Ha caído la canícula, mi
intención primera es permanecer en la cama, hay que moverse, el calor se hace insoportable, la mente espesa recibe ordenes, no actúa aunque lo hace muy lentamente; tras una buena ducha y un buen café bien cargado, me siento ante el ordenador a preparar una entrada, no se me ocurre nada, la pantalla en blanco, entiendo
el miedo del escritor cuando su vida depende de emborronar ese blanco impoluto; no, no sale, no se forman imágenes, mis temas cotidianos están encapsulados sin ganas de hacerse presentes, me desespero; la prensa que siempre habla de lo mismo, ni la miro; se me cruza una idea, mirar esas frases “chorras”
y fuera de contexto del google, encuentro una que es propia de la época y de lo que me ocurre, la
frase es:
Investigo quién la dijo, la frase es de Shiki Masaoka, un total
desconocido, ahora se que fue un poeta, crítico literario y periodista japonés del
periodo Meiji que vivió a finales del siglo XIX.
He
de decir que los insectos, muertos de calor, caen sobre mis libros pendientes, serán leídos al ritmo del verano, tranquilo, en
la sombra y junto al agua.
Veo otra frase, me la apunto,
es interesante, sobre todo muy educativa.
“No es necesario decir todo lo que se
piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice”. Frase de Quino en boca de nuestra amiga
Mafalda, sobre ella ya no escribo más, se puede hacer una tesis.
Para
que luego digan que es difícil hacer una entrada. Como ayer dije a un amigo blogero, son las consecuencias de las temperaturas de esta ciudad.