La semana pasada escribía sobre “el
darlo todo” y a causa de ello me hacía una serie de preguntas, la casualidad ha
hecho que caiga en mis manos una revista digital titulada ETHIC
que se pregunta “competir, ¿Para quién?” y realiza un artículo que entre otras
cosas dice:
“Darlo
todo, ¿para qué o para quién? A veces para uno mismo. La salud mental
requiere un esfuerzo constante. La pelea merece la pena. Pero otras veces lo
damos todo para nada. Rendirse es, entonces, cambiar de rumbo, nada más. Si
tienes que hacer sufrir a los demás para demostrarte a ti mismo lo que vales,
quizás seas un psicópata.”
El debate, sobre este tema, al igual que muchos debates
culturales contemporáneos, está muy ideologizado. O, más que ideologizado, compartimentado en ideologías.
Simplificando mucho:
Para la izquierda, ante el neoliberalismo supercompetitivo, reivindica el derecho a la
pereza y la rendición como forma de subversión.
Para la derecha, en cambio, defender la posición de la izquierda es sucumbir ante la mediocridad, es descreer de la meritocracia.
Será por esa causa, me considero de izquierdas, por la que reivindico la pereza, me prejubilaron muy pronto (52 años), siempre he defendido que el trabajo no
es salud, tan solo lo es para los que reciben los beneficios."