo tengo...
ResponderEliminarSalud
Siempre hay algo bello que ver o admirar.
EliminarSaludos
Que hermosas palabras las de Saramago. Yo también empiezo a creer que solo la belleza y el amor nos salvan de la mediocridad de la vida
ResponderEliminarPero no nos confundamos, belleza y amor engloban muchas cosas, hay quien ama al dinero como la vida misma.
EliminarSaludos
Qué hermoso paisaje. Disfrútalo todo lo que puedas.
ResponderEliminarEn el sur también tenemos bonitos paisajes, no todo es un secarral, aunque con este tiempo, como sigamos así, camino vamos de ello.
EliminarUn abrazo.
Es muy hermoso el texto de Saramago por la ternura que encierra en el recuerdo de la actitud de sus abuelos ante la muerte.
ResponderEliminarCreo que todo lo que nos rodea cobra mucho más valor a medida que nos queda menos tiempo de vida. Por mi parte cada vez amo más el entorno, la naturaleza, y la belleza de las cosas como los árboles, el color del cielo, el agua de los ríos, el mar, las flores, los frutos... La sonrisa de un niño, la mano de un amigo y el beso de alguien que te quiere.
Un afectuoso saludo.
Son cosas que nunca te van a engañar.
EliminarUn abrazo.
Un lugar a recorrer de la mano de un gran escritor.
ResponderEliminarHacerlo de la mano es complicado, el pobre está criando malvas, aunque si se puede hacer acompañado de uno de sus libros, por ejemplo "ensayo sobre la ceguera". por decir uno.
EliminarSaludos
Además, en Ensayo sobre la ceguera los protagonistas se agarraban unos a otros para no perderse...
EliminarDice el refrán que es cosa de bien nacido el ser agradecido, como el caso de los abuelos de Saramago.
ResponderEliminarBonito pueblo
Salud
Lo es.
EliminarSaludos
Me encantó encontrar aqui a Saramago.
ResponderEliminarSaludos.
De este pueblo era su esposa y traductora Pilar del Rio.
EliminarUn saludo y gracias por asomarte al blog.
Bonito texto, y las fotos que has colocado son una preciosidad. Bello lugar sin duda alguna. Habrá que tenerlo en cuenta, por si algún día vuelvo por tu tierra. La visita seguro que lo merece.
ResponderEliminarSalud Emilio Manuel.
Te aseguro que no pierdes el tiempo.
EliminarSaludos
Estupendo post y bonitas fotografias.Un saludo
ResponderEliminarGracias por asomarte a este blog y comentar que te ha gustado.
EliminarSaludos